Racing fue una fiesta total en Avellaneda: 2-0 a Botafogo de Brasil y a un paso de ganar título internacional en la Recopa Sudamericana
No se va nadie. No pueden porque primero tiene que desconcentrarse el público visitante, claro. Pero si tuvieran la posibilidad de elegir, igualmente se quedarían en el Cilindro. “Olé, olé, olá, cada día te quiero más”, se canta en cada rincón del Cilindro. Y la melodía acompaña el final, que termina con aplausos. Con el deseo de ser volver a ser campeón. Sí, así jugó Racing. Con sentido de pertenencia, con amor por la camiseta. Con orden, intensidad y contundencia. Con el mismo espíritu guerrero con el que conquistó la Sudamericana, no solo venció a Botafogo; redujo a la mínima expresión al ganador de la Libertadores, ni más ni menos. Fue 2 a 0 y el resultado quedó corto. La revancha de la Recopa será el jueves en Brasil. La serie está abierta, claro. Pero la Academia llegará a Río de Janeiro en una coyuntura inmejorable.
Racing fue muy superior desde la actitud en el capítulo que abrió el juego y terminó siendo abrumador desde el aspecto estrictamente futbolístico en el complemento. Con la pelota larga como principal arma y un gran despliegue físico, empujó a Botafogo contra su arco.Y terminó siendo un plus en esa etapa inicial que había sido pareja en los primer tramo hasta que se volcó a favor de la Academia con un penal notablemente resuelto por Luciano Vietto.
Consciente de que la magnitud del partido, Costas apeló a Bruno Zuculini de entrada y relegó a Agustín Almendra. El esquema no varió, fue el habitual 3-4-1-2, pero el cambio de intérprete en la mitad de la cancha denunció las intenciones. El volante criado en el predio Tita tiene mayor capacidad a la hora de marcar y recuperar. Y como el ex mediocampista de Boca había estado muy lento, el veterano entrenador prefirió músculo en la zona neurálgica.
Se lesionó el “10” después de su ejecución y tuvo que ser reemplazado por Matías Zaracho. Botafogo atacó con algunas triangulaciones y buscó a Igor Jesús. Racing se aferró en el orden, bien compacto, muy a pesar de algunas faltas de Zuculini. Cuando los brasileños se filtraron por el sector de Rojas y Santiago Quirós no se mostraba como una garantía, apareció Nazareno Colombo para cruzar. Y ganó siempre.
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