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El terremoto económico y político que provocó el lanzamiento de $LIBRA y la difusión por parte del presidente Javier Milei puso en el ojo de la tormenta al ecosistema de criptomonedas y activos digitales. Términos como tokens, memecoins, y blockchain se convirtieron en temas de debate que saltaron de los nichos de los inversores digitales a liderar la agenda pública argentina y de gran parte del mundo.
Sin embargo, los especialistas aseguran que no todo es lo mismo. Y cada vez son más las voces que sostienen que el escándalo de $LIBRA ayudará a diferenciar a los activos con respaldo y “los casinos virtuales” de una moneda sólida y con trayectoria como el bitcoin.
“Mientras tu amigo invertía en bitcoin, vos jugabas al Counter-Strike”. La frase, que sale de un meme viral, sirve para ilustrar una idea que cobró fuerza entre millennials –las personas nacidas entre principios de la década del 80 y mediados del 90–: la oportunidad para invertir en la moneda digital y hacer una diferencia ya pasó. Sin embargo, para los especialistas consultados por LA NACION, a la luz de la historia de otras reservas de valor, el concepto es erróneo.
Actualmente, bitcoin tiene una capitalización de mercado de alrededor de US$2 billones, que no se vio afectada por el escándalo de las memecoins. Representa el 60% de la capitalización total del sector de las criptomonedas. Pero en la visión de los analistas, la moneda digital todavía no logró su techo. Para Rodolfo Andragnes, por ejemplo, de la ONG Bitcoin Argentina, nunca es tarde para invertir en BTC. “El mejor momento para invertir es cuando te das cuenta de que todos los momentos son buenos para invertir, porque no hay vuelta atrás de este fenómeno… El mejor momento para invertir es cuando entendés que este el mejor activo monetario del mundo”, dijo.
Por su parte, Santiago Siri, fundador y presidente de Democracy Earth Foundation, cree que bitcoin todavía está descubriendo su precio. “Estamos entendiendo cuánto vale la escasez criptográficamente inducida a partir de este tipo de sistemas”, aseveró. Por esta razón, considera que la criptomoneda aún está en una etapa temprana. “Si uno lo mira en términos históricos, las monedas que tienden a ser reserva de valor y que tienen una posición hegemónica, como la libra o el dólar, duran 80 o 90 años”, explicó. Bitcoin fue creada en 2009. “Es temprano para entrar, al menos por ahora”, concluyó.
Ignacio Giménez, director de Negocios de la plataforma de intercambio de criptomonedas Lemon, piensa que tener bitcoins hoy equivale a poseer un pedazo del futuro del dinero y de internet. “Si hacemos zoom out y tomamos perspectiva, bitcoin ya se convirtió en una reserva de valor, y esto se ve en que su precio se incrementó extraordinariamente en los últimos años”.
A más de 16 años de su nacimiento, aún existe un gran misterio en torno a la creación del BTC. La historia oficial indica que fue un programador anónimo –o un grupo de programadores–, bajo el alias de Satoshi Nakamoto. Fue la primera moneda digital, usada y distribuida de forma electrónica a través de una red descentralizada, persona a persona, sin intermediación de alguna institución.
Una de las claves de su uso es que su sistema descentralizado de emisión solo permitirá la existencia de 21 millones de bitcoins. Hoy, más del 90% de esas monedas ya están en el mercado; el 10% restante será emitido lentamente, año a año –se calcula que se terminarán de emitir alrededor del año 2140–. Esa escasez convierte al activo en una buena reserva de valor, aunque también puede ser utilizado para invertir –por su volatilidad– o como moneda de intercambio.
Por fuera de sus características intrínsecas, hubo dos hechos –relacionados– que se sumaron para darle impulso a la criptomoneda en sus inicios. Por un lado, mientras se realizaba un cambio de código en la blockchain de bitcoin –la cadena de datos que lo sostiene– que permitió adaptarlo a diferentes usos, se registró un aumento en su uso como moneda por parte de empresas reconocidas, lo que incentivó su popularidad. Por otro lado, la crisis financiera de 2008 generó oportunidades de inversión en sectores alternativos.
