Las pocas opciones de Ucrania y qué puede perder en un posible acuerdo de paz


NUEVA YORK.- El presidente Donald Trump dice que quiere “hacer un trato” para “DETENER esta ridícula guerra” en Ucrania. Su llamada con Vladimir Putin y una reunión programada para esta semana entre funcionarios de Estados Unidos y Rusia en Arabia Saudita han aumentado las expectativas de que las negociaciones puedan poner fin a tres años de combates.

Pero, ¿cómo funcionarían esas conversaciones? ¿Quiénes participarían? ¿Cómo podría ser un posible acuerdo?

En este momento, Ucrania tiene pocas opciones para revertir los recientes avances de Rusia en el campo de batalla. Eso significa que cualquier acuerdo probablemente implicará concesiones dolorosas, lo que podría interpretarse como que el presidente estadounidense está recompensando la agresión de Putin.

Una carroza de carnaval que representa a Donald Trump, Vladimir Putin y Kim Jong Un desfila por la Place Massena durante la ceremonia de apertura de la 152ª edición del Carnaval de Niza, en Niza, en el sur de Francia, el sábado 15 de febrero de 2025.Lewis Joly – AP

Sin embargo, el mandatario ruso podría tener sus propios incentivos para llegar a un acuerdo. La economía rusa corre el riesgo de una inflación descontrolada debido al enorme gasto en la guerra, mientras que el ejército sufre alrededor de 1000 bajas o más por día. Además, un acuerdo sobre Ucrania podría allanar el camino para una reducción de las sanciones occidentales.

Las negociaciones serían extremadamente complicadas. Muchos dudan de que negocie de buena fe, mientras que Europa y Ucrania temen que Trump se sienta tentado a llegar a un acuerdo con el Kremlin a sus espaldas.

Aun así, Rusia y Ucrania lograron avances hacia un acuerdo cuando negociaron directamente por última vez, en la primavera boreal de 2022. Y algunos expertos creen que es posible alcanzar un acuerdo que satisfaga al presidente ruso mientras se preserve alguna forma de soberanía y seguridad para Ucrania.

La administración de Biden buscó aislar diplomáticamente a Rusia y afirmó que cualquier negociación sobre el destino de Ucrania debía incluir a los ucranianos. Trump se apartó de ese enfoque el 12 de febrero, cuando discutió sobre Ucrania en una larga llamada con Putin y luego dijo que “informaría” al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, sobre la conversación.

Ahora parece ser Ucrania la que está aislada. Zelensky dijo que no fue invitado a las discusiones de esta semana entre los principales asesores de Trump y sus homólogos rusos en Arabia Saudita.

Los países europeos también podrían quedar al margen, a pesar de que el total de su ayuda a Ucrania desde el inicio de la guerra, aproximadamente 140.000 millones de dólares, es mayor que la proporcionada por Estados Unidos.

Trump dijo que “probablemente” se reuniría con Putin en Arabia Saudita pronto. Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Turquía ya han estado mediando entre Ucrania y Rusia en cuestiones como intercambios de prisioneros y la navegación en el Mar Negro.

Esta fotografía proporcionada por el servicio de prensa de las Fuerzas Armadas de Ucrania, tomada el 15 de febrero de 2025, muestra a soldados ucranianos preparándose para disparar un MRLS BM-21 «Grad» hacia posiciones rusas en un lugar no revelado en la región de Donetsk.HANDOUT – 24th Mechanized Brigade of Ukrai

Ucrania ha afirmado que nunca reconocerá ningún cambio en sus fronteras. Rusia reclama no solo aproximadamente el 20 % del territorio ucraniano que ya controla, sino también una franja de tierra en cuatro regiones que aún no domina por completo.

Un posible compromiso: congelar el conflicto.

Rusia mantendría el control de los territorios que ya ha capturado, pero detendría su ofensiva para obtener más. Ucrania y Occidente no reconocerían formalmente la anexión rusa, aunque Rusia seguiría reivindicando esos territorios. Un acuerdo podría estipular que las disputas territoriales se resolverán pacíficamente en el futuro, por ejemplo, en 10 o 15 años, como propusieron los negociadores ucranianos para el estatus de Crimea en las conversaciones de paz de 2022.

La evolución del conflicto en Ucrania

Un factor inesperado: Kursk.

Ucrania todavía controla más de 300 kilómetros cuadrados de territorio en la región rusa de Kursk. Rusia ha rechazado la posibilidad de que Ucrania use esa tierra como moneda de cambio en futuras negociaciones. Sin embargo, si las conversaciones comienzan antes de que Rusia logre expulsar a las tropas ucranianas de allí, Ucrania podría intentar intercambiar una retirada de Kursk por concesiones rusas.

Si bien Ucrania busca recuperar los territorios ocupados por Rusia, también ha dejado claro que su seguridad futura es una prioridad, lo que significa protección contra una nueva agresión rusa.

Para Ucrania, la membresía en la OTAN es la clave para garantizar esa seguridad. Para Rusia, la posibilidad de que Ucrania se una a la alianza representa una amenaza existencial para su propia seguridad.

La administración de Trump ya ha dejado claro que espera que Rusia imponga su postura en este punto.

Dejar abierta la posibilidad de que Ucrania se una a la Unión Europea, pero no a la OTAN, podría presentarse como un punto medio en las negociaciones. Antes del colapso de las conversaciones de paz en 2022, los negociadores rusos aceptaron incluir en el borrador del tratado un lenguaje que decía que el acuerdo sería “compatible con la posible adhesión de Ucrania a la Unión Europea”.

