La medida del gobierno nacional de reducir las retenciones a la soja, aunque esperada por el sector agrícola, pone en evidencia las crecientes dificultades fiscales en las provincias, que enfrentan un déficit fiscal a medida que las cuentas del gobierno central buscan un superávit.
En qué contexto llega la reducción de las retenciones y cómo podría impactar en las finanzas de las provincias
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista, Gonzalo Martínez Mosquera, quien expresó que la reciente medida del gobierno de reducir las retenciones a la soja, que fue esperada con ansiedad por el sector agropecuario, “se dio justo después de que tres gobernadores de provincias agrícolas se reunieran para advertir sobre la crisis inminente del campo”.
Según el entrevistado, este ajuste, aunque positivo para el sector, “parece haber sido una decisión tomada bajo presión, ya que el gobierno ofreció una baja en las retenciones, pero solo por seis meses”. Y remarcó que la medida podría ayudar a que el sector agrícola anticipe la liquidación de exportaciones de soja, pero también pone de manifiesto un problema más profundo “las finanzas de las provincias están comenzando a mostrar signos de déficit”.
En continuidad con el tema, el entrevistado mencionó que, “mientras el gobierno nacional busca mantener un superávit fiscal, las provincias se enfrentan a un creciente riesgo fiscal, lo que genera una tensión entre los objetivos de ambos niveles de gobierno”. Y siguió: “De hecho, el superávit fiscal que busca el gobierno central está presionando las cuentas fiscales provinciales, generando un desequilibrio en el sistema”.
Qué podría suceder ante la falta de recursos de las provincias
En ese contexto, el entrevistado sostuvo que, “este tema no está siendo suficientemente abordado, ya que la falta de recursos a nivel provincial se debe, en parte, a las políticas del gobierno central que aumentan la presión sobre las provincias sin un ajuste paralelo en sus propias finanzas”. Y añadió: “Para las provincias, la situación se agrava, ya que, a medida que sus cuentas fiscales se deterioran, comienzan a enfrentarse a la necesidad de reducir el gasto o aumentar los impuestos”.
Además, González Mosquera sostuvo que ambas opciones tienen consecuencias negativas porque “la reducción del gasto implica menos recursos para la sociedad, mientras que el aumento de impuestos incrementa la carga sobre los contribuyentes, generando insatisfacción”. Y siguió: “Si el gobierno nacional busca un superávit, ello necesariamente afectará negativamente a las provincias y municipios, quienes, en última instancia, enfrentan las consecuencias de esta política”.
Para finalizar, el economista agregó: “Si el gobierno continúa con su enfoque de superávit fiscal, las provincias podrían verse obligadas a tomar decisiones difíciles que afecten tanto a su economía interna como a la relación con el gobierno nacional”.
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