De acuerdo con el último informe de la consultora LCG, factores clave como el «control de precios mediante el anclaje cambiario, la recesión económica y el equilibrio fiscal que marca un cambio de régimen» fueron esenciales para lograr esta desaceleración inflacionaria. El resultado fue un cierre anual casi 100 puntos porcentuales por debajo del registrado en 2023.
En este escenario, el paper sobre la inflación destaca dos factores que podrían preocupar a Javier Milei debido al riesgo de un nuevo repunte del IPC este año.
Los dos elementos que podrían reactivar la inflación
Según el análisis, enero comenzó con «menores aumentos en los precios regulados, pero un incremento más significativo en los bienes estacionales». Esto lleva a LCG a proyectar una inflación mensual de alrededor del 2,5%, un dato que consideran como el piso.
A pesar de esta aparente estabilidad, el informe señala dos riesgos que podrían interrumpir la tendencia a la baja. El primero es el atraso cambiario. «La reducción del crawling peg al 1% podría ser una herramienta eficaz para alinear expectativas de precios, si no fuera porque el tipo de cambio actual muestra un retraso significativo», advierten.
«En este escenario, la efectividad podría verse comprometida debido a la incertidumbre en torno a la evolución del dólar. Las recientes intervenciones del BCRA en los mercados de CCL y MEP reflejan esta situación y podrían ser un factor que retrase un nuevo ajuste en las tasas», señalan.
Además, destacaron la importancia de monitorear el final de la recesión. «Si bien la reducción de la inflación a los niveles actuales representa el principal logro del oficialismo, consideramos que aún queda un largo camino por recorrer», advierte el informe de la consultora.
Según el análisis, la transición hacia un régimen de inflación baja «se completará una vez que desaparezca la disciplina impuesta por la recesión». En ese contexto, se espera que la disputa por la distribución del ingreso se intensifique, especialmente en un marco donde los precios relativos ya estén equilibrados.
«Proyectamos una inflación del 33% anual para diciembre de 2025 (con un promedio anual del 40%), superando el 18% estimado en el proyecto de Presupuesto», indican. «Nuestro escenario considera una corrección parcial del atraso cambiario hacia fin de año y un incremento en la puja distributiva, incluso con un crecimiento económico moderado», concluye el informe.
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