Fabio Capello tiene 78 años y ya está jubilado como entrenador de fútbol. Como futbolista fue un volante central de la vieja escuela italiana y se destacó en el SPAL, Roma, Juventus y Milan. También en la selección de Italia. Como entrenador fue todavía más brillante y llevó al Milan a ganar la Champions League en la temporada 1993-1994. Fue campeón de la Serie A con tres equipos (Milan, Roma y Juventus), aunque sus títulos con la Vecchia Signora fueron revocados por una sanción contra la dirigencia del club por amaño de partidos.
Dirigió a muchos de los más grandes futbolistas de las últimas décadas como Zinedine Zidane, Ronaldo Nazario, Luis Figo, Roberto Carlos, Gabriel Batistuta, Paolo Maldini, Zvonimir Boban, Gianluigi Buffon o Alessandro Del Piero. Y también fue director técnico de Pep Guardiola en la Roma.
Capello siempre fue muy crítico del catalán. Y en las últimas horas reapareció con una extensa entrevista al diario El Mundo de España en la que sentenció que «Guardiola le ha hecho un daño tremendo al fútbol», aunque también reconoció que vivió tres revoluciones en el fútbol: «El Ajax de Cruyff, el Milan de Arrigo Sacchi y el Barcelona de Guardiola».
-[Risas] No, no, para nada. Además yo valoro mucho a Guardiola como entrenador, ha hecho cosas maravillosas. Yo he vivido tres revoluciones en el fútbol, una cada 20 años o así: el Ajax de Cruyff, el Milan de Sacchi y el Barça de Guardiola. No tengo ningún problema en decirlo.
-No discutimos nada. El vino a decirme cómo tenía que hacer mi trabajo y yo le respondí: «Ponte a correr y luego hablas». Es que andaba por el campo y yo no iba a sacarle antes que gente que tenía muchas cosas mejor que él. Sin más. Ahí se acabó el debate. ¿Sabes lo que no me gusta de Guardiola? Su arrogancia. La Champions que ganó con el City fue la única en la que no intentó nada raro en los partidos decisivos. Pero todos los demás años, en Manchester y en Múnich, en los días clave siempre quería ser el protagonista. Cambiaba cosas y hacía inventos para poder decir: «No ganan los jugadores, gano yo». Y esa arrogancia le ha costado varias Champions. Yo lo respeto, pero eso lo veo claro. Además, aunque eso ya no es culpa suya, ha hecho un daño tremendo al fútbol.
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