Frente a un concurrido auditorio, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA, el juez de la Cámara Federal de Casación Penal, Mariano Borinsky, presentó este miércoles su último libro, Quiero ser juez, una obra que hace un análisis exhaustivo sobre la designación, remoción y sanción de jueces, y sobre el funcionamiento del Consejo de la Magistratura de la Nación.
Borinsky estuvo acompañado en la presentación por el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, el decano de la Facultad de Derecho de la UBA, Leandro Vergara, los coordinadores del libro, Daniel Schurjin Almenar y Fabián Caffaro, quienes dieron detalles de cómo se llevó a cabo la investigación, y la periodista Débora Plager.
El evento reunió a destacadas figuras del ámbito judicial, académico y político. Entre otros, estuvieron presentes León Arslanian, Sergio Torres, Marcela de Langue, Mauro Berestein, Marcela Losardo, Diego Barroetaveña, Karina Perilli, Marcos Grabivker, Alejandra Provitola, Horacio Días, Jorge Gorini, Eduardo Farah, Marcelo Duffy, Javier Carbajo, Pablo Yadarola, Alejandra Provitola, Jimena de la Torre, Juan Galván Greenaway, Gabriela López Íñiguez, Mariana Maldonado y Rocío Alcalá.
El tercero de los panelistas invitados a la presentación, el diputado Miguel Ángel Pichetto, no pudo asistir por los incidentes públicos que se registraron ayer en el Congreso.
El primero en hablar fue Leandro Vergara, quien señaló que la obra es producto de un proyecto presentado en la Facultad de Derecho de la UBA, llamado DeCyT que duró dos años, del 2022 al 2024. “Este libro es la transferencia de lo aprendido aquí”, y resaltó que “es fruto de la investigación, de un trabajo conjunto” en el que la facultad está “institucionalmente interesada”.
También destacó el hecho de que prácticamente todos los docentes de esa casa de estudios no ejercen la docencia a tiempo completo, sino que son profesionales en actividad, jueces, fiscales, defensores o abogados, lo que aporta una conexión indispensable entre el ámbito académico y la práctica del derecho.
También destacó la importancia y la necesidad de “dialogar con la inteligencia artificial” tanto en el ámbito académico como en el del ejercicio del derecho
A su turno, Lorenzetti resaltó que el título del libro, Quiero ser juez, invita a la reflexión sobre lo que significa esa tarea. “Las personas necesitan justicia, no podemos dejar de enfocar nuestra atención en las personas”.
El juez de la Corte resaltó que en la obra “hay muchos aspectos técnicos, tanto de derecho nacional como de derecho comparado, propuestas de reformas y creo que es un debate que los argentinos nos debemos”. “El título que dice Quiero ser juez es, como decía nuestro decano, polisémico en el sentido que nos permite también hacernos una pregunta ¿por qué quiero ser juez?, ¿o qué significa ser juez?“.
También resaltó que “tenemos que hacer una autocrítica en este sentido, porque el efecto que esto tiene es la pérdida de credibilidad institucional, la desazón, la desesperanza y sobre todo, y lo peor de todo, la resignación. Porque cuando un pueblo se resigna a que sus instituciones no funcionen bien o peor, sean avasalladas. Ahí es donde entramos en una situación de riesgo para todos“.
A su turno, Borinsky repasó sus 31 años de carrera en el Poder Judicial y aseguró que ser juez era su sueño que tenía su padre, pero que no llegó a cumplir. Por eso destacó el significado especial que tuvo para él llegar a ese cargo, aunque reconoció que “es una tarea difícil, no podemos despertar empatía con toda la sociedad ni la gente”. “Es un trabajo full time y un camino complejo, donde hay que pasar por todos los poderes del Estado”.
Por eso, señaló que la importancia de esta obra radica en haber podido contar “como llegar a ser juez, cómo funciona el Consejo de la Magistratura”. También habló del gran porcentaje de cargos vacantes en el Poder Judicial y del problema que aún persiste en cuanto a la desigualdad de género, el llamado “techo de cristal” que limita el acceso de las mujeres a los cargos más altos.
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