YPF cerró una megaemisión de bonos y marca el rumbo para el regreso de la Argentina a los mercadosPor Pablo Wende

La euforia de los inversores con la Argentina se encuentra en su pico más alto, que ni siquiera lograron opacar las caídas de las últimas jornadas en Wall Street. La prueba más cabal fue la colocación de bonos de YPF. La petrolera consiguió un monto récord de USD 1.100 millones a diez años y una tasa más que atractiva: 8,5% anual.

En la colocación participaron cuatro bancos internacionales (BBVA, Deutsche Bank, Itaú BBA y Santander) como coordinadores globales, a los que se sumó Latin Securities, que preside Eduardo Tapia. Estas entidades pudieron comprobar el apetito inversor por activos argentinos, lo que permitió simultáneamente conseguir un monto mayor al esperado y tasas menores a las previstas.

Del total obtenido, unos USD 750 millones se utilizarán para refinanciar deuda que vence a mediados de julio, mientras que el resto ingresará cash a la compañía para nuevas inversiones.

La operación que llevó adelante la petrolera de mayoría estatal marca el camino para el propio Gobierno. Claro que todavía las empresas argentinas tienen un diferencial a favor. La colocación de YPF marca un “riesgo corporativo” algo menor a 400 puntos básicos, mientras que el riesgo país de la Argentina se ubica en 580 puntos. Esa diferencia es la que deberá comprimir en los próximos meses para que el Tesoro pueda efectuar una transacción similar en el exterior.

Los tour de inversores que pasan por Buenos Aires no se detuvo ni siquiera en enero, un mes atípico para este tipo de visitas. Muchos que “no la vieron” el año pasado y se perdieron el rally de acciones y bonos quieren saber si están a tiempo de subirse a la ola.

Un dato que los inversores aguardan con ansiedad es la inflación de diciembre, que será difundida el martes por el INDEC. Pasó a tener una importante relevancia para las futuras decisiones del equipo económico. El propio Javier Milei aseguró esta semana que la reducción del ajuste del dólar oficial del 2% al 1% mensual depende de dónde se ubique la inflación de diciembre. Si da cerca de 2,5%, entonces se avanzaría con esa reducción seguramente a partir de febrero.

Pero no está tan claro si esto efectivamente sucederá sobre todo luego de la divulgación del dato de inflación porteña, que arrojó 3,3%. En los últimos meses esta medición se ubicó por encima de la nacional, porque presenta una mayor ponderación del rubro servicios. En cambio, la nacional presenta mayor peso en alimentos y bebidas, que viene aumentando mucho menos que el promedio de la inflación mensual.

“Tomando las variaciones porcentuales de dicho índice y aplicando los ponderadores del IPC, podríamos proyectar una inflación nacional de 2,9%”, explicaron en un informe de Grupo IEB. “Es crucial -agregaron- que la inflación de diciembre sea más próxima a 2,5% que a 3,0% para que el BCRA más temprano que tarde tome la decisión de reducir el ritmo de crawling peg”.

La reducción del ritmo de ajuste del dólar oficial sería la primera modificación de varios eslabones de medidas que deberían finalizar en un levantamiento del cepo cambiario. Difícilmente suceda antes de las elecciones legislativas, pero sí es probable que se tomen medidas hacia esa dirección.

FMI

Por otra parte, el Central tendría un importante poder de fuego para evitar cualquier disparada del dólar en los meses que vienen. Según una estimación de Quantum Finanzas, que dirige Daniel Marx, las reservas líquidas del BCRA pasaron en un año de USD 5.000 millones a USD 15.000 millones. Por lo tanto, la posibilidad de intervenir para mantener a raya los dólares financieros creció notablemente, producto de las compras que se sucedieron en 2024 y en el arranque de este año.

Es significativo que el BCRA mantenga un promedio diario de compras de alrededor de USD 150 millones diarios, cuando se trata de meses de poco ingreso de divisas y faltan casi tres meses para que comience a liquidarse la cosecha gruesa.

Esta dinámica se sostiene en parte por los dólares del blanqueo que se transforman en crédito en moneda extranjera, también hay ingresos de la venta de trigo y la emisión de bonos en dólares en el exterior que realizan las empresas.

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