La desgarradora confesión de Andrey Rublev sobre sus problemas de depresión: “Mis pensamientos eran sobre suicidarme”


En los últimos tiempos, el ruso Andrey Rublev (actualmente en el puesto número 9 del ranking ATP), acostumbró a los espectadores a sus recurrentes episodios de ira cuando las cosas no salían como pretendida. «La ira de Rublev«. «Otra locura de Rublev: patadas al banquillo, autoagresiones…«. «Ahora Rublev se pegó en la rodilla con su raqueta«, eran algunas de las líneas que podían leerse en los medios online que cubren regularmente el circuito ATP. Sin embargo, nunca aparecía la pregunta: ¿Qué le pasa a Rublev? Esa respuesta la dio en su debut de este martes en el Abierto de Australia ante João Fonsecadel, donde el ruso se sinceró con el diario The Guardian y contó que en los últimos tiempos sufrió problemas de ansiedad y depresión.

El año pasado, en Wimbledon, Rublev sufrió una derrota que no esperaba en primera ronda ante el argentino Francisco Comesaña que describe como el «peor momento» de su carrera. A partir de allí fue como tocar fondo. Tanto, que jura que en ese momento estuvo a punto de tomar la peor decisión.

A corazón abierto, el joven de 27 años decidió poner en palabras lo que le ocurre en su mente dentro y fuera de los courts y confesó: «Me siento definitivamente mejor, sigo sin estar en el lugar que me gustaría pero, finalmente, tengo una base. Tengo algo en lo que apoyarme porque, medio año atrás, llegué al peor momento de mi vida en términos de cómo me sentía conmigo mismo».

Aquel 2 de julio de 2024 frente al argentino Francisco Comesaña, los errores no forzados del ruso y el excelente juego que supo demostrar el marplatense lo condenaron a repetir una dolorosa rutina que su mente le pedía realizar cuando la adversidad se hacía presente; el ruso descargó su furia y se golpeó repetidas veces la rodilla con su raqueta. El momento se hizo viral y preocupó una vez más al mundo del tenis que desconocía la situación.

Hoy en día, Rublev describe aquel encuentro como un antes y un después, donde tocó fondo y necesitó un cambio. «Ese fue el peor momento al que me enfrento conmigo mismo. No tenía nada que ver con el tenis. Tenía que ver conmigo mismo, después de ese momento no veía la razón de vivir la vida. ¿Para qué?», explicó.

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