El presidente se olvidó del liberalismo. No deja funcionar el mercado, pisa todas las variables. Ya no es economista, ahora es ilusionista. Vende fantasías: la fantasía de sacar al país apostando (como en el casino) a la especulación financiera. Los datos que publica son teóricos (como el riesgo país) irreales e increíbles. Miente sobre el valor del dólar, sobre la emisión, sobre el superávit fiscal y sobre la inflación. Sí, como entre 2007 y 2015, el Indec miente. Es claro que, si hay más desocupación, menos consumo, aumento generalizado de precios y paritarias techadas, la pobreza sube en vez de bajar.
Esta economía de ficción es inviable. Es imposible crear empleo endeudándose para mantener el dólar, y hablando todo el día de riesgo país, bonos y carry trade. Menos recomendando estafas piramidales que terminan en cárcel, como Ponzi en Italia, Maddoff en Estados Unidos y Cositorto en Argentina. No es posible recuperar la cultura de trabajo cuando solo ganan los bancos y especuladores y pierden, se achican o cierran las verdaderas industrias y comercios.
Se aplica motosierra a trabajadores, jubilados y pymes. Se hace liberalismo de amigos, asegurando grandes negocios a los “empresaurios”. Y se usa guillotina con los verdaderos liberales que lo convencieron de dar el paso a la política y lo llevaron a la casa rosada. El presidente ya echó a cientos de auténticos liberales por opinar y, en su reemplazo, contrató a miles de “libertarados” para aplaudir.
Esto no les gusta a los autoritarios
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Tenemos que volver a la economía real. De esta se sale produciendo y trabajando, como hace Trump en Estados Unidos. Yo quiero ser el Trump porteño, por eso me postulo a diputado de la ciudad.
Aunque tenemos 35 hospitales, 45 centros de atención, 2 centros odontológicos, 200 clínicas, 18 prepagas, 1300 farmacias, 600 laboratorios bioquímicos, 250 droguerías y 150 laboratorios farmacéuticos, la Ciudad de Buenos Aires no ofrece un buen servicio de salud. La gente no puede pagar sus medicamentos ni prepagas y el Ministro de Salud está ausente desde la pandemia.
El teatro es una analogía de la realidad
Medio millón de porteños trabaja en negro y 25% es pobre, pero la cartera laboral está acéfala: el Secretario de Trabajo y Empleo huyó al Ceamse porque gana más plat. Esta realidad contradice al Jefe de Gobierno que pretende autonomía y un fuero laboral propio.
La ciudad más rica del país está sucia, olorosa e insegura. Los presos se escapan y la droga circula no solo por las 40 villas locales sino también por las plazas que antes eran de los vecinos y hoy son de los adictos, indigentes y delincuentes.
Después de 18 años, los funcionarios de la ciudad están cansados y los porteños también se cansaron del PRO. El exalcalde, principal responsable de que la ciudad más rica y que paga más impuestos tenga Alta delincuencia, Estado sobredimensionado, Pobre educación, Muchas villas, Droga libre y Mala salud, quiere volver a la política como legislador. ¿Será para incrementar el perjuicio?
Hace falta un espacio nuevo que brinde soluciones a los problemas, en vez de excusas e ideología. Ese partido llegó, se llama “Movimiento Plural: Remedios Para Caba”.
Nos metemos en política para remediar los problemas. Con sangre nueva, vitalidad y el respaldo de los artículos 20, 21 y 22 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, redactaremos leyes para modernizar el sistema de salud, reconocer a los profesionales trabajadores (también castigar a los que no trabajan y pretenden cobrar) y bajar el precio de los medicamentos y prepagas.
Aumentaremos la competencia, instalando más laboratorios (el Polo Farmacéutico de Lugano fue abandonado), organizaremos campañas de uso racional, recetaremos y dispensaremos solo por nombre genérico, limitaremos la publicidad de fármacos, estimularemos la figura del Cuidador y organizaremos un Pami exclusivo para los porteños cuyo traspaso solicitamos ya mismo a la Nación. Quiero continuar el legado de Arturo Illia, ese médico cordobés presidente entre 1963 y 1966.
