Tadej Pogacar se hizo gigante en Italia: sufrió una brutal caída que lo sacó de la ruta pero cambió de bicicleta y terminó ganando la carrera

Tadej Pogacar, el triple ganador del Tour de Francia (2020, 2021 y 2024) y campeón del mundo en ciclismo de ruta (Zúrich 2024), consiguió este sábado una victoria no tan importante como aquellas, pero sí bien especial. Completó su triplete en la Strade Bianche, la clásica carrera italiana del ‘sterrato’ – el nombre alude al color claro del camino de tierra en contraste con el negro del asfalto-, luego de sufrir una brutal caída.

A falta de 50 kilómetros para el final, cuando junto a los británicos Thomas Pidcock y Connor Swift (INEOS) tenía una ventaja de más de un minuto, encaró pasado una curva y salió despedido varios metros fuera de la pista. Hubo preocupación por la salud del esloveno, que quedó tendido sobre el césped y con sangre visible en sus piernas, pero rápidamente se recuperó, cambió de bicicleta y siguió. Nada pudo frenar su épico final, sonriendo mientras subía la empinada Santa Catalina, ovacionado por un público entregado a la leyenda.

«Lo disfruté hasta el final, pero ahora la adrenalina se está acabando y empiezo a sentir el dolor por las heridas de la caída. Espero que no sea tan grave como parece», fueron las primera palabras del ganador. Luego, admitió su error: «Conozco esas carreteras como la palma de mi mano. Rodé por ellas unas 20 veces, pero a veces uno se equivoca. Iba demasiado rápido. Esas cosas pasan».

En este contexto, ¿cómo hizo para aún así llevarse la victoria, una que recordará por siempre a pesar de no ser la competencia más importante en la que logró coronar? «Al levantarme tras la caída, no sabía si estaba bien y mi bicicleta estaba toda rota. Después del cambio me preocupé. Un accidente te quita mucha energía, pero aún tenía suficiente energía para seguir y disputar la carera», explicó.

Pogacar, que ejerció su condición claro favorito, rubricó con el maillot arcoíris que acredita al campeón del mundo una victoria para el recuerdo tras cinco horas, 13 minutos y 58 segundos. Tras la caída, completó un ataque colosal a menos de 19 kilómetros para superar al británico Thomas Pidcock (Q36.5), que esquivó por centímetros la caída, y al belga Tim Wellens (UAE Team Emirates-XRG), en tercer lugar con más de un minuto de desventaja. Marcó, además, un récord de velocidad en la carrera, con una media de 40,703 km/h.

Fue la tercera vez que Pogacar, el ‘monstruo’ de Komenda, alzó los brazos en Siena tras los más de 200 kilómetros que recorren los originales tramos de tierra por la Toscana con inicio y fin en Siena. Y tercera vez que el actual campeón del mundo, sobrado, alzó lo brazos en solitario tras la complicada subida de Santa Catalina.

En el final, fue una disputa mano a mano con Pidcock. Aguantaron varios kilómetros hasta que Pogacar se escapó. El dominio fue absoluto, casi vergonzoso, que culminó con un ritmo infernal en el Colle Pinzuto, monte de tierra a menos de 20 kilómetros de la meta, para hacer sufrir al británico, que no pudo sostener el ritmo ante el intratable tirón del esloveno, maestro absoluto de los ataques.

La celebración de Pogacar mientras cruza la línea de meta. Foto: Marco Alpozzi/ La Presse vía AP

Pogacar igualó al suizo Fabian Cancellara como máximo ganador en la Strade Bianche, aunque el esloveno fue el primero en hacerlo con el maillot arcoíris y el primero que consiguió victorias consecutivas, que marcó la número 92 de su carrera como profesional.

Quinto finalizó el español Pello Bilbao, del Bahrain Victorious, a una inmensidad de cuatro minutos y 20 segundos de diferencia de Pogacar.

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