Un duro golpe a la estrategia de Javier Milei para meter al juez Ariel Lijo en la Corte por decreto

El rechazo de la Corte a la licencia extraordinaria por un año de Ariel Lijo significa un segundo y duro golpe político-judicial para la estrategia del Gobierno de querer imponer al polémico juez por decreto y en comisión, pese a las críticas que había suscitado su candidatura desde el primer momento en la oposición y amplios sectores del sistema judicial. Incluso, provocó críticas en el exterior.

La jugada fue pergeñada por el poderoso asesor presidencial Santiago Caputo y contó con el “padrinazgo” del juez de la Corte Ricardo Lorenzetti a Lijo durante estos últimos diez meses.

La mayoría de los presidentes de la democracia, excepto Fernando De la Rúa, Cristina Kirchner y Alberto Fernández, pudieron nombrar jueces en el máximo tribunal siguiendo el procedimiento judicial, sobre todo en los primeros meses de mandato. Milei, hasta ahora no.

Por eso la audaz jugada oficialista de meter a Lijo y a Manuel García-Mansilla por decreto y por un año y amenazando con repetir el mecanismo año tras año tuvo otro golpe con el rechazo a la licencia. Sin saber aún que pasará en el Senado y con las cuatros cautelares que debe resolver el juez K Alejo Ramos Padilla, quien generalmente falla en sintonía con la estrategia judicial de Cristina Kirchner

Como adelantó Clarín se rechazó por tres, es decir con los votos de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Manuel García-Mansilla. Al mediodía aún no había votado Lorenzetti, quien según judiciales judiciales apoyaba el pedido de licencia.

Se trata de una decisión «de superintendencia» (administrativa) pero en unas semanas avanzarán las cautelares que consideran que el decreto 137 de Milei es inconstitucional y esa será una definición jurídica de fondo.

El “bautismo de fuego” de García-Mansilla terminó confirmando que votó a conciencia y con apego a los reglamentos, sin atender la estrategia del Gobierno. Incluso recibió señales para que se abstuviera. El rechazo a la licencia obliga al gobierno a repensar su estrategia.

En un sector del Gobierno se criticaba a Lorenzetti porque había dado señales de que iba a conseguir los votos a favor de Lijo en el Senado y eso los obligó a recurrir al mecanismo de la designación en comisión que es solo para casos excepcionales. Se incluyó en la Constitución porque en el siglo XIX los senadores llegaban en carreta a Buenos Aires y una justicia sin jueces podía hacer colapsar el sistema judicial.

Sin embargo, el juez de la Corte cree que hace dos semana atrás “Lijo tenía los dos tercios” pero el Gobierno no llevó su pliego a votación en el recinto de la Cámara Alta y suspendió la sesión. Este fue el primer golpe a un apuesta que desde hacía meses venía haciendo agua.

Ahora se abre una nueva y larga negociación con Lijo en el Senado con una nueva Corte, de carácter provisorio, con un constitucionalista como García-Mansilla respetado en los ámbitos académicos y que no regalará sus promesas de independencia, como lo demostró hoy.

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