Los pasajeros de Flybondi, en especial los sanjuaninos, enfrentan una ola de reprogramaciones y cancelaciones que generan malestar y denuncias públicas. Paula Atencio, una pasajera afectada, relató su experiencia en la que un vuelo originalmente programado para las 11.40 de la mañana terminó con múltiples retrasos y cambios de aeronaves sin garantías de partida. “Estuvimos subiendo y bajando del avión hasta que, a las 3 de la tarde, nos pasaron el vuelo a las 8 de la noche. Luego nos volvieron a subir a un colectivo para llevarnos a otro avión. No sabemos si podremos llegar a San Juan”, comentó con frustración.
Esta situación no es un caso aislado. Según datos recientes, Flybondi reprogramará el 45% de sus vuelos en diciembre, lo que ha provocado no solo molestias entre los usuarios sino también cuestionamientos por parte de las autoridades. La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Secretaría de Transporte han advertido a la aerolínea que debe mejorar sus servicios, bajo la amenaza de recibir multas millonarias o incluso enfrentar la suspensión de su habilitación para operar.
La crisis operativa de Flybondi no solo afecta a los pasajeros de San Juan, sino que es parte de un panorama más amplio. La aerolínea, que comenzó a operar en 2018, acumula quejas por mantenimiento deficiente, incidentes de seguridad bajo investigación y una tasa de incumplimiento que ha superado el 26% en promedio durante el año, alcanzando picos del 40% en los últimos meses.
Desde el Gobierno, fuentes cercanas al presidente Javier Milei han señalado que “la paciencia se está agotando”. La compañía ha sido intimada a presentar un plan correctivo, pero hasta ahora las soluciones propuestas no han sido satisfactorias. Esto podría derivar en sanciones severas, incluidas multas de más de $200 millones o la revocación de su Certificado de Explotador de Servicios Aéreos (CESA).
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