Qué es el «punto Anker», el factor clave del plan económico que obsesiona a Caputo y su equipo

Lejos de alarmarse ante la imposibilidad de renovar el 100% de los vencimientos de deuda en pesos en abril, Luis Caputo y su equipo celebraron que esta dinámica forma parte del «punto Anker«, un término acuñado por los propios colaboradores del ministro de Economía para destacar el supuesto proceso de remonetización de la economía argentina sin los efectos negativos de la inflación.

La premisa sobre la que se sustenta la teoría oficialista es simple: ante la mejora de la actividad y los fundamentos macroeconómicos, el mercado deja de financiar al Estado nacional para aumentar el crédito al sector privado. Bajo la perspectiva de Caputo y su entorno, la incapacidad de refinanciar la totalidad de los pasivos en las últimas dos licitaciones (75,5% y 70%, respectivamente) cristaliza las necesidades de bancos privados y públicos de pesos «frescos» para poder prestarlos a sus clientes.

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Qué es el «punto Anker» que celebran Caputo y su equipo

Desde la óptica de Economía, la mayor demanda de moneda nacional surge a partir de la emisión cero, la baja de la inflación, la reducción de las tasas de interés y la concreción del superávit fiscal. En tal sentido, el Palacio de Hacienda considera que la inyección de pesos para cubrir los vencimientos no es inflacionaria ya que se destina a préstamos o inversiones particulares.

Dentro de esa lógica también se inscribe la transferencia de $11,7 billones del Banco Central de la República Argentina (BCRA) a las cuentas del Tesoro de la Nación. El significativo monto deriva del excedente contable que arrojó el balance de la autoridad monetaria en 2024 y, según autoridades del Palacio de Hacienda, tendrá un «efecto monetario neutro». En otras palabras, no implicará un salto de la inflación por mayor circulación de pesos en la economía.

Al mismo tiempo, ese extra refuerza las arcas de la administración central en un momento clave, ya que habían caído desde $16 billones a $1,7 billones por el pago de deuda. Los recursos girados por el BCRA sirven como un colchón de reservas en pesos para el Gobierno y le resta presiones frente a los vencimientos por casi $30 billones que vencen solo entre mayo y junio.

«Retiramos pesos por superávit y más con la emisión del nuevo Bopreal, pero necesitamos que la economía se remonetice para que el nivel de crecimiento se mantenga o suba. Por eso, las utilidades del Banco Central pasan a reservas en pesos del Tesoro en el BCRA», remarcó Luis Caputo en el Congreso Económico Argentino de la Expo EFI 2025.

Deuda Tesoro

A propósito de la transferencia de la entidad monetaria, el funcionario nacional planteó que «se trata de ganancias genuinas del BCRA producto de la baja del riesgo país». «Nosotros no vamos a usar esa plata para financiar gasto. La vamos a usar para tenerla como reserva para poder cancelar deuda en el caso de que los bandos no hagan 100% de refinanciamiento de los vencimientos en pesos porque están más inclinados a prestarle al sector privado. Por un lado, cancelamos deuda y remonetizamos la economía en el momento en que lo necesita», sumó.

Y cerró sobre el tema: «Necesitamos que esta remonetización (volver a poner más dinero en circulación) se materialice para que la economía siga creciendo. En la medida que siga creciendo y nosotros sigamos achicando el gasto, vamos a tener un mayor superávit que nos va a permitir seguir bajando impuestos y devolverle más recursos al sector privado».

Por su parte, el director del BCRA, Federico Furiase, explicó en detalle el «punto Anker«, bautizado en honor a la consultora que había fundado Caputo junto al actual titular del Central, Santiago Bausili, y que también integraron el propio Furiase y Martín Vauthier, hoy director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

«La remonetización vía el Tesoro devolviendo pesos en las licitaciones primarias contra cancelación de deuda refleja un exceso de demanda de pesos (liquidez)/exceso de oferta de títulos públicos de los bancos consistente con tasas reales endógenamente bien positivas, derivado de un proceso virtuoso de desplome de la inflación, baja de tasas nominales y recuperación de la demanda de dinero/crédito del sector privado, dada la base monetaria amplia fija», indicó.

A la vez, Furiase expresó el «punto Anker» está asociado «con una óptima decisión de cartera de los bancos de incrementar su exposición al sector privado (dando créditos a familias y empresas) en detrimento de la exposición en el sector público, producto de la estabilización macro y la no necesidad de financiamiento al Tesoro; y dicha dinámica es independiente del nivel de tipo de cambio al que el BCRA monetice contra compra de dólares y en algunas licitaciones es un proceso inelástico a la tasa de corte de la licitación del Tesoro».

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Siguiendo esa línea argumental, el integrante de la mesa chica de la cartera económica consideró que las reservas en pesos del Tesoro operan como un fondo de contingencia para cubrir eventuales licitaciones de deuda con un roll over por debajo del 100%. En simultáneo, juzgó que ese colchón «acota la volatilidad esperada de tasas, incentivando la extensión de duration del inversor en línea con la estrategia financiera que viene llevando el Tesoro».

Por otra parte, el oficialismo aspira a que esta mecánica se profundice con el ingreso de fondos del exterior para fomentar la demanda de letras y bonos argentinos y comprimir las tasas de interés a la baja. De hecho, el Banco Central habilitó a inversores extranjeros a utilizar el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para vender sus dólares y comprar activos en pesos con el objetivo de aprovechar las tasas de interés en un contexto de estabilidad cambiaria. ¿La única condición? Permanecer en el país por al menos seis meses, lo que coincide con el mes siguiente a las elecciones legislativas.

Las dudas del «punto Anker» y el giro del BCRA al Tesoro

Más allá del entusiasmo de los hacedores de política económica por el crecimiento de la demanda de dinero, la estrategia oficialista suscitó interrogantes en distintos analistas económicos. La lupa se posó sobre el envío de fondos del BCRA al Tesoro.

«El efecto neutro monetario se pierde en el preciso momento en que se utilicen para cancelar deuda del Tesoro con otro actor que no sea el propio BCRA«, opinó el consultor financiero, Christian Buteler, acerca de las justificaciones del Gobierno sobre por qué no es una medida inflacionaria.

Vencimientos de deuda en pesos

«En un contexto donde fue necesario pedir un nuevo crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI) para recapitalizar al BCRA, tal vez sería prudente que las ganancias contables que obtiene la entidad sean capitalizadas también«, agregó Buteler.

Por su parte, ex secretario de Política Económica y ex asesor de Javier Milei, Carlos Rodríguez, coincidió: «No se entiende para qué pedimos US$ 20.000 millones al FMI con el fin de capitalizar al BCRA si usamos esa ganancias de monto similar para gastarlas en lugar de mandarlas a Patrimonio».

«El BCRA genera ganancias emitiendo dinero y después licuándolo con la inflación resultante o devaluaciones. Esas Ganancias son ficticias y deben ser capitalizadas. Es standard en contabilidad nacional. Es como si hubiera inflación de 40% anual y la suba en el valor nominal de mi casa lo considero ingreso y me lo gasto…es de almacenero, que sabe muy bien que el aumento inflacionario de sus inventarios no es ingreso genuino», graficó Rodríguez.

A modo de cierre, apuntó que «decir que cambiar esas ganancias depositadas en la cuenta del Tesoro por reservas para pagar la Deuda Externa no tiene efecto monetario es completamente falso; primero hay que emitir dinero para comprar los dólares y esos dólares de reservas no aparecen en la caja del BCRA por obra y gracia de las Fuerzas del Cielo«.

MFN / Gi

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