se habla de “infección polimicrobiana” y podría pasar varias semanas internado


La salud del papa Francisco preocupa. Ya no se habla de bronquitis, ahora se indica una “infección polimicrobiana del tracto respiratorio”. El mayor optimismo se está evaporando porque eso quiere decir que el augusto paciente de 88 años enfrenta un “cuadro complejo” más peligroso para el enfermo. Hasta ahora el Papa argentino, que llegó el viernes al hospital Gemelli desde el Vaticano, parece responder bien a los tratamientos, aunque de la bronquitis inicial se ha pasado a la infección múltiple en las vías respiratorias de microrganismos patógenos como virus, hongos y otros agentes que infectan los pulmones contemporáneamente.

Esta mañana el Vaticano informó que debido a la hospitalización del Papa queda cancelada la audiencia jubilar prevista para el sábado. En la misa del domingo del Jubileo de los Diáconos será sustituido por el responsable del dicasterio para la Educación, cardenal Rino Fisichella..

Desde el sábado, cuando al Papa los médicos que lo siguen (y que no firman los partes médicos) le cambiaron dos veces las curas, al parecer con buenos resultados, Francisco no tiene más la ligera fiebre que padecía. El tratamiento tiene en vilo a todos porque la variedad de microorganismos en los pulmones hace más difícil la identificación de los agentes patógenos y esto podría influir en el tratamiento y la recuperación del paciente.

Hoy la respuesta a los ansiosos que preguntan es solo una palabra: “Complejo”. Ese cuadro dejó contra las cuerdas a los más optimistas acerca del panorama que se vive en la suite del décimo piso del Gemelli reservada a los pontífices.

Es la sentencia oficial del cuadro clínico del Papa que obliga a extender su hospitalización en el Policlínico. Se indica “una infección polimicrobiana del tracto respiratorio” que el lunes obligó a cambiarle la terapia que recibe.

El Papa está bien informado y sigue tirando adelante. Lee, gobierna la Iglesia con nombramientos y disposiciones. Habla y sonríe, tranquilo. La sede pontificia no está vacante, hay un pontífice que quiere curarse y volver a manejar a pleno las riendas de la Iglesia. Claro que las últimas noticias revelan que la internación en el policlínico católico universitario, uno de los mejores de Italia, deberá prolongarse “al menos tres semanas” como indicaron algunas fuentes.

El Papa lee, habla lo menos posible, ríe y al parecer su cuerpo está afrontando bien las pruebas médicas para afrontar a los agentes patógenos. Que se sepa no habla de un regreso inmediato: tiene confianza en los médicos del hospital que lo tratan desde hace años.

Cruje la organización de las celebraciones del Año Santo 2025. El domingo no estará el Papa en San Pedro en la celebración de los Diáconos y más allá se podría llegar a la Pascua, el 20 de abril. A esta altura sería una fecha óptima para el regreso, aunque hoy ya son cada vez más difíciles los pronósticos. Cuentan lo que dicen los resultados de las maquinarias sofisticadas que permiten a los médicos miran dentro de su organismo y tomar las medidas necesarias.

Los 88 años de Francisco son un problema porque el sistema inmunológico no funciona tan bien como antes en los ancianos. Y ya este es un aviso suficiente para el argentino Jorge Bergoglio a que si vuelve al Vaticano no podrá regresar también al ritmo agotador que pone a dura prueba su salud.

Loa médicos que atienden al paciente con el “cuadro clínico complejo”, indicaron que están contentos en haber actuado rápidamente no bien el Papa llegó el viernes al Gemelli porque las terapias apuntan a reducir los factores de riesgo y la gestión de la infección.

Se trata de un momento delicado, porque todo depende de los agentes patógenos involucrados y de las medicinas que se administran y sus proporciones, para eludir problemas más serios.

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