El egreso de argentinos a vacacionar en el exterior se hizo sentir en enero, ya que el consumo en moneda extranjera con tarjeta de crédito alcanzó los US$862 millones ese mes, el mayor número de la serie que publica el Banco Central desde 2003. La cifra es un 72,7% superior a diciembre último y 165% mayor que la de igual período de 2024. El anterior récord se había dado en febrero de 2018, en épocas del gobierno de Mauricio Macri (US$838 millones).
Cabe recordar que en diciembre pasado se discontinuó el impuesto PAIS, lo que abarató el dólar tarjeta, si bien todavía tiene una percepción del 30% que lo encarece aproximadamente unos $200 frente al MEP.
Consultado por LA NACION, Fernando Marull, socio de FMyA, dijo que era esperable que enero fuera récord por la salida de argentinos. Según el último informe de estadísticas de turismo internacional, que elabora el Indec, en diciembre hubo 693.600 turistas que salieron del país, contra 581.600 que ingresaron.
En tanto, según el último balance cambiario del Banco Central, en diciembre la cuenta “Servicios” registró un déficit de US$526 millones, resultado significativamente más deficitario que el de diciembre del año pasado y similar al del mes previo. Dicho déficit se explicó por los egresos netos en concepto de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”, de “Otros servicios” y de “Fletes y seguros” por US$567 millones, US$161 millones y US$127 millones, respectivamente, parcialmente compensados por los ingresos netos en concepto de “Servicios empresariales profesionales y técnicos” por US$328 millones.
La entidad, sin embargo, señaló que alrededor de un 60% de los egresos por “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” son directamente cancelados por los clientes con fondos propios en moneda extranjera, lo que reduce el impacto deficitario de estos consumos en el mercado de cambios y en las reservas internacionales.
Más allá de esto, el analista Christian Buteler dijo que el dato de los US$862 millones no incluye ni la tarjeta de débito ni el gasto con billeteras virtuales, que se pusieron de moda este año para pagar en Brasil. Es decir, que sería “una las señales que marca que el tipo de cambio está realmente atrasado”.
“Alguien podría decir que es nada más que el turismo. Podríamos hablar de que hay un problema en ese sector puntual, pero cuando empezás a chequear distintos precios de la economía, la Argentina está siempre arriba de los precios promedio, o sea, tiene los precios más caros en dólares. Se puede mencionar el índice Big Mac o cuánto están los alimentos con respecto a países como Brasil, Colombia, México. Entonces, creo que son señales y se venía hablando y advirtiendo que esto iba a pasar. Y, de la misma manera que a alguien le conviene, o le es más económico relativamente, irse a vacacionar al exterior que hacerlo en la Argentina, a la empresa también le va a empezar a convenir importar en vez de producir acá”, detalló.
Según Buteler, esto va a tener consecuencias sobre la actividad económica, el empleo y la balanza comercial, si bien esta última se puede sostener por lo que aporta el sector del petróleo y el gas. “Tenemos el riesgo de que macroeconómicamente te pueda cerrar, pero a costa de la industria, del comercio y del empleo, porque esos sectores que aportan dólares no son grandes demandantes de empleo. Entonces, podés llegar a ir hacia un modelo de país de venta de materia prima y, de ser así, sobra mucha gente”, cerró.
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