Franco Colapinto vivió su primer día como piloto de Alpine y habló de su rol en el equipo: “Siempre listo por si me tengo que subir”
Franco Colapinto conduce un Renault Espace Esprit Alpine negro por las heladas calles de Enstone hasta la puerta de la base de su nuevo equipo de Fórmula 1. Se saca el cinturón, apaga el motor, se baja y saluda a quienes lo filman: «Hola chicos, gusto en conocerlos». Son las 8 de la mañana bajo el frío invernal -con un termómetro que pareció clavado en 5°C- y lo siguiente que ven sus ojos es el auto con el que Fernando Alonso fue campeón mundial hace dos décadas. «Ese es un buen auto. Es el auto que algún día me gustaría manejar», suelta sobre el Renault R25, con la misma frescura con la que hace solo dos años, cuando conoció esa región inglesa de Oxfordshire, llegaba a la fábrica de Williams en Grove en autobús.
Pero el auto que lo espera a Franco en su primer día en la sede central de la escudería francesa es uno que no sale del cuarto donde está instalado. En sus funciones como piloto reserva del equipo que tiene como titulares al experimentado Pierre Gasly y al novato Jack Doohan, el pilarense de 21 años pasará muchas horas en el simulador que conoció a las 9.30 y con el que se reencontró a las 13.30 para una sesión que se extendió tres horas y media y en el que es fotografiado para el material audiovisual con el que Alpine alimenta sus redes sociales, donde no tardan en aparecer los corazones de los fanáticos.
«Primera vez manejando un auto de este tipo, obviamente en una simulación, pero es una forma más de entender un poco más cómo funciona el auto, el balance, el setup. Empezar a entender un poco más el volante, las cosas con las que los pilotos podemos jugar arriba del auto -ejemplifica-. Así que, nada, muy contento del día de hoy. Obviamente mucho por aprender y entender, pero es un gran comienzo en este nuevo equipo. Con muchas ganas de seguir por este camino, esto recién empieza. Estoy muy motivado y con ganas de volver pronto».
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Franco Colapinto contó su primer día como piloto de Alpine
La llegada de Colapinto se dio apenas unos días después de que aterrizara en Madrid, su base europea. Después de un mes en Buenos Aires junto a su familia y sus amigos, de disfrutar del sol y de la pasión primitiva del karting en Zárate, el joven de 21 años relajó unos días más en España, donde hasta asistió al recital del rapero argentino Milo J. Pero sabía que eran esos los últimos instantes de ocio porque lo esperaba el trabajo en Enstone, donde un día antes se presentó el australiano Doohan, el rival apuntado para subirse más temprano que tarde al A525.
«Mi rol acá en el equipo va a ser ayudar, dar una mano en lo que pueda, llevar al equipo a lo más alto. Mejorar el auto en todo lo que podamos y darles una mano en todo lo que pueda. Voy a estar muy atento por cualquier cosa que pase. Y obviamente siempre listo por si en algún momento me tengo que subir», avisó en sus primeras declaraciones como piloto del equipo que dirige Oliver Oakes. Si bien su función en clara, y Colapinto la repasó al decir que debe «hacer todos los tests, hacer ese development del auto nuevo y estar mucho en el simulador», insistió en que también estará al acecho: «Y obviamente estar preparado por cualquier cosa que pase. Estoy muy feliz de estar acá. Gran comienzo del año. Y vamos por más».
En sus primeras horas en Enstone, Franco no se sintió como un desconocido. Después de cruzar la puerta principal cargando un bolso de cuero marrón en el que seguramente tenía su «uniforme de trabajo», ingresó a la fábrica, saludó a cada miembro que se le presentó y habló, en inglés, todo lo que pudo, fundamentalmente en lo que sirviera para elogiar a la máquina a la que aspira a subirse para volver a la grilla de la F1 tras correr las últimas nueve carreras con Williams, en lo que fue el regreso de un argentino después de 23 años.
«Primera vez conociendo al equipo, primera vez conociendo a la fábrica, caras nuevas, personas que obviamente no conocía pero que voy a estar trabajando mucho con ellos. Estoy muy feliz de estar acá y de esta bienvenida que me dieron. Vamos a trabajar mucho para llevar a Renault y a todo el equipo donde se merece: a pelear por campeonatos, por victorias y sé que formamos parte de un gran equipo y un gran grupo de gente que quiere estar arriba y ganar carreras y podios. Es un placer unirme a un equipo como este que me da nuevas oportunidad, nuevos desafíos para lograr lo que yo quiero en el futuro. Mucho por aprender. Pero es un gran primer día acá en Alpine», subrayó.
Sabe, sin embargo, que el sueño que lo motoriza tanto a él como sus fanáticos no es el de ser suplente tras firmar un contrato de cinco años y por eso les habló a ellos en lo que pareció un pedido de paciencia: «Espero que estén tan felices como estoy yo de estar acá, de estar de vuelta en la Fórmula 1, de formar parte de un equipo con tanta historia y tanto legado. Para mí es algo muy importante que estoy disfrutando un montón, así que espero que estén pasando el mismo momento que estoy pasando yo. Que tengan muchas ganas de verme pronto pero que también estemos disfrutando de este trayecto juntos. Es un gran paso para adelante el que dimos con todo el equipo y obviamente muy feliz de haberme unido a un equipo como Alpine, junto a Renault también, que es una marca con una historia muy grande en el automovilismo».
En Enstone, a 40 kilómetros de donde el sueño comenzó en 2023 como piloto joven de la Academia de Williams, Franco Colapinto se presentó con la calidez que enamoró al paddock hace cinco meses pero sin ocultar su deseo de subirse a un monoplaza que no sea el de hace dos años, lo que podrá hacer en el marco de las Pruebas de Coches Anteriores (The Testing of Previous Cars o TPC) habilitadas para los pilotos reserva de la F1. Fueron apenas sus primeras 9 horas como miembro de Alpine, en las que no faltó tampoco el encuentro con Flavio Briatore, el partícipe necesario de su salida de Williams. «Bienvenido Franco», escribió el italiano, ya en la noche de Inglaterra, en un posteo de Instagram. «Andiamoooo grazie flav vamos!!», le respondió rápidamente su nuevo pupilo.
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