Mirco Cuello, épico, asombró a todos en Las Vegas: metió dos manos en el último round y ganó una pelea que tenía perdida

En un combate épico que le sirvió como inmejorable carta de presentación en la gran vidriera del boxeo mundial, Mirco Cuello obró un milagro en el T-Mobile Arena de Las Vegas. En el último round de la contienda, cuando las tarjetas estaban en su contra influidas por su tempranera caída en el segundo asalto, el argentino ganó con un espectacular nocaut técnico al mexicano Christian Olivo Barreda.

Y no sólo estiró su invicto como profesional (15-0) este santafesino, nacido hace 24 años en Arroyo Seco, sino que se ganó la chance de pelear por el título mundial de los plumas en la versión de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) contra el actual monarca, el británico Nick Ball.

«Sabía que venía perdiendo, me dijeron en el quinto o sexto round cómo venían las cosas», dijo para la transmisión oficial de la pelea, dando cuenta del conocimiento que tenía de las tarjetas.

Efectivamente apeló a lo último que le quedaba ya que después del campanazo final lo llegarían las tarjetas que no lo daban por ganador: cuando empezó el último round, Cuello perdía por 88-82, 87-83 y 86-84 en la mirada de los jurados. Era nocaut o derrota.

La victoria lo ubica como retador del inglés Nick Ball, el actual campeón Mundial peso pluma de 27 años por la AMB. El santafesino, entonces, se subirá al cuadrilátero para intentar arrebatarle el cinturón al hombre nacido en Liverpool.

«Ahora a prepararse mejor que nunca», sintetizó Cuello visiblemente extenuado después de la pelea que resolvió, a todo o nada, en el último round. El boxeador es una de las principales esperanzas del pugilismo nacional.

El argentino tuvo momentos de dominio a lo largo de los diez asaltos, pero Olivo fue quien logró incomodarlo y llamar la atención de los jurados para que escaparse en las tarjetas. Fue una pelea demasiado cerrada.

No le resultó fácil ganarla. En el segundo round tocó lona por primera vez en su carrera como profesional, pero se levantó y siguió hasta llegar a esa combinación de ganchos a segundos del campanazo final. Olivo atinó a levantarse, pero el árbitro no quiso saber nada y decretó el nocaut técnico.

Acaso esa secuencia parecía despejar las dudas que había sobre sus posibilidades: su última presentación había sido 10 meses atrás, el 30 de marzo cuando venció por puntos en decisión unánime al duro probador ugandés Sulaiman Segawa en el mismo escenario en que se presentó el sábado.

Quien es Mirco Cuello

Antes de comenzar su andar en el deporte rentado, el peleador de Arroyo Seco edificó una interesante carrera en el seleccionado argentino: obtuvo la medalla de bronce en la categoría hasta 56 kilos en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, compitió en el Mundial de la Asociación Internacional de Boxeo de Ekaterimburgo 2019 y fue representante olímpico en Tokio 2020, cuando perdió en los octavos de final de la categoría pluma ante el tailandés Chatchai Butdee.

Ya como profesional, en cuatro años -y con el nocaut del sábado- forjó un récord perfecto de 15-0 (11 de sus triunfos fueron por la vía rápida), con exigencia creciente y varios sellos en su pasaporte: combatió cuatro veces en Estados Unidos, dos en Colombia, dos en Uruguay, una en México y una en Panamá. Eso le permitió escalar hasta el tercer puesto en el ranking pluma de la AMB y le abrió la puerta a la chance que aprovechó en Las Vegas.

Para la pelea que terminó ganando, Cuello se preparó durante un mes en Los Ángeles junto a sus entrenadores, el excampeón mundial Mariano Carrera y Darío Cuello, su padre. Con ellos, comenzará la preparación para la chance que se avecina y que todavía no tiene fecha. Aunque desde el nocaut del sábado, la expectativa es enorme.

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