Masivas renuncias de médicos en el Ministerio de Salud ante el desmantelamiento de programas esenciales

Médicos que se desempeñaban en los programas de VIH, lepra y tuberculosis dependientes del Ministerio de Salud, a cargo de Mario Lugones, presentaron su renuncia «ante el desmantelamiento de nuestras áreas y el grave riesgo cierto e inminente que esta implica para la salud pública», afirmaron en un comunicado.

Los profesionales renunciantes de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI), cuestionaron la falta de planificación y «las decisiones actuales que priorizan el ajuste a corto plazo en detrimento de las políticas de prevención y control», como así también la forma en que el Ministerio estigmatiza a los trabajadores de la salud, acusándolos de ser “ñoquis” o parte de una “casta privilegiada”.

“No vamos a ser parte de un Ministerio en el que los programas esenciales no pueden dar respuesta a las obligaciones básicas que marca la Ley. Nuestra renuncia es un acto de ética médica, de responsabilidad cívica y profesional, y una advertencia urgente. La salud pública no es un gasto: es una inversión en la vida y el bienestar de toda la sociedad”, plantearon mediante una carta algunos de los profesionales que optaron por no ser parte de una estructura que deviene de una administración libertaria y visibilizar la situación.

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CORREO PARA LUGONES

La crisis comenzó cuando la gestión del Ministerio de Salud implementó un ajuste drástico que afectó principalmente a las áreas de vacunación y enfermedades inmunoprevenibles de la DiCEI, que tiene a su cargo garantizar la seguridad y calidad de las vacunas, coordinar acciones en casos de brotes y asegurar su accesibilidad en todo el país.

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Entre los despedidos se encuentran dos expertas claves en el área de sarampión y hepatitis A, quienes, además de su trayectoria, desempeñaban un papel fundamental en la coordinación y monitoreo de brotes. Esto provocó una ola de renuncias en solidaridad con sus colegas despedidos y por el creciente malestar ante la imposibilidad de seguir trabajando en un Ministerio que, según denuncian, ha abandonado sus funciones esenciales.

«Es cuestión de tiempo que empiece a caer todo como en cascada

Carolina Selent, infectóloga y una de las renunciantes, expresó su preocupación ante la falta de reemplazos en áreas claves: «Creen que cualquiera puede reemplazar a cualquier persona».

“Por un lado, porque no reincorporaron a compañeras que llevaban campañas claves: sobre vacuna antigripal, vigilancia de coqueluche (también llamada tos convulsa, enfermedad controlada que hoy está volviendo), vigilancia de hepatitis A y de sarampión (ambas en pleno brote). Desmantelaron un montón de temas”, señaló la profesional.

“Me parece que creen que cualquiera puede reemplazar a cualquier persona. María Del Valle Juárez y Nathalia Katz (abocadas a hepatitis A y antigripal respectivamente) estaban hace más de 13 años. No es reemplazable esa expertiz tan rápido. Por otro lado, desde que está la actual gestión se vienen manejando muy mal. La renuncia es no avalar lo que está sucediendo”, destacó la infectologa.

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“Quienes quedan intentarán sostener la función, pero no es lo mismo que alguien que se dedica especialmente. En seguridad de vacunas no queda nadie, en coqueluche y hepatitis A tampoco”, lamentó. “La función nacional es como de rectoría sobre las provincias. El brote de sarampión se dispersó bastante porque no se logró bloquear como se debería haber realizado. No estuvo la expertiz de Gabriela Elbert y Marcela Yunes, que ya llevaron varios brotes y llevaron el seguimiento de casos hasta el final”, indicó Selent. “Hoy las coberturas de vacunación están bastante bajas y es una enfermedad altamente contagiosa, por lo que en este contexto es bastante complejo el panorama y no se pueden sostener las políticas que se venían llevando adelante”, aseguró.