A partir de ese momento, la historia de bitcoin se convirtió también en la de todo un sector. Surgieron otras criptomonedas, como ethereum (ETH), tether (USDT), binance coin (BNB), usd coin (USDC), XRP (XRP), cardano (ADA), o solana (SOL), cuya plataforma blockchain se volvió muy popular para generar memecoins y ahora quedó envuelta en la estafa de $LIBRA. “Bitcoin es la criptomoneda que sentó la piedra fundacional de este nuevo ecosistema”, aseguró Giménez.
La trayectoria alcista de la moneda digital se intensificó durante la pandemia de covid-19, y también, de manera muy acentuada, durante 2024, cuando la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC) dio el visto bueno a los fondos de criptomonedas para que pudieran cotizar en Bolsa, decisión que dio impulso a las comisiones de valor de otros países a que hicieran lo mismo. Esto le permitió a bitcoin ratificar su popularidad y pasar a ser tenido en cuenta por una gama más amplia de inversionistas. De los US$46.500 a los que cotizaba a principios de 2024 saltó a los actuales US$98.500.
Y si se tiene en cuenta la primera transacción económica con bitcoins, que se realizó en mayo de 2010, cuando un hombre en el estado de Florida, Estados Unidos, negoció comprar dos pizzas de Papa John’s que costaban US$25 por el precio de 10.000 bitcoins, el incremento en el valor del BTC es astronómico: esos 10.000 BTC hoy valen más de US$960 millones.
El escándalo que desató la difusión de $LIBRA desde la cuenta personal en X de Milei generó un impacto que todavía es difícil de dimensionar. Sin embargo, para especialistas como Fernando Molina, el fenómeno va a influir muy poco en el ecosistema de activos digitales. “Viéndolo en perspectiva, no hubo mucho apetito internacional por $LIBRA”, aseveró.
Molina destacó que en todos los ciclos cripto siempre hay un nuevo “objeto brillante” que llama la atención. “En su momento fueron las llamadas ‘Ofertas Públicas de Monedas’ (ICOs), el avance de las finanzas descentralizadas, los NFTs y, en este ciclo, las memecoins. Con el paso del tiempo, en estos ciclos el ruido desaparece y quedan realmente las cosas buenas e importantes. Posiblemente, en unos años nos acordemos de las memecoins como una anécdota, pero bitcoin ya tiene 16 años y los países lo están adoptando aún más día a día. No todo es lo mismo. Ojalá todo este tema de $LIBRA sirva para darle más entidad e importancia a las cripto en la Argentina, que tiene un ecosistema gigante y es súper importante a nivel internacional”, consideró.
Para Lemon, el revuelo tampoco tuvo un impacto significativo en el ecosistema cripto a nivel global ni local. “No notamos movimientos extraordinarios de operatoria ni de compra-venta-swap de Bitcoin o de cripto dólar. Tampoco se vinculó el token con BTC en ningún momento”, explicaron. Para la exchange, aunque el mercado de memecoins no es inherentemente malicioso, sobran ejemplos de influencers y celebridades abusando de su uso para generar ganancias a costa de sus seguidores. “Solo en la blockchain de Solana se crearon alrededor de 40.000 tokens por día durante diciembre de 2024, de los cuales la inmensa mayoría perdió todo su valor en cuestión de días. Es muy difícil predecir qué tokens van a ser la excepción a la regla y van a ganar y generar valor en el ecosistema”, destacaron.
de dimensionar
Para Santiago Siri, lo que sucedió con $LIBRA tampoco debería repercutir estrictamente en el precio de otros activos, que tienen otra reputación mucho mejor. Sin embargo, destacó el caso de Solana, cuyo precio se derrumbó en las últimas jornadas. “El mundo estaba hablando de lo que pasaba en Solana hace mucho tiempo, ya que es un casino digital donde especuladores se aprovechan de inversores incautos para hacer dinero rápido en estos hiperponzis que son las memecoins”, explicó.
