Estalla la guerra comercial con los nuevos aranceles de Donald Trump a productos de México, Canadá y China
Los aranceles generales que impuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a productos importados desde México y Canadá (un 25%) y de China (10%) entraron en vigor el martes a la madrugada, una acción extraordinaria que desata una incierta tormenta con sus principales socios comerciales y el intercambio global, mientras que también amenaza con golpear a la economía estadounidense. China y Canadá anunciaron represalias inmediatas.
El 10% de tarifas a los productos chinos se suma al 10% que Trump ya había aplicado en febrero, con los que la inmensa cantidad de importaciones chinas tendrán ahora un 20%.
«Si bien el presidente Trump dio tanto a Canadá como a México una amplia oportunidad para frenar la peligrosa actividad de los cárteles y la afluencia de drogas letales que fluyen hacia nuestro país, no han abordado adecuadamente la situación», según un comunicado emitido por la Casa Blanca poco antes de que los aranceles entraran en vigor, a las 0 horas del martes en Washington.
China contraatacó enseguida, con el anuncio en la madrugada del martes de aranceles del 15% sobre el pollo, el trigo, el maíz y el algodón provenientes de EE.UU., según un comunicado de la Comisión de Aranceles del Consejo de Estado. Además, implantó un arancel del 10% sobre «sorgo, soja, carne de cerdo, carne de res, productos acuáticos, frutas, verduras y productos lácteos», dijo.
Dimitris Tsarouhas, profesor de Ciencias Políticas de Virginia Tech y Georgetown University, experto en la relación entre EE.UU. y China, dijo a Clarín que “Esta rápida reacción del gobierno chino confirma que Pekín era consciente de una medida de ese tipo por parte de Estados Unidos y se había preparado en consecuencia. A partir de ahora, podemos tener múltiples rondas de represalias mediante la escalada o negociaciones bilaterales para llegar a un acuerdo global que reduzca los aranceles”.
Horas antes de que los aranceles entraran en vigor, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que Canadá respondería de inmediato con tarifas sobre productos estadounidenses por valor de 30.000 millones de dólares. Para el 25 de marzo, dijo que Canadá impondría un arancel adicional de 125.000 millones de dólares a los productos estadounidenses, sin demasiadas precisiones.
«Canadá no permitirá que esta decisión injustificada quede sin respuesta», dijo en un comunicado.
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que su gobierno tiene planes de contingencia para mitigar el impacto de las nuevas tarifas. “Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias que anunciaré en plaza pública el próximo domingo”, indicó en su conferencia matutina diaria.
En febrero, Trump había postergado por un mes la entrada en vigor de los aranceles a México y Canadá mientras intentaba negociar que tomaran medidas para frenar el narcotráfico y la inmigración.
Como argumento para aplicar estos gravámenes, Trump utilizó la excusa del tráfico del fentanilo, una droga sintética que azota a los estadounidenses y que según la Casa Blanca ingresa mayoritariamente desde los países vecinos y desde China.
En este lapso, México y Canadá tuvieron el gesto de enviar tropas a sus respectivas fronteras para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas e incluso la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum deportó a capos narcos presos en su territorio hacia Estados Unidos.
Los riesgos de la política proteccionista de Donald Trump
Sin embargo, nada de esto alcanzó y Trump igualmente aplicó las tarifas, de lo que se deduce que el fin último de la ofensiva del republicano era avanzar con su política proteccionista para, supuestamente, frenar el desequilibrio comercial y promover la industria estadounidense.
«Después de que las medidas adoptadas por Canadá y México a cambio de posponer los aranceles dieran resultados, la decisión de la Casa Blanca de imponer aranceles de todas formas sugiere que la visión mercantilista de comercio internacional tiene un peso importante detrás de la medida”, dijo a Clarín Gustavo Flores Macías, profesor de Gobierno y de Políticas Públicas de Cornell University, experto en relaciones entre Estados Unidos y México, quitando peso al tema del fentanilo.
Flores Macías cree además que los aranceles sobre México podrían ser temporales. “El gobierno mexicano continúa con sus esfuerzos de encontrar una salida negociada para minimizar el impacto de los aranceles e incluso levantarlos. Debido a que las consecuencias de los aranceles son graves y probablemente se sientan también en Estados Unidos, especialmente si otros gobiernos adoptan sus propios aranceles contra EEUU, la medida de la Casa Blanca podría ser temporal”, dijo el experto.
Los expertos advierten que la política arancelaria de Trump podría afectar la economía estadounidense que, si bien es resistente, aún lucha contra la inflación, que aumentó a un 2,8 en febrero, y que muestra signos que preocupan como el descenso del consumo y el aumento de los pedidos de trabajo.

Los aranceles amenazan con aumentar los precios que los estadounidenses pagan por una amplia gama de bienes que se importan desde los tres países, que en conjunto enviaron productos por valor de 1,4 billones de dólares a Estados Unidos el año pasado, según datos del Departamento de Comercio. Eso representa más del 40% del valor de todos los productos que Estados Unidos importó el año pasado.
El experto Tsarouhas explica que “habrá un impacto inflacionario general, pero variará según los sectores. Los más afectados serán los más expuestos a las importaciones chinas, especialmente los de electrónica y tecnología, donde los consumidores estadounidenses sentirán el impacto muy pronto. También es posible que haya interrupciones en la cadena de suministro, porque el «desacoplamiento» que pretendía Estados Unidos aún no se ha completado”.
La importación de energía
Los únicos bienes que no se enfrentarán a un arancel del 25% de Canadá son los relacionados con la energía, como el petróleo crudo, uno de los principales productos que Estados Unidos importa de allí. En su lugar, se enfrentarán a un arancel del 10%.
Los productos frescos, los automóviles, las autopartes y los productos electrónicos, incluidos teléfonos y computadoras, figuran entre los principales productos que Estados Unidos importa de México, Canadá y China y que ahora enfrentarán aranceles de entre el 20% y el 25%.

A pesar de las afirmaciones anteriores de Trump de que los exportadores pagan los aranceles, en realidad son las importadoras en EE.UU. que reciben bienes del extranjero las que pagan el arancel por adelantado.
Esas empresas importadoras suelen trasladar los costos adicionales de las tarifas a los consumidores subiendo los precios, aunque en algunos casos, pueden optar por absorber los costos más altos, o verse obligados a hacerlo.
Esta ronda de aranceles es solo el comienzo de una ola tarifaria que no se sabe hasta dónde llegará.
Comenzó con el anuncio de aranceles generales del 25% al acero y al aluminio que entrarán en vigor el 12 de marzo. Y se espera que los aranceles recíprocos, es decir la equiparación con lo que otros países imponen a los productos estadounidenses, entren en vigor el 2 de abril.
Mientras tanto, Trump sigue insinuando que vendrán más aranceles. Dijo el lunes que impondría desde el 2 de abril aranceles a las importaciones agrícolas, en un intento por impulsar las ventas nacionales. Y firmó la semana pasada un decreto para investigar los aranceles a la madera, lo que podría hacer aumentar los precios de las casas nuevas, un factor clave de inflación para las familias estadounidenses.
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