Si bien no hay una ruta definitiva, la historia asegura que Melchor, Gaspar y Baltasar -que hicieron sus gracias esta madrugada en la ilusión de los más pequeños y, también, los más optimistas- se dirigieron desde Yemen rumbo a Belén, pasando por el desierto de Arabia Saudita. El campamento del Dakar se encuentra a poco más de 100 kilómetros de la frontera. Y se estima que por aquí se encuentra ese camino imaginario. Justo en la Noche de los Reyes Magos, los pilotos tuvieron que dormir en el medio de la nada, lejos del campamento, con una carpa diminuta como cobijo y una porción escasa de alimentos como ración.
La competencia más extrema del mundo transita la Etapa “48 Horas Chrono”, una instancia en la que todos los competidores, sin excepción, se vieron obligados a descansar bajo el imponente firmamento estrellado sin asistencia y cuidando el medio mecánico para que este lunes puedan regresar a Bisha.
La segunda etapa es uno de los tramos más complejos de la prueba: contiene un recorrido de más de 1.000 kilómetros, dividido en dos días. Asimismo, los pilotos y las tripulaciones están incomunicados, ya que la organización precintó los celulares para que nadie sepa en qué posición se encuentra y abra la chance de especular.
Los equipos se quedaron en Bisha, con un ritmo mucho más descansado, ya que hasta que no regresen los pilotos, nada pueden hacer. En realidad, hubo un espacio por demás llamativo, inédito para la historia de la competencia, que tuvo muy buena recepción para los dirigentes del Dakar. Se desplegó una DZ (Dangerous Zone) en el kilómetro 135 del especial para que los pilotos de autos pudieran entrar a cambiar el neumático, por ejemplo. Las asistencias de los equipos se acomodaron uno al lado del otro, formando casi una calle de boxes.
En medio de estas particularidades, la carrera sigue a paso firme. En lo que respecta a la categoría autos, todos los focos se los llevó el saudí Yazeed Al Rajhi, quien fue el más veloz hasta el campamento.
En la categoría Challenger, Nicolás Cavigliasso, que viene de ganar la primera etapa junto con su esposa Valentina Pertegarini, repite la actuación y por ahora se mantiene al frente en la segunda etapa. El otro argentino de la categoría, David Zille, intenta recuperarse emocionalmente tras el inconveniente del sábado. Que ya lo marginó para pelear por la carrera.
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