Desde la óptica tecnológica y de su implementación, esto debería ayudar a resaltar que bitcoin, según Siri, “es efectivamente la tecnología cripto por excelencia, es robusta y resistente a todo tipo de embates y crisis porque lo protege una enorme red de cómputo que genera una barrera termodinámica que impide que cualquier estado, especulador, banco o entidad centralizada pueda manipularlo. Si esto sirve para algo, es para demostrar que más que nunca hace falta tecnología como bitcoin para que unos pocos no se aprovechen del resto de la gente”, sentenció.
Igualmente, las diferencias que existen con los memecoins no implican que invertir en bitcoin esté exento de riesgos. Si bien es común leer historias del que “la vio” e invirtió en BTC años atrás, es importante no perder de vista que, como en cualquier inversión, invertir en bitcoin implica asumir riesgos. Como le pasó a la emprendedora Emilia Picco: “Mi historia con cripto comenzó en agosto de 2017, cuando compré mi primera fracción de bitcoin por US$4500. Como muchos principiantes, ante el pánico durante una corrección -disminución temporal del precio después de una alza sostenida- en septiembre de ese mismo año vendí lo que tenía por US$3000. Solo dos meses después, bitcoin alcanzó su máximo histórico de ese momento, de US$20.000″, se lamentó Picco, que hoy tiene una empresa que ofrece cursos sobre cómo invertir en BTC.
Hoy los riesgos de invertir en BTC no difieren demasiado de los que implica inclinarse por otros activos más tradicionales, en especial a partir de la decisión de los grandes bancos, empresas, instituciones, y hasta estados nacionales de canalizar parte de sus inversiones a las criptomonedas. “Creo que bitcoin está atado a los mismos riesgos que activos como las acciones, dado que ya es parte de esa macro. Son riesgos muy similares. Lo considero algo muy análogo a la acción de una compañía tecnológica consolidada como Facebook, Google o Nvidia. O sea, como una suerte de activo financiero tecnológico”, explicó Siri.
En tanto, desde Lemon remarcan que antes de hacer una inversión es muy importante conocer los proyectos detrás de cada criptomoneda y nunca poner más dinero del que se esté dispuesto a perder.
A qué prestarle atención
Si bien abundan los pronósticos de gurúes cripto sobre el posible precio de bitcoin en 2025 –US$150.000, US$200.000 o US$70.000–, nadie puede predecir cuál va a ser el precio ni anticipar sus fluctuaciones con exactitud. Sin embargo, existen algunos indicadores que pueden ayudar a tomar mejores decisiones. Y, en 2025, coinciden analistas, conviene seguir de cerca a Donald Trump. El presidente de Estados Unidos realizó su campaña con fondos provenientes del sector, y se manifestó a favor de hacer de EE.UU. la “capital mundial cripto”. A medida que avanzó la elección, el precio del BTC aumentó a la par de las chances de Trump de ser electo.
En este contexto, para Siri, la política de Estados Unidos va a influir muchísimo sobre las fluctuaciones del precio del bitcoin. Desde que Trump asumió, la moneda digital pasó de US$60.000 a US$100.000. “Claramente, hoy bitcoin es una cuestión de Estado, bajo la influencia de Elon Musk, que fue el principal financista de la campaña presidencial de Trump en 2024″, explicó.
Una de las claves de esta evolución favorable tiene que ver con cambios en las regulaciones nacionales. Según destacó un informe de Binance, la plataforma de intercambio de criptomonedas más grande del mundo por volumen, la regulación cripto creció en todo el mundo en 2024. Y se espera que Estados Unidos y otros países sigan por ese camino en 2025 –incluida la Argentina, que aprobó una ley de regulación cripto y avanza en su implementación–, lo que se va a traducir en una adopción cada vez más grande del criptoactivo. Los mercados financieros tradicionales, de esta manera, aceptan e incorporan a los activos criptográficos.
