Quién es Marco Rubio, el influyente secretario de Estado de Donald Trump que tiene a Cristina Kirchner en la mira por corrupción hace 15 años


«Mire lo que pasa en Argentina. La presidenta argentina Kirchner nacionalizó instituciones, suele hablar muy mal de Estados Unidos». Ya en mayo de 2012, cuando el abogado con raíces cubanas era senador republicano por Florida, tenía presente a Cristina Fernández de Kirchner en su radar. Ahora Marco Rubio (53), como secretario de Estado -canciller- del gobierno de Donald Trump, sancionó a la ex presidenta y a sus hijos con la imposibilidad de entrar a Estados Unidos por su condena por corrupción.

Aquella frase de Rubio fue unas semanas después de que el Congreso argentino, por orden de Cristina Kirchner, reestatizara el 51% de YPF tras 17 horas de debate. El senador de Miami peleaba por un lugar en la fórmula presidencial con su par por Utha, Mitt Rommey, para competir contra Barak Obama. En ese momento perdió la pulseada con el diputado de Wisconsin, Paul Ryan, y los republicanos cayeron ante Obama.

Siempre abocado a las críticas a Cuba y Venezuela, Rubio fue uno de los primeros políticos en Estados Unidos en cuestionar a Cristina Kirchner, desde su cargo como senador republicano al que accedió en 2010. En el Senado integró el Comité de Relaciones Exteriores y el de Inteligencia.

En agosto de 2012, Marco Rubio presentó una enmienda para que Washington vote en contra de los préstamos para Argentina en el BID y en el Banco Mundial. El argumento fueron los incumplimientos de Argentina en el plano internacional, otra crítica a la gestión de Cristina Kirchner.

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Marco Rubio, un antikirchnerista en la Casa Blanca.

En 2015, enfrentó a Donald Trump en la interna republicana por la presidencia. Recibió el apodo de «Pequeño Marco» y declinó su postulación tras una derrota en Florida. Ese año, desde la Subcomisión para el Hemisferio Occidental de la Cámara, Rubio avaló la postura de Doug Farah, un experto en seguridad y terrorismo, presidente de los consultores IBI, que lanzó: «Venezuela fue el puente necesario con Argentina para fortalecer las relaciones con Irán». Tiempo antes, Rubio se había reunido con el ex fiscal Alberto Nisman.

Pero más allá de aquella interna con Trump, de a poco Rubio fue alineándose con las posiciones del magnate y ahora se ha convertido en un fiel defensor de la política exterior del republicano.

En abril de 2022, cuando el expresidente Alberto Fernández pidió restablecer los vínculos con la Venezuela de Nicolás Maduro, Marco Rubio volvió a lanzarse contra el kirchnerismo: «En la Argentina de Alberto Fernández se da la bienvenida al Kremlin en nuestra región, así como también reconocen al narco-dictador ilegítimo de Maduro en Venezuela. Este acto diplomático imprudente plantea amenaza directa a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos», posteó en la red social X.

En diciembre de 2023, una vez que Milei asumió la presidencia, Rubio le mandó una carta al por entonces presidente Joe Biden para que el FMI y Estados Unidos ayuden al libertario. En esa misma carta, pidió sanciones para Cristina Kirchner, que se había retirado de la vicepresidencia.

En parte de la nota, le pidió a Biden «que tome medidas inmediatas para responsabilizar a Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, ex vicepresidenta de la Argentina, y a sus familiares por actos de corrupción significativa. Es una cleptócrata convicta que robó miles de millones de las arcas estatales y permitió que actores malignos como China e Irán concentraran su influencia corrupta en un aliado crítico de Estados Unidos, Argentina».

Esa carta también estuvo firmada por los senadores James Risch («ranking member» del Comité de Relaciones Exteriores del Senado) y Rick Scott, Bill Hagerty y John Cornyn. Menciona los casos por los que la ex presidenta fue condenada y otros por los que sigue procesada, como la corrupción en la obra pública, Hotesur, el memorándum con Irán y la ruta del dinero K, entre otros.

En un contacto con la corresponsal de Clarín en Washington, Paula Lugones, Rubio sostuvo: «Milei lucha contra el cáncer del comunismo», y resaltó que Estados Unidos debería priorizar aliados como Argentina.

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