Por qué el campo, más allá de los matices, apoyó hoy a Milei en Expoagro

“Vamos León”, gritó, puño en alto, un productor subido a una pulverizadora al saludar el paso del presidente Javier Milei por la calle principal de Expoagro, rumbo al stand de la Secretaría de Agricultura.

La adhesión del hombre de campo coincidía con la euforia de los más de 300 productores y público en general que esperaron durante 40 minutos bajo el rayo del sol a que el Presidente terminara su discurso en el auditorio de Agronegocios de la muestra.

Tanto entusiasmo no parece responder al anuncio de una medida concreta para el campo, que, en rigor, no hubo. Es más, si hubiera sido por ese motivo, Milei hizo exactamente lo contrario de lo que explican los manuales tradicionales de la política. Por ejemplo, no le puso fecha a la reducción de las retenciones (en rigor Derechos de Exportación) que afectan la rentabilidad de los principales cultivos (soja, maíz, trigo y girasol) ni tampoco dio precisiones sobre el fin del cepo, que significa un dólar distinto para exportar e importar. En cambio, como suele hacer, eligió las palabras crudas. Consideró que la eliminación de las retenciones debe hacerse cuando la situación fiscal garantice que no habrá marcha atrás. De paso, aludió al gobierno de Mauricio Macri que luego de la crisis financiera de 2018 debió reimplantar los DEX al trigo y al maíz que había eliminado en diciembre de 2015. No obstante, el expresidente, que hoy tiene una tensa relación política con Milei, puede vanagloriarse de que durante su gestión las retenciones estuvieron en un escalón más bajo que en la administración libertaria y que había presentado un cronograma de reducción para el fin de su mandato.

Javier Milei en Expoagro, junto a Patricia Bullrich, José Luis Espert y Manuel AdorniMarcelo Manera

Pero el campo hoy, claramente, apoya a Milei. Acaso, uno de los motivos pueda encontrarse en la intención de colocar al agro como protagonista de la recuperación del país. Milei volvió a formular un concepto que había expresado en la Rural de Palermo, en 2024: el modelo exportador no debía verse como algo peyorativo, sino como el motor “una prosperidad sin precedentes”, en la que los productores agropecuarios estaban “tirando del carro”. Para Milei, en esos tiempos, finales del siglo XIX y principios del XX, la fertilidad de las pampas, combinada con el “ingenio argentino” y los principios liberales de la Constitución de 1853 abrieron una época dorada para el país. “En palabras sencillas: cuando le fue bien al campo, le fue bien al país; cuando al campo le fue mal a Argentina también le fue mal”, expresó. Luego, vino la debacle.

Pero los tiempos han cambiado y la Argentina ya no es el granero del mundo, o al menos no es el único. Brasil, Estados Unidos, Canadá y Australia, entre otros, son grandes países exportadores que, a diferencia de lo que hace la Argentina, no castigan a su producción con impuestos distorsivos ni los utilizan como caja para financiar sectores ineficientes, sino que mantienen sus políticas a lo largo del tiempo, independientemente del signo político que gobierne.

La Argentina, según explican diferentes estudios, podría pasar de producir de 130/140 millones de toneladas de granos al año, en la actualidad, a 200 millones de toneladas si no hubiera impuestos distorsivos como las retenciones y existiera la misma moneda para exportar e importar y una infraestructura acorde a la producción.

Expoagro 2025marcelo manera

Por ejemplo, este año, el Estado recaudaría por los DEX unos 8100 millones de dólares, según una proyección de la Bolsa de Comercio de Rosario. Si esa plata volviera a los productores agropecuarios que la originan podría destinarse a inversiones en maquinaria agrícola, fertilizantes, equipos de riego y productos fitosanitarios, además de generar actividad económica en el interior. Con la reciente reducción de retenciones, vigente hasta fin de junio, esa cifra podría bajar a US$7300 millones.

Pero Milei, en Expoagro, intentó también correr el arco de la discusión por las retenciones y defendió el acortamiento de la brecha cambiaria: de 200% en diciembre de 2023 a 12/15 por ciento en la actualidad. Esa caída, consideró, tiene un impacto mayor que el peso de los DEX. También lo hizo al defender el uso de productos agropecuarios como moneda a raíz de una reciente línea de créditos del BICE en litros de leche, kilos de cerdo o toneladas de soja en un esquema de “competencia de monedas”. Milei explicó que así “se elimina el riesgo de descalce de moneda” y los productores van a un negocio » que tiene menos riesgo” con una menor tasa de descuento que les permite “amplificar el valor”. Pero la soja, por las retenciones, hoy tiene una cotización 26% más baja.

Más allá de los matices, la promesa de un futuro venturoso y el temor de no volver al pasado le alcanzan al Presidente para recibir el apoyo del campo.

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