“Todo el tiempo salen a decir que somos ñoquis. Somos personas con muchos años de formación, ganábamos salarios muy bajos y hacíamos esto porque nos apasiona, pero con todo el maltrato que estamos recibiendo, al no estar de acuerdo con las políticas sanitarias, no tiene sentido seguir. Y haciendo una guardia cualquiera ganás lo mismo que en el Ministerio”, manifestó Selent.

Desconocen completamente las labores de las áreas. En la DiCEI estuvimos un montón de tiempo sin director. Las líneas intermedias no conocen lo que hacen las áreas. Ahora tenemos una directora, pero no viene del área de vacunas sino de VIH. Creen que todo puede seguir funcionando como si nada porque no conocen lo que hacemos. Es peligroso. Creen que despiden gente ñoqui, pero lo hacen desde el desconocimiento. Eso es lo más grave”, enfatizó Selent.

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Nos está haciendo mal a la salud mental aguantar esto. Por un salario que no lo justifica y quedando pegados a estas políticas. No sabemos si piensan reincorporar a alguien, pero que se den cuenta que no todo el mundo va a aguantar cualquier cosa”, alertó.

«Estamos retrocediendo más de 15 años en el avance logrado con el registro nominal de vacunación«, señaló Nathalia Katz, otra infectóloga despedida que trabajaba en la DiCEI desde 2010. “Estábamos haciendo un trabajo minucioso de micro-planificación con las provincias para mejorar las coberturas. No sé qué va a pasar a ahora. Nosotros no dábamos abasto. La persona que se encargaba del registro nominal fue echada. Hasta ahora todo ciudadano tiene registrada su vacuna en el sistema. Esto no lo tiene casi ningún otro país en la región», detalló la profesional.

“Esta dirección, que fue creciendo, es una de las direcciones de inmunización más importantes del mundo. Nos llaman de todas partes para preguntar cómo fue la experiencia (…) No podemos creer lo que está pasando”, lamentó Katz. Además, contó que en un primer momento la cartera que conduce Mario Lugones planeaba despedir a la totalidad del área. Es decir, eliminar la DiCEI. Finalmente, cuando se publicaron los listados de no renovación de contratos, el 30% del personal resultó afectado.

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“Esta gestión no sabe lo que hacemos. Intentamos hacer cosas y no nos dejan. La eficiencia no pasa por ajustar 14 personas con un sueldo que no mueve el presupuesto. La DiCEI maneja un presupuesto muy grande porque compra vacunas para toda la población. Achicar 14 sueldos no se entiende, no representa nada. Vienen a desmantelar una dirección. No se va a poder seguir sosteniendo. Hay áreas que diezmaron, como la de datos. Sacaron cuatro médicos del área científica con mucha experiencia. No se va a poder seguir trabajando y garantizando” la función de la Dirección, advirtió la infectóloga despedida. Añadió que no se trata solo de “comprar vacunas y distribuir. Planificar la vacunación y trabajar con las provincias lleva meses. No es tan simple todo. No lo saben, y eso preocupa”.

María Del Valle Juárez, otra de las médicas despedidas de la DiCEI, planteó lo mismo ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados a principios de febrero. “Desarmaron un engranaje que estaba funcionando”, señaló. “Los despidos fueron sacar piezas fundamentales de un engranaje”. En su exposición, detalló que despidieron a las tres personas encargadas del registro nominal de vacunación, a cuatro médicas del área de recomendaciones científicas, y a dos de las tres personas responsables de las compras de vacunas.

“Son compras muy complejas, no se compran todas de la misma manera. Son cosas que llevan mucho tiempo y tecnicismo. No cualquiera puede venir y hacerlo como lo hacían personas con diez años de experiencia”, explicó. También echaron a la única persona que respondía sobre cadena de frío en la logística del manejo de vacunas. “No hay otra persona que la reemplace (…) No peleamos solo por nuestros 14 puestos de trabajo. Eso es lo menos importante de todo lo que está pasando. Sacaron engranajes importantes de la maquinaria. Si no tienen un plan de contingencia, es cuestión de tiempo que empiece a caer todo como en cascada”, alertó.

RM

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