Matías Zaracho y su desafío a las adversidades: sus primeros pasos en Racing a los ocho, las dolorosas pérdidas y la promesa de la “vuelta a casa” cumplida


Producto genuino fraguado en el predio Tita Mattiussi, Matías Zaracho tiene una historia extensa y fructífera en Racing. Después de poco más de cuatro años, el talentoso mediocampista regresará al club con el cual fue campeón en 2019 y que ahora le ofrecerá, a los 26 años, la posibilidad de relanzar su carrera después de una temporada en la que las lesiones le impidieron mostrar su mejor versión en Atlético Mineiro.

“Lo estamos intentando entre todos. Cuando queremos traer a un jugador, lo vuelvo loco. Él quiere estar, tiene sentido de pertenencia, es del Tita. Es importante que llegue en este momento”, había dicho Gustavo Costas sobre uno de los hombres a los que apuntaba para cubrir las bajas que su plantel sufrió en los puestos de ataque (ya partieron Juan Fernando Quintero y Roger Martínez, y probablemente Johan Carbonero siga ese camino). La nueva dirigencia que encabeza Diego Milito le dará este gusto.

Alrededor de dos millones de dólares invertirá el club de Avellaneda para recomprar el 50% de la ficha de Zaracho que le había vendido a Atlético Mineiro en octubre de 2020. En aquel momento, los brasileños habían pagado 6 millones de dólares por esa porción del pase y Racing había conservado el otro 50% de los derechos económicos del futbolista nacido el 10 de marzo de 1998 en Wilde.

Zaracho es un hombre sumamente querido en Racing, el club que pisó por primera vez a los ocho años y en el que transitó el recorrido completo desde las categorías infantiles hasta la Primera. En esos primeros años en el Tita forjó un intenso vínculo con quien se convirtió en su mejor amigo, Nicolás Agustín Muscio, un mediocampista ofensivo zurdo, también integrante de la categoría 1998, que llegó a debutar en Primera en 2019 y luego jugó en Temperley, Deportivo Armenio, Argentino de Quilmes y Sportivo Belgrano de San Francisco.

«Él viene de una familia muy humilde, son ocho hermanos. A veces, se les hacía difícil y no tenían para comer. Nosotros lo recibíamos felices de poder darle una mano. En casa de mi abuela nunca faltó un plato de comida para Matías. Era uno más de nosotros. Para mí, un hermano. Y para mi abuela Marta, un nieto más”, contó Muscio en una entrevista publicada en el sitio partidario Racing del Alma en enero de 2019.

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