Salta: la iniciativa creada por una universidad para contribuir a la protección de los niños en áreas rurales

En el corazón de la Quebrada del Toro, un conjunto de comunidades rurales enfrenta desafíos que van más allá de la geografía imponente que las rodea. La lejanía de los centros urbanos, las dificultades en el acceso a servicios esenciales y la falta de recursos exponen a los niños a situaciones de vulnerabilidad que requieren respuestas concretas.

En este contexto, un grupo de estudiantes y docentes de la Universidad Católica de Salta (UCASAL) decidió intervenir con un enfoque basado en la educación, la prevención y la protección. Así nació “Sembrando Derechos”, un proyecto que logró generar cambios profundos en la región.

Desde su inicio en 2023, este programa se propuso transformar la realidad de los niños en las escuelas rurales de la provincia. Conducido por la licenciada Fernanda Serman, docente de Trabajo Social en la institución, comenzó como una iniciativa académica y, con el tiempo, se consolidó como un proyecto de extensión universitaria. Actualmente, forma parte de la Fundación Por Nuestros Niños, lo que permitió ampliar su alcance y fortalecer sus estrategias de intervención.

En su primer año, el proyecto se implementó en la comunidad de Las Cuevas, y su impacto fue inmediato. A partir de esa experiencia, el equipo decidió expandirse a otras localidades de la Quebrada del Toro, como Gobernador Solá y El Alfarcito, con el objetivo de intervenir en un número creciente de escuelas rurales.

El propósito central del programa consiste en prevenir y abordar situaciones de violencia que afectan a los niños, en busca de promover un entorno seguro para su desarrollo. La estrategia clave del proyecto fue la capacitación en temáticas fundamentales como convivencia escolar, afectividad, prevención del bullying y derechos de la infancia.

Uno de los pilares de esta iniciativa fue su alianza con el proyecto “Palanca”, de la Fundación Por Nuestros Niños, un programa que cuenta con aval del Ministerio de Educación y es sostenido por la Fundación Carlos Díaz Vélez. A través de esta colaboración, los docentes y graduados de distintas disciplinas recibieron formación en derechos de la infancia y prevención de conflictos. Luego, ellos mismos se convirtieron en agentes de cambio dentro de las comunidades para transmitir estos conocimientos a los educadores y familias de las escuelas rurales.

El motor de “Sembrando Derechos” es un equipo interdisciplinario conformado por estudiantes y egresados de UCASAL. En la actualidad, 15 alumnos de distintas carreras—como Trabajo Social, Psicología, Educación Primaria, Relaciones Internacionales y Ciencias Jurídicas—colaboran en el desarrollo y ejecución de las actividades.

Desde el trabajo en escuelas hasta la capacitación de adultos, el proyecto ofreció a los estudiantes de esta universidad una formación práctica que complementó su preparación académica y los enfrentó a las realidades sociales de un futuro profesional.

Además de la intervención directa en las comunidades, el equipo comenzó a elaborar protocolos de actuación en casos de violencia dentro de cada escuela. Estos documentos buscaron formalizar y estructurar las respuestas institucionales ante situaciones de riesgo, con el objetivo de garantizar que docentes supieran cómo actuar y a qué organismos recurrir en cada caso.

Asimismo, desde UCASAL explican que esta iniciativa busca distinguirse por su enfoque humano. En este contexto, cada niño que encuentra en su escuela un espacio seguro, cada docente que aprende a detectar signos de violencia y cada familia que adopta nuevas formas de crianza son indicadores de un impacto real y sostenible.

El crecimiento de “Sembrando Derechos” llevó a sus impulsores a proyectar su expansión a otras zonas rurales de Salta. La visión a largo plazo del equipo es consolidar un modelo de intervención que pueda replicarse en distintas regiones con características similares.

Para UCASAL, este tipo de iniciativas son una muestra concreta de su compromiso con la educación y la transformación social. A través de la articulación entre formación académica y trabajo en territorio, la universidad busca generar un impacto positivo en las comunidades más vulnerables.

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