Javier Milei no le llevará a Donald Trump el reclamo por los aranceles al acero y el aluminio

Javier Milei no llevará a su próximo viaje a Washington el reclamo por los aranceles del 25% que Donald Trump acaba de ordenar para todas las importaciones de acero y aluminio de Estados Unidos.

La medida golpea particularmente a las empresas Tenaris, de Techint, productora de acero, y -mucho más- a Aluar, el principal fabricante de aluminio del país, cuyas ventas a los Estados Unidos alcanzan los 600 millones de dólares anuales y representan el 40 por ciento de su producción total, además del 55 por ciento de sus exportaciones.

La cifra podría alarmar especialmente a Luis Caputo, que busca reconstruir las reservas del Banco Central que siguen siendo negativas y, sobre todo, un desembolso de dólares que le permita salir del cepo.

La medida de Trump, que enfatizó que la balanza comercial con la Argentina perjudica a su país y por ahora no anticipó excepciones para sus aliados más importantes como Reino Unido y Canadá, podría tener impacto en el mercado laboral. La empresa que conduce Javier Madanes Quintanilla emplea a 2.272 trabajadores. En 2024, por la caída de la construcción local y de las exportaciones a Brasil, debió suspender trabajadores en acuerdo con la UOM.

En la mesa chica de Milei descartan cualquier gestión. “No vamos a hacer ninguna gestión particular por los aranceles. Aluar hace 40 años que caza en el zoológico con costos altísimos para los argentinos. Afuera venden más barato«, dijo uno de los funcionarios que más influye sobre el Presidente.

El sector metalúrgico reiteran que esperan que el buen vínculo entre la administración republicana y la libertaria destrabe el conflicto, una opinión que -si no hay cambios- expondrá el relato de una Casa Rosada 100% alineada con la Casa Blanca. En ese sector, como en otros, celebraron que la secretaría de Relaciones Económicas Internacionales regresara a Cancillería y quedara bajo el mando de Caputo.

Javier Milei/ Paolo Rocca

La situación de Tenaris (Techint) es menos acuciante, porque exporta un volumen equivalente a US$ 112 millones en acero y tiene una planta de producción en los Estados Unidos.

También son distintas las valoraciones que hacen en la Rosada sobre los empresarios involucrados. No hubo cuestionamientos a Paolo Rocca, CEO de Techint, clave por sus inversiones en el sector energético. «Milei sobrecumplió, pero tiene que nivelar la cancha», dijo Rocca en diciembre pasado en un foro empresarial. Madanes, en cambio, fue apuntado por cuestionar la brecha cambiaria. «Hay preocupación por la brecha. Incomoda esto de que vos tengas un contado con liquidación tan cercano al tipo de cambio oficial«, dijo el productor de Aluminio en un podcast que le valió una dura reprimenda virtual y coordinada de referentes del Gobierno, como el ministro Caputo, José Luis Espert o el vocero presidencial.

En Balcarce 50 hasta defienden la decisión de Trump, porque señalan que los impuestos que aplica el Mercosur a los productos estadounidenses son más altos que los Washington ordena para las exportaciones argentinas. Por eso reiteran su voluntad de avanzar con un Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y vuelven a presionar con una improbable salida del bloque regional, atada a una decisión del Congreso.

En el Gobierno buscan diferenciarse de la agenda internacional que negociaron tradicionalmente sus antecesores, como Mauricio Macri que negoció con Trump la baja de aranceles al acero y al aluminio después de que el magnate republicano se los impusiera) y el ingreso de los limones de Tucumán. Prefieren una alineación ideológica, por afuera de los pedidos concretos y sectoriales, aunque una comitiva de Economía en noviembre intento avanzar en la venta de cítricos dulces. “Yo le hablo de Corea del Norte y él me habla de limones”, sentenció Trump en 2018, sentado en el Salón Oval, junto a Macri.

Los libertarios quieren mostrarse en la primera línea de la supuesta batalla cultural internacional contra el wokismo (el progresismo) que Trump, Milei, la premier italiana Giorgia Meloni y Elon Musk llevan adelante en materia de género y diversidad, contra los acuerdos por el clima, el Pacto del Futuro de Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud. Por eso, en el Ejecutivo nacional aclaran que, aunque Trump dé un paso atrás con su decisión de salir de la OMS, Milei seguirá adelante con su plan.

Javier Madanes, de Aluar, en un ciclo de Clarín. Foto: Andrés D´Elia.Javier Madanes, de Aluar, en un ciclo de Clarín. Foto: Andrés D´Elia.

La agenda de Milei, en Estados Unidos, por ahora, es una incógnita. Hasta el momento, el Gobierno no tuvo eco para una bilateral entre el Presidente y su par estadounidense, aunque en la Rosada aspiran a que por vuelvan a cruzarse en un pasillo de la cumbre conservadora de la CPAC, como ocurrió en Florida, en noviembre, cuando Trump ya había sido electo; antes, en Maryland, o en la más reciente asunción del republicano en el Capitolio, donde Milei tuvo una ubicación privilegiada.

En Economía reiteran que Caputo no acompañará esta vez al Presidente a su gira. Lo asistirán, en cambio, la secretaria general de Presidencia -que compartirá este domingo un acto de afiliación partidaria con el ministro en la Ciudad– y el vocero presidencial Manuel Adorni.

Tras una semana de rumores de una supuesta pelea entre Caputo y Milei que el Gobierno debió negar y los insultos a los economistas que hablan de un atraso cambiario, en la Rosada reiteran que el ministro de Economía no se irá ni siquiera si logra levantar el cepo, como sus allegados hacían trascender en los primeros meses de la gestión. “No hay otro ministro con el que el Presidente esté tan consustanciado como Toto. Que se fuera sería como arrancarle un brazo a Javier”, exageraron muy cerca de Milei.

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