Los mitos sobre el síndrome del impostor que derriba un estudio: por qué no es tan dañino como se creePor Valeria Román
El “síndrome del impostor” consiste en la creencia persistente de que los logros personales no son merecidos. Las personas que lo experimentan suelen atribuir su éxito a factores externos como la suerte o la ayuda de otros, en lugar de a sus propias capacidades.
No se trata de un trastorno psiquiátrico reconocido. Sin embargo, investigadores de diferentes países lo estudian y ya se ha publicado un trabajo en el que se detallan los cuatro mitos que persisten sobre el síndrome del impostor.
El concepto fue acuñado en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, y el nuevo trabajo, publicado en Academy of Management Annals, derribó las inexactitudes.
El análisis fue dirigido por Basima Tewfik, profesora de la escuela de negocios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT Sloan), en colaboración con Jeremy Yip de la Universidad de Georgetown y Sean Martin de la Universidad de Virginia. Fue publicado en la Academy of Management Annals.
Los autores revisaron 316 artículos académicos y libros para clarificar el fenómeno y propusieron un enfoque más estructurado. “Hacemos muchas suposiciones, pero tal vez estas suposiciones nos están frenando en lugar de impulsarnos hacia adelante”, dijo Tewfik a través de un comunicado.
El equipo identificó cuatro mitos que no reflejan la realidad:
El síndrome del impostor es “la sensación de que todos los demás saben exactamente lo que hacen, mientras que tú te sientes perdido porque no crees merecer tus logros”, explicó Susan Albers, psicóloga de la Clínica Cleveland en los Estados Unidos. Entre sus síntomas se encuentran:
Según Albers, las personas con el síndrome suelen evitar oportunidades que les permitirían alcanzar su potencial. También tienden a “lanzarse de lleno para tratar de compensar un temor inevitable al fracaso”.
Para superar el síndrome del impostor, se pueden desarrollar estrategias que permitan modificar las creencias negativas sobre la propia capacidad. Algunas recomendaciones son:
Qué hacer si se detecta el síndrome del impostor
En diálogo con Infobae, Juan Eduardo Tesone, profesor de la Universidad del Salvador y de la Universidad de París-Nanterre, en Francia, y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, aclaró: “El síndrome del impostor puede aplicarse a algunas personas e, incluso, en dichas personas, puede ser transitorio o permanente. No es un concepto que se pueda universalizar”.
“En una sociedad cada vez más narcisista y obsesionada con los éxitos para sentirse reconocida, el reconocimiento del otro ha pasado a ser una expectativa excesiva. Paradójicamente, cuando ese reconocimiento llega, la persona puede sentir que no lo merece”, dijo Tesone.
La exigencia interna puede ser tan desmesurada que nunca está a la altura de las expectativas. “Esto puede ocurrir por una baja autoestima o, paradójicamente, por una autoestima desmesurada, para la cual el reconocimiento nunca es suficiente”, afirmó.
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