El triste adiós a Sid Veijer, la promesa del motociclismo que agonizó dos semanas, reabre el debate: ¿un niño de 7 años debe practicar un deporte de alto riesgo?
La muerte de Sid Veijer, de apenas 7 años, conmocionó al motociclismo mundial. El piloto neerlandés, considerado una de las grandes promesas de su país, había sufrido un accidente mientras entrenaba el 22 de diciembre y falleció el domingo, tras pasar dos semanas internado y luchando por su vida en un hospital de Maastricht. Su padre Reinold, que fue actualizando el estado de salud del pequeño a través de las redes sociales, afirmó que «lucho como un león» pero perdió «una pelea injusta» contra sus heridas.
Nacido el 20 de abril de 2017, Veijer llevaba la pasión por la velocidad en la sangre y era miembro de una conocida familia ligada al motociclismo de Staphorst, una ciudad ubicada al este de Países Bajos. Su hermano mayor Boyd, de 11 años, también es piloto y era su gran compañero en cada competencia. Su papá, que los acompañaba siempre, solía subir fotos y videos de los dos corriendo en sus mini motos en la cuenta de Instagram @veijer_racing.
Los hermanos seguían los pasos de sus primos Kiyano, de 16 años, y Collin, una de las figuras emergentes en el Moto3.
Cerrada la temporada, los hermanos se dedicaron a entrenar en un circuito techado de Swalmen, en la provincia de Limburgo, que suele utilizarse a menudo por los corredores de mini-motos para practicar durante el invierno. Allí ocurrió el accidente del más chico, el 22 de diciembre.
Según los medios neerlandeses, Sid perdió el control de su moto en plena práctica y sufrió una durísima caída, en la que se golpeó muy fuerte la cabeza y el rostro. Lo llevaron en ambulancia a Echt y luego lo trasladaron en avión hasta Maastricht. En las dos semanas que estuvo internado, le realizaron cuatro cirugías en el cerebro para tratar las heridas «muy graves» que había sufrido.
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