La incierta candidatura de Macri divide aguas en el Gobierno y ya se perfila la pelea por los lugares en las listas de 2025Por Brenda Struminger
La incierta candidatura de Mauricio Macri como senador nacional, que toma fuerza a medida que se inicia el 2025 electoral, divide aguas en el oficialismo. Javier Milei le ofreció indirectamente al ex presidente ser el líder de la unidad en tres oportunidades, cuando se lo preguntaron periodistas. Pero Karina Milei y Santiago Caputo, los otros dos miembros del “triángulo de hierro” del Gobierno se resisten, y reniegan de darle el primer lugar en alguna lista al PRO.
De hecho, en Balcarce 50 deslizan que no le darían ni la cabeza, ni ninguno de los primeros cuatro o cinco puestos de las nóminas a otro partido, sea el amarillo, el Justicialista o el Radical. Ni siquiera -o sobre todo- en la Ciudad de Buenos Aires, que se transformó en el principal botín con el que aspira a quedarse Karina Milei, donde ejerce el poder local a través de Pilar Ramírez, y donde el asesor y consultor Santiago Caputo mueve los hilos en las sombras.
Esta posición en el bastión por excelencia del PRO es una contradicción directa con los supuestos planes de Macri: si el ex presidente se presentara, como tal debería sin falta liderar la nómina de Senadores por CABA. En la cúpula del poder nacional tienen otros planes: “Les vamos a garantizar la supervivencia, darles cuatro o cinco lugares”, dijo un ‘peso pesado’ libertario.
La lista de cinco nombres que dio Macri para formar una mesa de diálogo, si prospera, se pondría en marcha recién entre abril y mayo, cuando quemen las listas. Pero el Gobierno ya planea vetos a la propuesta. Así como aceptan con ojos cerrados a Cristian Ritondo, rechazarían de plano a Hernán Lacunza, que ayer salió a marcarle un poco la cancha al Gobierno cuando dijo: ‘Tienen que pensar cómo gobernar a futuro, no siempre van a tener 50% de imagen positiva’. No respetan al último ministro de Economía de Mauricio Macri, ex titular de esa cartera en la gestión María Eugenia Vidal. “¿No es el que puso el cepo y defaulteó la deuda…?”, deslizaron.
A pesar de las diferencias internas, Milei cree que sólo una figura de relevancia como Macri puede erigirse por encima de cualquier rencilla. Está agradecido por su apoyo en el peor momento de su carrera electoral, en 2023, cuando acababa de ganar la PASO y lo acusaban de estar loco o no tener aptitudes para gobernar; o señalaban sus vínculos con el massismo para forzarlo a bajarse de la contienda en las Generales.
Del lado de un acuerdo, aunque con bajo perfil, también se posiciona su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que si bien tiene buena relación con el peronismo, cree que cerrarle la puerta al PRO no es el camino corrrecto para las próximas batallas electorales. Pero para otros consejeros del Presidente, los altos niveles de imagen negativa de Macri vetan una eventual candidatura de antemano. “Si fuésemos sus asesores, le diríamos que no se presente, por su bien. Si pierde estaría terminado”, deslizan con expresión seria.
En el círculo íntimo del jefe de Estado también relativizan las interpretaciones sobre las palabras de Milei sobre Macri en sus últimas entrevistas: “Nadie logra interpretar correctamente al Presidente. Cuando Javier dice: ‘Quiero que todos los que defendemos la libertad trabajemos juntos’ lo interpretan como un acuerdo con PRO. Pero no es excluyente para PRO. Abarca cualquier dirigente o partido”, dicen. No casualmente mencionan primero a las personas y después a las marcas. Para algunos caciques de LLA, el plan A sigue siendo reclutar cuadros, a pesar de que Milei hable de un “acuerdo”.
”Tenemos la obligación moral de ir con todos los que acompañen nuestras ideas. Pero nosotros no los necesitamos, sólo los convocamos porque ese es el mandato que nos dieron los que nos votaron”, dijo un funcionario que conoce de negociaciones. Y si bien sostuvo que ”todos son bienvenidos”, advirtió que no hay ninguna chance de que los libertarios accedan a formar una alianza que se llame, por ejemplo, “Juntos por la Libertad”.
En Gobierno pusieron en duda las intenciones de Macri de postularse, a pesar de que el entorno del ex mandatario deslice desde hace algo más de un mes, en trascendidos off the record, que es una posibilidad cierta; y de que su delfín en la Ciudad, Jorge Macri, lo dijera abiertamente, el jueves por la noche en su acto de arenga para despertar a la militancia propia en Villa Pueyrredón.
En el PRO entendieron las apreciaciones sobre los escasos porcentajes de intención de voto que devuelven las encuestas sobre la figura de Macri como una chicana y les restaron importancia. Pero también ellos están divididos sobre el mejor rumbo para el líder del partido.
Todos reconocen que en el fondo, Macri no quiere jugar, y creen que esa falta de voluntad es el principal detrimento para que lo haga. “No hay peor campaña que aquella donde el candidato no quiere ser candidato. Hace que todo sea cuesta arriba”, dicen. En cambio, piensan que serían opciones más favorables las nominaciones de dirigentes como la ex gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal y el funcionario del área de Seguirdad porteña, Waldo Wolff, o el diputado Fernando Iglesias, uno de los referentes de la “derecha” dentro del PRO.
De todas formas, en el oficialismo aseguran que los candidatos no están ni de cerca en el centro de sus preocupaciones. Están convencidos, repiten una y otra vez, de que lo único que importará en julio, en CABA, y en agosto y octubre -si hay PASO- a nivel nacional serán la marca y el sello libertario. “Cuando Milei dice que se va a plebiscitar la gestión es porque es exactamente lo que vamos a hacer”, ratificó un estratega libertario. Vaticinan que la pregunta que se harán los votantes en el cuarto oscuro será: “¿Vamos bien?“. Y no dudan de que la respuesta será positiva.
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