Con la ‘10’ en la espalda, en Córdoba, protagonizando un triunfo inesperado porque el rival era superior. No es Ricardo Enrique Bochini; es Luciano Cabral, que le rindió el mejor homenaje al Bocha metiendo un cordobazo en tiempo cumplido. El enganche le puso el broche de oro a un partido increíble que tuvo de todo y que resultó en victoria para Independiente por 3 a 2 ante Talleres.
La historia lo marca: el Rojo y la T están destinados a jugar partidazos. Como aquel 25 de enero de 1978 cuando los de Avellaneda dieron la vuelta olímpica aquí con ocho hombres. Este cruce de la segunda fecha del Apertura no fue la excepción.
Julio Vaccari inventó y se equivocó. Más allá del resultado final, el técnico de Independiente no acertó al buscar el reemplazante de Santiago Montiel (desgarrado). Tenía varias opciones. Todo apuntaba a que iba a darle rodaje a Cabral, que entró muy bien en la primera fecha. Sin embargo, el DT rojo apostó por el debut de titular de Pablo Galdames, pero como volante externo diestro en su predilecto 4-1-4-1.
A los 3 minutos ya demostró que iba a ser intenso y desnudó a la defensa del Rojo. Una pelota por arriba encontró a Nahuel Bustos a espaldas de Adrián Spörle. Tiró el centro y Federico Vera la metió en su propio arco al intentar rechazar.
El conjunto cordobés nunca dejó de atacar. En la igualdad y en desventaja, siempre mantuvo la presión y la severidad ofensiva. Rodrigo Rey salvó al Rojo en un par de oportunidades: un remate de Matías Galarza Fonda y otro a quemarropa del Tucu Palacios. Y cuando no lo salvaba su arquero, a Independiente lo salvó el palo, como en el tiro cruzado de Rubén Botta.
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