“Hay que saber ganar, eh…”: el caliente cara a cara de Frank Kudelka con los hijos de Gustavo Costas tras el triunfo de Huracán sobre Racing


«Hay que saber ganar, eh…», le tiró enardecido Gonzalo Costas, hijo de Gustavo, a Frank Kudelka, el DT de Huracán, que festejó con todo el 1-0 del Globo nada menos que en la cancha de Racing. Fue la reacción del banco de la Academia, entre la bronca y la frustración, que con las pulsaciones a mil se mezcló con el grito que tronaba en el Cilindro: «El domingo cueste lo que cueste hay que ganar…». ¿Qué fue lo que pasó?

No fue bueno el partido en Avellaneda pero estuvo lleno de tensión. Los de Parque Patricios golpearon temprano, a los 25 minutos del primer tiempo, con un gol de Eric Ramírez que obligó a la revisión del VAR y ya empezó a calentar el ambiente en los bancos de suplentes.

Costas, fiel a su estilo, le dio un puñetazo al techito de su banco de suplentes tras el tanto de Huracán. La Academia, campeón de la Sudamericana y de la Recopa, no la pasa bien en el Torneo Apertura: acumulaba tres derrotas consecutivas, que ahora son cuatro, y necesitará esforzarse para meterse en la zona de playoffs, entre los ocho mejores de los dieciséis que componen la Zona A. Para colmo, en una semana deben visitar a Independiente.

A partir de ese tanto de la Perla, el encuentro se resumió en la impotencia de Racing y el orden del Globo, que trató de hacer correr el reloj en cada oportunidad. Eso sacó a Costas y a su cuerpo técnico, que completa su otro hijo, Federico. Desde el lado de Kudelka recién se hicieron oír cuando el VAR, en forma correcta, anuló un gol de Sequeira porque la pelota se había ido cuando Mazzantti mandaba el centro en la previa.

El árbitro Sebastián Martínez marcó el final y llegó el desahogo de Kudelka, quien suele no medirse a la hora de las malas y tampoco en las buenas. Apretó los puños varias veces y miró hacia la zona de los Costas con gesto desafiante. Luego llegó el tumulto en el medio de la cancha, los reproches y un pedido de disculpas que terminó siendo más irónico que sincero.

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