En ausencia de una membresía en la OTAN, Zelensky ha propuesto el despliegue de 200.000 tropas extranjeras en Ucrania para garantizar cualquier alto el fuego. Sin embargo, los analistas señalan que Occidente no puede proporcionar una fuerza de tal magnitud. El primer ministro británico, Keir Starmer, indicó el domingo que su país estaría dispuesto a comprometerse con un número no especificado de tropas de mantenimiento de la paz.

El primer ministro británico Keir Starmer junto al presidente ucraniano Vlodimir Zelensky.
PRESIDENCIA DE UCRANIA – PRESIDENCIA DE UCRANIA

Por su parte, Rusia exige sus propias “garantías de seguridad” para asegurarse de que Ucrania no reconstruya su capacidad militar ni intente recuperar los territorios ocupados. Quiere limitar el tamaño del ejército ucraniano y prohibir la presencia de tropas extranjeras en el país.

Resolver esta cuestión es ampliamente visto como el aspecto más complicado de cualquier negociación. Un equipo de expertos liderado por Marc Weller, profesor de derecho internacional en Cambridge especializado en negociaciones de paz, ha redactado un posible acuerdo que plantea un compromiso: desplegar una pequeña fuerza internacional de 7500 efectivos, compuesta por países aceptables tanto para Rusia como para Ucrania, con el objetivo de mantener la paz en la línea del frente.

La propuesta de Weller contempla sanciones inmediatas contra cualquiera de las partes si reanuda las hostilidades. Ucrania podría realizar ejercicios militares conjuntos limitados con otros países y cooperar en la producción de armas y el entrenamiento militar.

No habría un despliegue permanente de tropas extranjeras, pero Ucrania podría albergar un pequeño número de personal técnico. Además, aceptaría una prohibición de misiles con un alcance superior a 250 kilómetros.

La durabilidad de cualquier acuerdo de paz dependerá en gran medida de los detalles técnicos de un alto el fuego.

Thomas Greminger, exdiplomático suizo que participó en la supervisión del alto el fuego en el este de Ucrania después de 2015, destaca tres cuestiones clave.

En primer lugar, se trata de acordar la “línea de contacto” que separa el territorio controlado por Rusia del territorio controlado por Ucrania. A continuación, se necesitaría una “zona de separación” o de amortiguación entre las fuerzas opuestas, para evitar que disparos erráticos o malentendidos desemboquen en combate. En tercer lugar, dijo, será necesario encontrar alguna manera de exigir responsabilidades a ambas partes por las violaciones del alto el fuego.

El lenguaje de los acuerdos “podría ser muy técnico” en cuestiones como la zona de separación y la aplicación del alto el fuego, dijo Greminger, actualmente director del centro de estudios Geneva Center for Security Policy. Pero, agregó, ese lenguaje podría ser “bastante decisivo para determinar si el alto el fuego se mantiene o no”.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte (derecha), estrecha la mano del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, antes de una reunión en Bruselas el miércoles 18 de diciembre de 2024.
Olivier Matthys – Pool EPA

Semanas antes de la invasión, Putin presentó un ultimátum exigiendo que la OTAN dejara de expandirse hacia el este y se retirara de gran parte de Europa. Y en su llamada del 12 de febrero con Trump, Putin advirtió sobre “la necesidad de eliminar las causas profundas del conflicto”, según el Kremlin .

Esto significa que es probable que Rusia plantee exigencias que vayan mucho más allá del propio destino de Ucrania.

Es probable que los aliados de Estados Unidos argumenten que una retirada de la OTAN de Europa aumentará el riesgo de una invasión rusa en países como Polonia y los países bálticos, pero Trump podría estar dispuesto a aceptar un acuerdo de ese tipo, dado su escepticismo sobre los despliegues estadounidenses en el exterior.

Todo esto hará que la negociación sea increíblemente complicada. Greminger, que ha estado trabajando con expertos cercanos a los gobiernos que tienen intereses en la guerra para determinar cómo podrían desarrollarse las conversaciones, prevé al menos tres vías de negociación: la de Estados Unidos y Rusia, la de Rusia y Ucrania y la de Rusia y Europa.

“Hay al menos estos tres niveles”, dice. “No hay atajos”.

Tazas con imágenes del presidente ruso Vladimir Putin y el presidente de EE.UU. Donald Trump se exhiben a la venta en una tienda de recuerdos en San Petersburgo, Rusia, el jueves 13 de febrero de 2025.Dmitri Lovetsky – AP

Putin también tiene exigencias que van más allá del territorio y la seguridad. En las conversaciones de paz de 2022, los negociadores rusos intentaron debilitar la identidad ucraniana, exigiendo que el país reconociera el ruso como idioma oficial y prohibiera nombrar lugares en honor a combatientes de la independencia ucraniana. Es probable que estos temas vuelvan a surgir.

Además, Putin podría intentar aprovechar un acuerdo sobre Ucrania para obtener otros beneficios de Trump, como el levantamiento de sanciones. Sin embargo, algunos analistas creen que su mayor incentivo para llegar a un acuerdo es su aparente deseo de lograr un pacto más amplio con Washington.

“Putin quisiera tener una relación productiva a largo plazo con esta administración”, dijo Rose Gottemoeller, ex subsecretaria de Estado de Estados Unidos con experiencia en negociaciones con Rusia. “Para ello, necesita estar dispuesto a hacer concesiones”.

Por Anton Troianovski

The New York Times

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