Más allá de la regulación, Ignacio Carballo, Director del Centro de Finanzas Alternativas UCA y PCMI, consideró importante seguir de cerca las novedades que haya en la escalabilidad y eficiencia de las criptomonedas, y también en los movimientos crossborder de dinero a través de stablecoins –criptomonedas que replican el valor de otras monedas, como por ejemplo el dólar estadounidense–, para leer un posible incremento en su adopción.
Desde Lemon, en tanto, destacaron la potencial creación de una reserva estratégica de bitcoin en Estados Unidos, una promesa de campaña de Trump, como un evento que puede ser un hito para el sector, y los precios de las criptomonedas. Sobre esto último, Giménez consideró que no solo representa una nueva tendencia, sino que también abre una carrera entre naciones para liderar el futuro del ecosistema cripto y blockchain. “Bitcoin no es solo un activo financiero, sino que es una pieza fundamental en el futuro de la nueva economía digital a nivel mundial”, dijo.
Otras voces, sin embargo, advierten que las criptomonedas no son la mejor alternativa para los inversores con aversión a riesgo. Para Eric Paniagua, CEO de Dracma Venture Capital Consulting la desventaja principal de la criptomoneda es su volatilidad: “Bitcoin no es para un inversor que esté buscando resguardar su capital, al menos en corto plazo. Es para alguien que tenga un perfil amante al riesgo y que por cierta capacidad patrimonial pueda bancar las pérdidas en caso de que haya. Nunca le recomendaría a un inversor pequeño o a alguien que no sea una habitual del mercado que compre BTC, al menos en el corto plazo”.
Para el economista en la medida que el dólar permanezca fuerte en términos relativos desincentiva la compra de bitcoin. El dato de la inflación que se conoció esta semana, mostró un aumento del nivel de precios por encima de los esperado, dando a suponer que las tasas de interés en Estados Unidos se mantendrán altas por más tiempo. Con todo, la divisa americana tiene fundamentos de corto para seguir dominando sobre otras monedas”, aseguró.
Por su parte, el economista Fernando Marull alerta sobre la volatilidad y la falta de conocimiento que todavía existe en el mercado, sobre todo de la mano de las nuevas tecnologías que van surgiendo. “El común de la gente, como un inversor, aún no conoce mucho a ciencia cierta en qué está invirtiendo y qué está detrás de una criptomoneda. Le falta profundidad y conocimiento. Solo cuando hay un boom o un rally todo el mundo comienza a investigar que son las criptos”, explicó.
Más allá de 2025, para Andragnes, de la ONG Bitcoin Argentina, hay dos escenarios posibles a la hora de definir el futuro de las criptomonedas: “Uno, con mucha claridad, es el de liderazgo absoluto de bitcoin como activo para reserva de valor y transferencias internacionales, ya que ningún otro método existente es tan eficiente, confiable, instantáneo y económico”, dijo. “Por otro lado, paralelamente, veo que la blockchain y las altcoins –criptomonedas por fuera de BTC– siguen buscando su lugar, explorando y sembrando cada vez más en un entorno nuevo. Pero no veo claridad en cuál de las miles de redes y criptomonedas que hay será la ganadora, ni cuál de todas las aplicaciones será la estrella, si es que alguna lo logra”.
Siri, por su parte, define a bitcoin como la escasez perfecta, protegida por una gran barrera de computación y de energía, que son reglas de juego extremadamente predecibles, lo que juega a favor de su adopción. “Todo eso le ha ido generando una credibilidad y una neutralidad respecto a otros sistemas monetarios, y al final del día la matemática va generando más confianza”, dijo, y se mostró confiado con la evolución del sector: “Las criptomonedas son indudablemente la economía de internet, que es nativa digital, y hoy generan un valor comparable al PBI de un país del G20, por ejemplo al de Italia. Tal vez, en un futuro, bitcoin pueda ser el activo de más valor del mundo”.
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