A pesar de la desaceleración de la inflación en Brasil, las altas tasas de interés, el fuerte mercado laboral y los desafíos en el crédito sugieren que el ciclo de endurecimiento monetario continuará en 2024.
La inflación anual de Brasil se desaceleró inesperadamente a principios de diciembre, mientras las autoridades del banco central prometen dos aumentos adicionales de tasas de interés antes de marzo.
Los datos oficiales publicados el viernes mostraron que los precios al consumidor aumentaron un 4,7% en la primera quincena de diciembre en comparación con el año anterior, por debajo de la estimación media del 4,8% en una encuesta de economistas de Bloomberg. En términos mensuales, aumentaron un 0,3%. Un informe separado mostró que el desempleo cayó al 6,1% en los tres meses hasta noviembre, el nivel más bajo desde que comenzó la serie en 2012.
Los banqueros centrales aumentaron las tasas al 12,3% este mes y señalaron una extensión del ciclo de endurecimiento que llevaría la tasa Selic a su nivel más alto en ocho años. El aumento de los precios de la carne ha impulsado los costos de los alimentos, la inflación de los servicios está por encima del objetivo del 3% y un real más débil está agregando presión sobre los precios de los bienes industriales.
Nuevo presidente del banco central
Al mismo tiempo, un mercado laboral fuerte está respaldando la demanda de los consumidores y alimentando el crecimiento económico, que ha sorprendido al alza a lo largo de 2024. En general, los responsables de la política monetaria han señalado que el proceso de desinflación se ha estancado.
Gabriel Galipolo, quien asumirá como gobernador del banco central en enero, ha dicho que hay un «alto estándar» para cualquier cambio en las directrices de la institución.
Los préstamos pendientes crecieron un 1,2% en el mes de noviembre a pesar de las altas tasas de interés, según un informe del banco central publicado el viernes. Los responsables de la política monetaria advierten sobre flujos de crédito más fuertes de lo esperado, sugiriendo cautela en un momento en que las tasas de morosidad personal permanecen en 5,4% y la deuda de los hogares ronda el 48%.
Los inversores han vendido activos locales mientras se vuelven más escépticos sobre las promesas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de frenar el gasto. El banco central ha intervenido en el mercado de divisas con subastas de divisas y líneas de crédito repetidamente en las últimas dos semanas, proporcionando liquidez mientras el real se hunde cerca de un mínimo histórico.
A pesar de esa intervención, el real sigue cayendo más del 21% frente al dólar este año, siendo la moneda más débil entre las principales divisas. Un tipo de cambio más débil alimenta la presión inflacionaria al encarecer las importaciones.
Los analistas encuestados por el banco central prevén que la inflación anual se acelere al 4,9% para el mes completo de diciembre y que disminuya al 4,5% a finales de 2025.
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