Para reemplazar las changas por trabajo registrado simplificaremos las habilitaciones de comercios y empresas, eliminaremos los impuestos por un año a los nuevos CUIT que registren trabajadores, autorizaremos pagar las cargas laborales a cuenta de ABL, reduciremos impuestos a partir del décimo año de cumplimiento tributario, y modernizaremos las relaciones laborales y sindicales. Estos cambios están amparados por los artículos 43, 44 y 45 de la Constitución de Caba. Se cómo generar trabajo real, lo escribí en mi último libro: “El derecho a elegir tu sindicato.”
La ciudad será más segura capacitando y remunerando mejor a las fuerzas de seguridad, incrementando el armamento no letal, constituyendo organizaciones de trabajadores uniformados que defiendan su salario y potencien su obra social. El policía que prevenga un delito; detenga o encarcele a un delincuente será premiado en vez de sumariado.
Además de encarcelar y confiscar los bienes de los narcos, hay que combatir la droga bajando el consumo, promoviendo el deporte y tratando a los adictos -y a sus familias- para que salgan de ese infierno. Hay que mudar a los habitantes de las 40 villas porteñas a barrios obreros, construidos previamente en otros territorios de la ciudad. Allí tendrán casa digna con cloacas, luz y otros servicios esenciales, que deberán abonar como el resto de los vecinos.
También hay que reducir la cantidad de ministerios, secretarías y direcciones, y eliminar la figura del Comunero. Cobra mucho pero no tiene poder decisión. Mi propuesta es que esa tarea de proximidad la asuman los propios legisladores a razón de 4 por cada una de las 15 Comunas.
El liderazgo religioso de Javier Milei
Quiero ser el defensor de los 800 mil jubilados porteños. Su causa es justa, no pueden vivir con 300 mil pesos. Les dicen que no hay plata, pero la represión, el destrozo de motos y patrulleros, el cierre de comercios y la atención de heridos, también es gastar plata. No hay que olvidar que el origen del problema de los adultos mayores es la derogación de la ley jubilatoria que decretó el expresidente Alberto Fernández. Con esa ley no habría reclamos porque el haber se corregía con la inflación. La juventud es para sembrar y la vejez para cosechar, pero la política lo ignora.
El Kirchnerismo pretende apoderarse de la ciudad. Pero es casi imposible olvidar el reciente fracaso económico, político y sanitario del último gobierno nacional. Están muy presentes en la memoria de los porteños (casi tatuadas en su cuerpo) las caminatas entre Fernández y su discípulo más fiel, el alfonsinista hiperinflacionario Leandro Santoro. Por eso dudo que la ciudadanía capitalina quiera volver a un pasado tan presente y perjudicial.
Aquellos que fueron asustados, obligados a pincharse con productos experimentales e impedidos de despedir a sus familiares, seguro no votarán peronismo. Yo pretendo ser la voz de los perjudicados por la mala gestión de la pandemia, que terminó con 30 mil muertos más que el promedio mundial. Hay que imitar al actual Secretario de Salud de los Estados Unidos, que está investigando y llevando a juicio a los responsables, especialmente a los infectologos que abusaron de su papal sanitario en beneficio de la industria farmacéutica y de la mala política.
No vengo a buscar, vengo a ofrecer. No tengo miedo de enfrentar a las corporaciones, las conozco. Conmigo gana la gente y pierden los que corrompen y se dejan corromper.
Quiero convocar a los desencantados de Milei. A los maltratados, silenciados y exiliados por La Libertad Avanza. A los cansados del PRO, que nos cambió para mal. Y a los que no están dispuestos a volver a un pasado reciente de demagogia, sobregasto y pobrismo.
Los partidos tradicionales no van más. La Libertad No Avanza, la Unión por Todos retrasa y el Pro ya cansa. Yo te ofrezco la receta y los remedios para curar la panza.
*Doctor en Farmacia y Bioquímica, UBA Candidato a Legislador
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