¿La suerte del campeón? Vélez le ganó por una carambola a Tigre y sigue como líder solitario de la Liga Profesional


Vélez dio un golpe de autoridad en el momento adecuado, justo cuando los reflectores estaban posados sobre el equipo de Gustavo Quinteros: derrotó 1-0 a Tigre con un gol de carambola en contra de Gian Nardelli, volvió al triunfo después de tres empates consecutivos y sigue como único líder de la Liga Profesional, a seis partidos del final del torneo.

El de este jueves en Liniers debe haber sido el partido de Vélez con más rating en lo que va de la Liga Profesional. Prendidos a la pantalla estuvieron, principalmente, los hinchas de Huracán, de River y de Racing, quienes aún se ilusionan con pelear por el título, muy a pesar de que dejaron varios puntos en el camino. Pero como todo puede pasar en el parejo y pobre fútbol argentino, la esperanza está intacta.

Por eso a los dirigidos por Quinteros, los que más sumaron en el año, les costó una enormidad superar a los comandados por Sebastián Domínguez, los anteúltimos en la Anual. Incluso fue Tigre el que se sintió más cómodo con el trámite y el que generó las mejores situaciones en la etapa inicial.

Lo que primero conviene aclarar es que Vélez viene siendo el peor rival de Vélez en las últimas fechas. Y es que el campo de juego del José Amalfitani presenta un pésimo estado desde las dos recitales en un mismo día que brindó el grupo Aventura. Que la pelota circule mal y lenta perjudica al Fortín más que a nadie. Por eso ante el Matador no pudo ser ese equipo que parecía volar y que atacaba por ambas bandas y con muchos futbolistas. No poder jugar a uno o dos toques permitió que Tigre se compacte con más tiempo y mejor. A Claudio Aquino le costó ser el conductor y ni Thiago Fernández ni Francisco Pizzini pudieron imponerse en el uno contra uno. El más destacado del primer tiempo fue el mediocampista Christian Ordoñez, quien se desprendió en un par de oportunidades y provocó tiros libres peligrosos, que casi siempre terminaron en la manos de Zenobio.

Tigre jugó sin apuro, agazapado, esperando su chance. Y, a bordo de un 4-4-2, tuvo las dos más claras del período inicial. En una, Valentín Gómez salvó en la línea un cabezazo de Nahuel Banegas; en la otra, Tomás Marchiori se quedó con la media vuelta de Facundo Ferreyra.

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