¿por qué cae el consumo si los salarios se recuperan?


El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) revela que en 2024 las ventas en los supermercados se redujo 7,6%, fenómeno que aparentemente convivió con una mejora de los salarios del sector registrado de la economía, según señalan desde el Gobierno.

El fenómeno no tendría explicación aparente. Si los consumidores hubiesen mejoraron su situación, entonces, habrían decidido consumir menos alimentos en los supermercados, a pesar de contar con mayores recursos.

Una de las explicaciones podría ser que se están registrando cambios de precios relativos. Es decir, que el peso de los servicios públicos subió más que el de los alimentos y, por ello, a pesar de ganar más, las personas destinan todo lo que consiguen de mejora en pagar facturas.

En ese sentido, un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) plantea la hipótesis de que, en rigor, los salarios no hubieran mejoraron en 2024 si el INDEC hubiera cambiado la forma de medir la inflación.

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Tal como se viene planteando en el último tiempo, el organismo tiene que actualizar la canasta de consumo de los hogares, porque la que se está usando pondera gastos de una manera diferente de lo que ocurre en la realidad. Medida de manera correcta, señala el CEPA, el poder de compra de los salarios no mejoró, sino que cayó.

El informe detectó que la correlación entre el salario promedio registrado de la economía y las ventas en supermercados es de 0,838 entre enero de 2017 y noviembre de 2023. En cambio, desde noviembre 2023 al mismo mes del año pasado el índice se desploma a -0,05.Cabe menciona que el indicador establece que 1 equivale a una correspondencia total y cero representa una correspondencia nula.

“¿Cómo se explica esta divergencia? La razón es que la medición de inflación actual no representa la canasta de consumo de los argentinos. Refleja una recuperación salarial distorsionada”, asegura el informe.

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El informe señala que los ponderadores que usa el INDEC que establecen qué proporción de gastos destinan las familias a alimentos, servicios, ropa o transporte están desactualizados.

Se usan ponderadores 2004-2005 actualizados a diciembre de 2016, que fue el momento en que se pasó a medir la inflación nacional. “En ese momento, los hogares argentinos destinaban el 27% del total de sus gastos a alimentos y bebidas no alcohólicas, el 11% a transportarse, el 9,9% a vestirse, entre los principales rubros”, explica el reporte.

En cambio, el INDEC elaboró entre 2017-2018 nuevos ponderadores que todavía no se han aplicado, según indica el informe. En ese sentido, el CEPA plantea que habría “un crecimiento del porcentaje de gasto que los hogares destinan a los servicios como agua, electricidad y gas desde 9,4% a 14,5%. También afirma que hay “un incremento en Transporte de 11% a 14,3%, un aumento en Comunicaciones de 2,8% a 5,2% y una reducción de la ponderación de los alimentos de 27% a 22,7%.

“En suma, en el período noviembre 2023-octubre 2024, mientras que con los ponderadores actuales, la inflación acumulada fue de 159,8%, si aplicáramos los ponderadores de la Encuesta de Hogares 2017/18, la inflación acumulada sería de 181,9%”, plantea el CEPA.

El estudio indica que “con la metodología actual, el poder adquisitivo de este fragmento de asalariados es de 1,5% en noviembre de 2024 en relación a noviembre de 2023”. “Sin embargo, si aplicamos los ponderadores de 2017, la caída de la capacidad de compra asciende a 6,8%”, dice el estudio.



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