El papa Francisco, que lleva más de una semana con bronquitis, fue internado este viernes 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma “para algunos necesarios estudios diagnósticos y para seguir en ámbito hospitalario el tratamiento para curarse la bronquitis aún en curso”, según informaron desde el Vaticano.
El ingreso al centro de salud se produjo después de que el sumo pontífice, de 88 años, realizara las audiencias que tenía previstas para esta mañana invernal en su residencia de Santa Marta. Mantuvo reuniones con Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia, junto a su delegación; Mark Thompson, presidente de CNN; el cardenal filipino Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización; y miembros de la Fundación “Gaudium et Spes”.
Christopher Lamb, corresponsal de CNN en el Vaticano, que estuvo al principio de la audiencia de Thompson, contó que vio al Papa “mentalmente alerta, pero tenía muchas dificultades para hablar debido a sus dificultades respiratorias”. Él mismo había dicho durante la audiencia general del último miércoles que seguía con bronquitis y que por eso no podía leer la catequesis. El domingo anterior, mientras se celebraba la misa por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, interrumpió la lectura del sermón para explicar que tenía “dificultad en la respiración”.
Para continuar el tratamiento de este cuadro, su equipo médico dispuso el traslado al centro de salud, en el que suelen atenderse los Papas. Allí se le podrán realizar placas y otros estudios diagnósticos que no podían hacerse en su residencia oficial. Sin embargo, Francisco está en un lugar conocido: ya estuvo internado tres veces en el hospital Gemelli los últimos años, en una suite acondicionada especialmente para él en el décimo piso.
En paralelo a sus mensajes y apariciones públicas, el Papa Francisco también fue noticia por distintos episodios asociados a su salud, que el mundo sigue con atención por tratarse de la máxima autoridad de la Iglesia Católica.
En los últimos meses, primero en diciembre y después en enero, causó preocupación que el Papa se lastimara levemente con dos caídas que tuvo en su suite de la residencia de Santa Marta: en una de ellas se golpeó el mentón con su mesa de luz, por lo que apareció con un hematoma muy notable; y la segunda vez se lastimó el brazo derecho, sin llegar a fracturarse. Estos accidentes domésticos no le impidieron continuar con su agenda; incluso apareció con una venda que le inmovilizaba la extremidad lastimada.
Con su nuevo ingreso al hospital Gemelli, resurgió el recuerdo de las veces que estuvo internado en este centro de salud. La última de ellas, a fines de marzo de 2023, también fue por un cuadro respiratorio que lo mantuvo hospitalizado por tres días.
Las otras dos internaciones que el Papa pasó en el centro de salud donde volvió a ingresar este 14 de febrero fueron en julio de 2022, cuando se operó por problemas en el abdomen -en ese momento se sometió a una larga intervención quirúrgica en la que le removieron parte del intestino- y en junio de 2023, para otra cirugía destinada a eliminar las cicatrices formadas en la zona.
Más allá de los problemas abdominales y respiratorios, desde mayo de 2022 el Papa se desplaza en silla de ruedas, andador y bastón, debido a un problema en la rodilla derecha. Estas complicaciones, comunes en muchos hombres de su edad, no le impidieron realizar viajes por todo el mundo y eligió destinos lejanos como la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Mongolia y, en septiembre del año pasado, el viaje más largo de su pontificado a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Singapur.
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