Yuyito González: «Estoy acompañando a un hombre que está guiando el destino de mi nieta, de mis hijos y de todo un país»Por Adrián Santucho
Hay muchas Yuyito González. Está la Amalia que trabajaba en el comercio de sus abuelos a los siete años. Está la Amalia que entró al restaurante Fechoría de la calle Córdoba y deslumbró a Gerardo Sofovich. La Amalia que miraba el sketch de “La peluquería de Don Mateo” en el programa Operación jaja y la Yuyito consagrada que se ganó su apodo vestida de jardinera. Está la adolescente rebelde y frustrada, y también la madre cristiana evangélica. La bomba sexy y la líder espiritual, la vedete y la conductora de un programa de actualidad, la periodista y la coach ontológica, la esposa de Guillermo Coppola y la mujer divorciada. Y está la última versión de una Yuyito multifacética: la novia de Javier Milei, la que -confiesa- acepta por primera vez ceder el protagonismo y quedar relegada ante la presencia de su pareja, eclipsada por la investidura del “hombre que está guiando el destino de mi nieta, el destino de mis hijos”.
Está, ahora, en Miami. Una anunciante de su programa Empezar el día por Ciudad Magazine le insistió. Le decía: “tenés que venir, vení que hacemos algo, vení que hacemos videos”. Cuando aceptó el viaje para grabar comerciales para esa empresa, empezó a sumarse actividades. Pasó por el clásico argentino Baires Grill, en Sunny Isles, donde degustó varios platos con amigos, antes de participar en el programa de mayor audiencia de la televisión hispana de la tarde, “Siéntese quién pueda”, de Univisión. Invitada por la congresista republicana María Elvira Salazar, participó en un almuerzo en Coral Gables junto con líderes evangélicos, empresarios y representantes hispanos. Pero sobre todo tuvo una agenda muy intensa de actividades religiosas, acompañada por la pastora y su mentora Priscila Abdala: un encuentro con evangelistas de Estados Unidos, Perú y España en Alpha & Omega Church Miami; una visita a Casa Church, de los pastores Ezequiel y Marcella Fattore, y una jornada -nuevamente junto a Salazar- a una de las organizaciones evangélicas estadounidenses más influyentes, El Rey Jesús Miami, del pastor Guillermo Maldonado.
-Viniste a trabajar.
-Vine a pasarla bien y a hacer cosas con propósito. En un momento dado, María Elvira habló con Javier y él le dijo “mi novia es cristiana evangélica también, se tienen que conocer”. Y bueno, y ahí entonces se desató todo.
-¿Era de las que venía en los noventa a Miami?
-Sí, también venía. De hecho, en una oportunidad vine con mi hija Bárbara, mi hija mayor, que era chiquita, hija única todavía, con la intención de tal vez de quedarme, y me quedé un tiempo.
-Sos de la Legión Argentina, los que alguna vez intentamos quedarnos. ¿Hiciste el intento?
-Sí, en un momento sí, porque yo ya había vivido un año en México, con Bárbara, más chiquita todavía. Después trabajé cuatro años, pero ya yendo y viniendo de Buenos Aires a Caracas. Entonces es como que en un momento dado dije “a ver qué pasa”. Pero en realidad, si bien Miami es una ciudad que me encanta, me di cuenta de que mi lugar era Buenos Aires. Más allá de las oportunidades, ya había viajado bastante por la era Maradona, con Coppola.
-Viviste en un montón de lugares.
-Si alguien se podría haber ido de Argentina sin ningún problema era Amalia González.
-Me podría haber ido a tantos otros lugares. Pero insisto, me encanta ir. No soy muy viajera, en realidad no soy muy viajera. Reconozco que hay lugares que me gustan mucho. Uno de ellos es este. Pero para vivir, mi lugar es Buenos Aires.
-Quiero ir para atrás y para adelante porque no hay dos, hay veinte Yuyito González. El otro día releía tu historia que todos conocemos, pero como dice Mirtha “el público se renueva”, y entonces hay cosas que a veces vale la pena tocarlas de vuelta. Un día te tocó la varita mágica en aquel Buenos Aires de la noche, de los restaurantes de los famosos, estando juntos en tertulias. ¿Fue así, verdad?
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