La UIA y Luis Caputo se encontrarán en medio de una larga lista de plantas industriales en crisis
El próximo martes se llevará a cabo la primera reunión del año entre la Unión Industrial Argentina (UIA) y el ministro de Economía, Luis Caputo. En la agenda del sector no pasa desapercibida la cantidad de reconocidas empresas que en 2024 achicaron o relocalizaron su producción, cerraron plantas y despidieron empleados. Sin embargo, dentro de la entidad, hay miradas contrapuestas sobre cómo abordar el preocupante cuadro de situación.
Se trata de un encuentro postergado. La cita entre la entidad representante del sector fabril y el equipo económico, encabezado por Luis Caputo, iba a realizarse originalmente en noviembre del año pasado. Por cuestiones de agenda, el funcionario canceló. Pero tampoco asistió a la 30° Conferencia Industrial, coordinada por la UIA.
El jefe de la cartera económica buscará enmendar sus ausencias. La UIA, en tanto, ya tiene preparada su agenda de discusión. La prioridad será la necesidad de una rebaja impositiva para buscar competitividad. “La idea es plantear todas las distorsiones, los problemas que tenemos en la industria”, comentó a Ámbito una fuente de la entidad.
Sin embargo, el peso de los impuestos no parece ser el único limitante para hacer crecer la actividad fabril en Argentina. La lista de empresas reconocidas que ocupan la agenda por anunciar una parálisis o relocalización de su producción, apagón de hornos, despidos de empleados o baja de ventas es cada vez más nutrida.
La lista que pone en alerta a la industria
El último caso resonante lo encabeza Nestlé Argentina, cuya planta ubicada en Córdoba dejará de funcionar durante el mes de marzo. La empresa, reconocida por producir el cacao en polvo Nesquik, admite una baja de ventas tanto a nivel internacional como local.
“La planta de Villa Nueva está programando la suspensión temporaria de la producción durante el mes de marzo, debido a la necesidad de reducir los volúmenes de producción principalmente por una baja en las exportaciones y una adecuación a la demanda local”, señalaron desde Nestlé.
Los 189 empleados de la compañía fueron forzados a tomar su licencia anual. Aunque Nestlé se encarga de resaltar que se trata de una medida temporal hasta fines de marzo, es suficiente para incluirla en la lista de complejos industriales que atraviesan problemas de índole similar:
- El Grupo Dass, fabricante de calzado para marcas como Adidas, Nike y Fila, confirmó el cierre de su planta en Coronel Suárez, Buenos Aires, lo que resultó en el despido de aproximadamente 360 trabajadores. La empresa argumentó que la decisión responde a una estrategia de optimización de costos y consolidación de la producción en su planta de Eldorado, Misiones.
- El Frigorífico Las Heras, uno de los más importantes de Argentina, quedó a la venta y deja a 200 trabajadores en riesgo de perder su trabajo. La empresa exporta carne a China, pero está sin funcionar desde diciembre y sus empleados no perciben el salario desde entonces.
- En diciembre, 260 trabajadores perfumistas fueron despedidos del centro de distribución de la empresa Avon en la localidad bonaerense de San Fernando. Las desvinculaciones se enmarcan en un plan de achicamiento que comenzó meses atrás con un plan de retiros voluntarios, porque Natura, propietaria de Avon, busca concentrar su logística en su planta del partido de Escobar.
- La fábrica de calzados Bicontinentar, ubicada en Chivilcoy, anunció un plan de retiro voluntario de 130 empleados. Desde el 1 de diciembre que la planta ex Paqueta opera con un equipo de solo 40 trabajadores, en respuesta a una fuerte crisis financiera que obligó a tomar estas medidas. Produce para New Balance, Diadora y Montagne.
- Persisten los conflictos en Villa Constitución, Santa Fe, por parte del grupo ArcelorMittal. Luego de un año de reducción en las ventas, el sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) advierten que Acindar podría desvincular por lo menos a otros 200 empleados -esta vez tercerizados- que prestan servicio para la siderúrgica.
