Leyton Orient sorprendía al Manchester City en la FA Cup con un zapatazo de mitad de cancha pero De Bruyne salvó a Guardiola, a 10 del final


La FA Cup no sólo es el torneo de fútbol más antiguo del mundo sino uno de los que regala más sorpresas. Y este sábado casi se da un capítulo más: Manchester City visitaba al humilde Leyton Orient, de la League One, la tercera categoría, y el partido se abrió con un golazo del local, que tuvo contra las cuerdas a los de Pep Guardiola.

A los 15 minutos, el mediocampo del Leyton Orient, el segundo club más antiguo de Londres, presionó la salida del City en mitad de cancha y la pelota le cayó a Jamie Donley, que se animó a probar desde lejos. Fue el español Nico González, surgido de la cantera del Barcelona y comprado por el City hace unos días a cambio de 60 millones de euros, quien perdió el balón. El debut del ex Valencia y Porto duró apenas un cuarto de hora porque tras esa fallida jugada tuvo que salir reemplazado por lesión.

El gol del 1-0 fue en contra, es cierto, pero nació en la genialidad de Donley, que desde casi 50 metros no eligió potencia sino buscar una comba capaz de descolocar al arquero Stefan Ortega, hasta ese momento un testigo lejano de las acciones más importantes del partido.

El guardameta alemán se confió por un instante, la pelota hizo un efecto y empezó a bajar con velocidad hasta rebotar en el travesaño. No es la temporada de Guardiola, queda claro. El rebote dio contra la espalda de Ortega y terminó metiéndose en el arco del City, desatando la fiesta y la locura total en el estadio del Leyton, que tenía ante sí lo que podía ser el batacazo más grande de los últimos años. Aunque faltaba mucho partido, demasiado.

A pesar de que el City fue en busca del empate empleando todas sus armas, el primer tiempo terminó en victoria para el Leyton, cuyo público festejó como un triunfo el pitazo que mandó al partido al entretiempo. Quince minutos de descanso para los jugadores y de delirio total en las tribunas.

La salida al segundo tiempo volvió a mostrar al Manchester City como dueño de la posesión y las chances de gol, haciendo figura al arquero Josh Keeley, que volaba de un palo al otro para sacar los intentos de Grealish y Gundogan, pero también de Stones y Bernado Silva, que fueron suplentes pero saltaron a la cancha con el resultado adverso. Luego llegaría el turno de Phil Foden, también para evitar el papelón. Y de Kevin De Bruyne, el héroe de la jornada.

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