Por qué Brasil pudo hacer ¡siete cambios! contra Colombia y no será castigado en las Eliminatorias Sudamericanas

La jugada casi que pasó desapercibida porque ambos se retiraron de la cancha por sus medios: Alisson chocó su cabeza con la de Davison Sánchez y se detuvo el partido entre Brasil y Colombia por las Eliminatorias Sudamericanas. Los dos cayeron al suelo en Brasilia y el árbitro Alexis Herrera hizo un desesperado pedido de asistencia médica. Tras las primeras revisiones, el defensor de Galatasaray fue el primero en ser reemplazado. Al toque se marchó el arquero de Liverpool: ambos con sospecha de conmoción cerebral.

Para esos casos, desde mediados de 2024 existe un cambio reglamentario que le otorga a los equipos cambios extra a los ordinarios. Brasil había abierto dos ventanas para meter un cambio en cada una. La inicial en el primer tiempo por la lesión de Gerson y la segunda en el complemento, ambas antes de la violenta colisión de cabezas.

Choque forte de cabeça entre Alisson e Davinson Sánchez. O colombiano, já com a consciência recobrada, precisou ser substituído.

Brasil 1×1 Colômbia#BRAxCOL pic.twitter.com/H5uTuEukMs

— Futeboleiros (@futteboleiros) March 21, 2025

En la tercera oportunidad, fueron cuatro las sustituciones, incluida la de Bento por Alisson. Después del gol de Vinicius, el entrenador Dorival Juniar abrió la última ventana para hacer el séptimo cambio y perder un poco de tiempo.

Todo fue posible gracias a una nueva regla, la sustitución ante sospecha de traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral. El artículo 96 se reparte en seis apartados y entró en vigencia para la Copa América 2024.

El primer punto indica que «ante la sospecha» de traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral durante un partido, «se podrá realizar hasta 1 (una) sustitución por equipo» independiente a las cinco sustituciones que permite el reglamento.

«La sustitución por conmoción cerebral podrá llevarse a cabo independientemente del número de sustituciones realizadas hasta el momento en que se produzca», detalla la regla.

El protocolo para hacer uso de la innovación es claro: al igual que la notificación al cuarto árbitro para un un cambio regular, el cuerpo técnico debe informar que hará uso de la sustitución extra. Aunque no se llevó a la práctica, el referí debe utilizar una tarjeta de color rosa, diferente a las que habitualmente se utilizan para registrar una sustitución.

Hasta ahí, todo legal. Sin embargo en el tercer punto del artículo 96 deja a Brasil en una posición sensible de ser recusada, ya que por el modo en que realizó los cambios no podría haber hecho el último, con el que reemplazó al atacante del Real Madrid.

«No obstante, si se efectuara una sustitución normal al mismo tiempo que una sustitución por conmoción cerebral, se descontará una oportunidad de sustitución. Cuando un equipo haya utilizado todas las oportunidades de sustitución regular, no podrá usar una sustitución por conmoción cerebral para efectuar una sustitución regular», dice el apartado número tres.

Y los cambios de Brasil fueron en cuatro ventanas y el de conmoción cerebral, en la tercera, junto a otros cambios regulares. Siguiendo al pie de la letra el punto tres, entonces a los 33 del segundo, en la tercera ventana, el equipo verdeamarelo debió perder la cuarta posibilidad de sustituciones.

¿Por qué siete cambios y no seis, si la conmoción cerebral otorga uno extra? porque el punto cuatro lo permite si el rival también cuenta con un futbolista con un golpe en la cabeza. Brasil se sumó el cambio propio por Allison y también por la salida de Sánchez.

«Una vez finalizado el partido (con plazo máximo 24 horas de finalizado el mismo), será obligatorio que el médico del equipo que haya detectado esta sospecha en campo de juego y haya o no sustituido al jugador, remita el formulario SCAT5 (herramienta estandarizada para evaluar conmociones cerebrales), completo y firmado por el mismo, a la comisión médica de la Conmebol», cierra el nuevo reglamento.

Lo que dominará las próximas horas no será el informe, sino el acierto o la mala acción de Brasil a la hora de hacer los cambios.