El Ministerio de Familia y Desarrollo Humano, encabezado por Carlos Platero, inició una nueva temporada de los Jardines de Cosecha en San Juan, un programa clave para el acompañamiento de las familias trabajadoras durante la época de recolección agrícola. Este año, la iniciativa se extenderá desde el 6 de enero hasta el 28 de febrero, permitiendo que los padres puedan desempeñar sus labores en la cosecha de uva, tomate y aceituna con la tranquilidad de que sus hijos están en un entorno seguro y cuidado.
Los Jardines de Cosecha fueron una demanda constante de los productores sanjuaninos, quienes en junio del año pasado solicitaron la extensión del programa para asegurar la participación de más familias en las labores de recolección. En respuesta, el Gobierno provincial amplió la duración del servicio, garantizando su funcionamiento durante dos meses completos.
Según informó el ministro Platero, actualmente existen 34 jardines de cosecha distribuidos en distintos departamentos de la provincia. Cada uno de estos espacios alberga un promedio de entre 50 y 60 niños, alcanzando una matrícula total de aproximadamente 1.450 a 1.480 menores. Estos centros no solo brindan cuidado y educación, sino también garantizan la continuidad alimentaria para aquellos niños que forman parte de los programas de asistencia nutricional del Gobierno.
Trabajo coordinado y acceso a la salud
La directora de Niñez, Adolescencia y Familia, Raquel Trincado, destacó el trabajo en conjunto con los municipios, que proporcionan los espacios físicos, mientras que el Ministerio de Familia se encarga de la provisión de personal docente, auxiliares y la implementación del plan alimentario.
Además, este año se sumó una nueva estrategia de salud pública, integrando planes de vacunación y prevención odontológica en los jardines de cosecha. Equipos de profesionales de la salud recorren las instalaciones para asegurar que los niños completen su calendario de vacunación y reciban atención dental preventiva, fortaleciendo el bienestar integral de los menores.
Cada jardín cuenta con una organización estructurada, encabezada por coordinadores generales, docentes y auxiliares. Las jornadas incluyen diversas actividades, como juegos, lectura y el programa «Comprendo y Aprendo», adaptadas a las edades de los niños, que oscilan entre los 45 días y los 12 años.
Además de la labor educativa y recreativa, los jardines cumplen un papel fundamental en la detección temprana de situaciones de vulnerabilidad infantil. Equipos de trabajo social, psicólogos y acompañantes terapéuticos recorren los centros para identificar posibles casos de niños en riesgo y coordinar la asistencia necesaria.
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