- Las automotrices no se quedan atrás. Toyota concluyó con un plan de retiros voluntarios tanto para operarios como personal jerárquico, mientras que SMATA advierte que Nissan analiza cerrar su planta en Santa Isabel para importar desde México su modelo pick up Frontier. Aunque los problemas de producción que alega la empresa no son de 2024, ni tampoco locales, el posible cierre la pone en el centro de la escena.
A esto se suma la lista de empresas que desde la pandemia hasta esta parte decidieron retirarse del país: Procter & Gamble (P&G), OLX Autos, Norwegian, Axalta y PPG, Nike y Under Armour, entre otras. También cuenta la crisis financiera de Sancor y agropecuarias como Los Grobo, Agrofina y Red Surcos.
Las miradas dentro de la UIA sobre la situación de las empresas
¿Qué lugar tendrá este cuadro de situación en la agenda que propone la UIA? Formalmente, la asociación gremial empresaria representa a la actividad industrial. Sin embargo, las respuestas dentro de la entidad son diversas.
Dentro de la UIA hay quienes sostienen que no se trata de un panorama general: “no tenemos más noticias como si fuera algo múltiple”, responden a este medio.
Tampoco entienden que los problemas surgidos en las fábricas sean exclusivamente a causa el panorama económico, más bien casos puntuales marcados por “temas sindicales, más que nada”. La reunión, entonces, debería enfocarse en las demandas de la actividad industrial.
Una vez más, las miradas dentro de la asociación son sustancialmente diferentes.
En el otro extremo a esta postura, un dirigente empresarial que no va a estar en la reunión por su rechazo a la “pasividad” de la agenda planteada, cuestiona: “¿cómo no va a importar la baja de estas empresas? Estamos frente a una lógica financiera que ya vivimos”. “Los escuchás hablar y no saben qué necesita la industria”, retrucó.
“A Caputo no lo puedo ver, ni él a mí. Sabe lo que pienso”, responde tajantemente la fuente. Para justificar su enojo, busca complicidad en los últimos reclamos de Paolo Rocca, dueño del Grupo Techint, de nivelar la cancha antes de la ola importadora.
“Hasta los grandes salen a hablar. No es joda lo que está pasando”, advirtió, a sabiendas de que los intereses entre las pymes y grandes empresas nucleadas en la UIA no siempre abogan por los mismos intereses.
Sin embargo, como se dijo, algunos optan por una posición de reclamo, aunque moderada. Otro dirigente, que sí presenciará el encuentro con el equipo económico, piensa que la agenda no sólo se reducirá a la baja de impuestos, pero no avizora un panorama muy alentador.
Para la fuente consultada, la lógica, aunque contradictoria por la representación de la UIA, es la siguiente: “muchos de los grandes son beneficiados de esta agenda, porque cada vez más están mutando de ser productoras a comercializadoras”, asegura con resignación.
Es así que señala “una mezcla rara de intereses entre los directivos”, que a la larga terminará perjudicando en menor o mayor medida a los proveedores, los intermediarios entre la materia prima y comercializadores.
“Productores de válvulas de gas, textiles, fundidores. Todos rubros que mañana podrían verse perjudicados frente a la apertura importadora”, advierte en diálogo con este medio.
Mientras tanto, el Gobierno insiste con una agenda de desregulaciones promovida por Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado. “Aceptamos las iniciativas, pero sabemos que no es un plan industrial propiamente hablando”, confiesan desde adentro.
La UIA, a su vez, tendrá a mano el último informe de producción industrial manufacturera, que salió este jueves. En diciembre de 2024, el IPI manufacturero muestra una suba de 8,4% respecto a igual mes de 2023 y una variación positiva de 0,2% respecto a noviembre. Sin embargo, el acumulado del año presenta una disminución de 9,4% respecto a igual período del año anterior, en línea con las estimaciones de la entidad.
Los comentarios están cerrados.