Por orden de Donald Trump, desclasifican miles de documentos sin censura sobre el asesinato de John F Kennedy


El gobierno del presidente Donald Trump concretó este martes la publicación de miles de documentos relacionados con el asesinato en 1963 del presidente John F. Kennedy sin partes censuradas, una de las promesas de la campaña del magnate, aunque entre esa enorme maraña de archivos no estaba claro aún cuántos de ellos ya habían sido revelados.

La información ya está disponible en la página web de Archivos Nacionales. “De acuerdo con la directiva del presidente Donald Trump del 17 de marzo de 2025, se publican todos los registros previamente retenidos para la clasificación que forman parte de la Colección de registros del asesinato del presidente John F. Kennedy”, dice el sitio.

“La gente ha esperado décadas por esto”, había dicho Trump el lunes, en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington. Y dijo que serían unos 80.000 archivos, aunque en el sitio del Archivo parecían ser menos.

«Tenemos una cantidad tremenda de documentos. Tienen mucho que leer”. También comentó que no cree que nada será tachado en los archivos. “Les dije: ‘Simplemente no tachen, no pueden tachar’”, afirmó Trump.

Expertos del caso, que tardarán un tiempo en revisar las novedades, dicen que el público no debería anticipar revelaciones impactantes, pero aun así existe un gran interés en los detalles relacionados con el asesinato y los eventos que lo rodearon, sobre todo porque muchos estadounidenses creen en una teoría conspirativa en el asesinato del presidente.

Tom Samoluk, miembro de la Junta Directiva de la Fundación de la Biblioteca John F. Kennedy, dijo que los registros no revelarán «ninguna pistola humeante”, o prueba contundente. «Habrá algunas piezas del rompecabezas que se volverán a colocar y que contarán una historia más sólida y rica», señaló.

Tres días después de asumir su cargo, Trump ordenó a la directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, y a la secretaria de Justicia a desarrollar un plan para publicar los registros. La orden también fue para la desclasificación de los registros federales restantes relacionados con los asesinatos del senador Robert F. Kennedy y del reverendo Martin Luther King Jr, ambos en 1968.

«Dije durante la campaña que lo haría, y soy un hombre de palabra», dijo Trump el lunes. El presidente argumentó que continuar clasificando los documentos «no es consistente con el interés público y la publicación de estos registros es necesaria desde hace mucho tiempo».

A Trump le gusta dar pasos históricos para intentar imprimir un sello de posteridad a su presidencia y con este gesto busca dar un paso para terminar con las dudas sobre los asesinatos. Pero también congraciarse con alguien que contribuyó a su regreso a la Casa Blanca, su actual ministro de Salud Robert F. Kennedy, Jr, hijo del asesinado senador Bob y sobrino de JFK, que compitió primero como candidato independiente y luego apoyó a Trump hacia el final de la campaña.

Después de firmar la orden a inicio de su mandato, Trump regaló la lapicera a su ministro. El hoy funcionario trumpista, que es un conocido activista antivacunas y afecto a las teorías conspirativas, ha dicho que no está convencido de que un solo tirador fuera el único responsable del asesinato de su tío.

El manto de dudas se extiende sobre la jornada del 22 de noviembre de 1963, cuando el presidente JK y la primera dama Jacqueline Kennedy estaban de campaña en Dallas y fueron recibidos por un cielo despejado y una multitud que los saludaba mientras se desplazaban en un auto descapotable.

Pero mientras la caravana terminaba su recorrido por el centro se escucharon disparos desde el edificio del Depósito de Libros de la Escuela de Texas. La policía arrestó a Lee Harvey Oswald, de 24 años, que estaba en el sexto piso. Dos días después, el propietario de un club nocturno, Jack Ruby, mató a tiros a Oswald durante un traslado a la cárcel.

Un año después del asesinato, la Comisión Warren, que el presidente Lyndon B. Johnson estableció para investigar, concluyó que Oswald actuó solo y que no había evidencia de una conspiración. Pero eso no detuvo una red de teorías alternativas a lo largo de las décadas.

A principios de la década de 1990, el gobierno federal ordenó que todos los documentos relacionados con el asesinato se almacenaran en una sola colección en la Administración Nacional de Archivos y Registros. La colección de más de cinco millones de páginas debía ser abierta para 2017, salvo cualquier exención designada por el presidente.

Trump, quien asumió su primer mandato en 2017, había dicho que permitiría la publicación de todos los registros restantes, pero terminó reteniendo algunos debido a lo que él llamó el potencial daño a la seguridad nacional. Y aunque los archivos continuaron siendo publicados durante la administración del presidente Joe Biden, algunos siguen sin ser vistos.

Los investigadores han estimado que alrededor de 3.000 archivos no han sido publicados, ya sea en su totalidad o en parte. Y el mes pasado, el FBI anunció que había descubierto alrededor de 2.400 nuevos registros relacionados con el asesinato.

Todavía hay algunos documentos en la colección de JFK que los investigadores no creen que el presidente podrá publicar. Alrededor de 500 documentos, incluidos declaraciones de impuestos, no estaban sujetos al requisito de divulgación de 2017.

Algunos de los documentos ya publicados han ofrecido detalles como visitas de Oswald a las embajadas soviética y cubana durante un viaje a la Ciudad de México solo unas semanas antes del asesinato.

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