El superávit comercial creció en diciembre y en 2024 el saldo fue de casi u$s19.000 millones


El superávit comercial creció en diciembre y en el acumulado de 2024 fue de u$s18.899 millones, la cifra más elevada desde que hay registros, en términos nominales. Sucedió tanto por un incremento significativo de las exportaciones, de la mano del agro y el sector energético, como por una caída fuerte de las importaciones debido a la recesión y atrasos en los pagos durante la primera parte del año.

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Fuente: INDEC.

El incremento en el superávit se dio fundamentalmente por las exportaciones, que treparon un 33,4% interanual y sumaron unos u$s7.035 millones, por encima del promedio de los últimos meses. Por su parte, las importaciones subieron 26,2% respecto de un año atrás hasta los u$s5.369 millones, una cifra que se ubicó apenas por debajo del promedio del segundo semestre.

Vale remarcar la baja base de comparación interanual, dado que diciembre de 2023 estuvo marcado por un cambio de Gobierno turbulento, que incluyó una fuerte devaluación de la moneda, un clima general de incertidumbre y el mantenimiento (y en algunos casos profundización) de controles en el plano cambiario, un combo que frenó muchas operaciones vinculadas con el comercio exterior.

Superávit récord en 2024: por qué no todo es color de rosas

Con estos números, las ventas externas acumularon en 2024 unos u$s79.721 millones, lo cual significó una mejora del 19,4% (+u$s12.932 millones) versus 2023 y representó la segunda marca nominal más alta de la historia, solo detrás de la de 2022. Esto fue el resultado de una mayor venta en cantidades, ya que los precios operaron en baja.

Mientras tanto, las importaciones se hundieron el año pasado un 17,5% (-u$s12.891 millones) para cerrar el período en los u$s60.822 millones, la cifra más baja en porcentaje del PBI desde el año 2015 (10,1%). según indicó la consultora Abeceb. En este caso también fue más significativa la merma de las cantidades, aunque los precios también registraron bajas.

En diálogo con Ámbito, el economista Martín Carro destacó el hecho de tener superávit pero remarcó que en gran parte se debió al derrumbe de las importaciones por la recesión. Además, aclaró que lo ocurrido en el intercambio de bienes (que es lo que mide el INDEC) fue distinto a lo que pasó en el comercio de servicios, donde la balanza fue deficitaria. «En un mundo de servicios cada vez más transables, las estadísticas de bienes son importantes pero menos relevantes para ver los flujos de divisas que décadas atrás», profundizó.

Por otra parte, el integrante del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV recordó que no todo el superávit comercial es capitalizado por el Banco Central (BCRA) en sus reservas, debido a la existencia del dólar «blend», que obliga a liquidar el 20% de las exportaciones al CCL. «Si uno compara las importaciones con el 80% de las exportaciones el superávit record casi desaparece», aseguró.

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Fuente: INDEC.

Cuáles fueron las exportaciones que más aportaron al superávit comercial en 2024

Las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y los productos primarios (PP) impulsaron el salto de las exportaciones, con avances del 24,6% y del 27%, respectivamente. Cabe aclarar en este caso también la baja base de comparación, consecuencia de la grave sequía que atravesó el país durante el último año de gestión del Frente de Todos.

A nivel de producto, dentro de estas divisiones se destacaron particularmente la soja y sus derivados (harina y aceite), con un aporte adicional de más de u$s5.700 millones respecto del año previo. En paralelo, entre el trigo y el maíz agregaron más de u$s2.200 millones a la balanza comercial.

Otro rubro destacado en materia de envíos al exterior fue el energético, en un contexto en el cual la mayor producción (por la maduración de Vaca Muerta y la entrada en funcionamiento del Gasoducto Néstor Kirchner) y la deprimida demanda interna facilitaron un mayor excedente de hidrocarburos para colocar en otros países. Las exportaciones de petróleo se ubicaron en el podio anual y representaron una entrada adicional de divisas de casi u$s1.600 millones.

El sector energético, la superación de la sequía y la recesión permitieron ahorrar divisas

Por el lado de las importaciones, las compras de bienes intermedios (BI), que concentra la mayor parte de la canasta importadora argentina, presentaron una caída anual del 19,1%. Dentro de estos resaltó particularmente el derrumbe en la adqusición de porotos de soja, que implicó un ahorro de u$s2.393 millones, un hecho que se explica por la recomposición de la actividad agropecuaria tras la sequía.

También fue relevante la merma en las compras de insumos para la industria de la electrónica, fundamentalmente en la primera parte del año, en un contexto de aguda contracción de la demanda interna y una cadena de pagos que todavia estaba bastante distorsionada.

Por su parte, la nota más destacada la brindó el sector energético. Como resultado de la nueva infraestructura, que permitió evacuar la producción de Vaca Muerta hacia los principales centros de consumo, y la reducción en el consumo local, Argentina se ahorró más de u$s3.600 millones en relación a 2023; las bajas más significativas dentro de este segmento se vieron en gasoil y gas natural licuado (GNL).

Principales socios comerciales

En cuanto a los principales socios comerciales, Brasil se mantuvo a la cabeza liderando tanto en las exportaciones como en las importaciones. Con el país vecino el saldo fue deficitario en u$s738 millones, aunque el «rojo» mejoró significativamente respecto del año anterior.

Segundo se ubicó China, país con el cual también la balanza dio negativa, aunque con una mejora. Mientras tanto, el podio lo completó Estados Unidos; aquí el resultado favoreció a Argentina, fundamentalmente gracias al aporte del sector energético.

La energía también explicó el notable aumento de las ventas a Chile (+28%), que en 2024 superaron a las exportaciones hacia China. Con los trasandinos se verificó el principal resultado positivo, equivalente a unos u$s5.616 millones. También fueron relevantes los superávits con Perú y con otros países asiáticos como India y Vietnam.

Perspectivas para 2025

De cara a 2025, las perspectivas lucen menos alentadoras, teniendo en cuenta el rebote de la economía, la normalización en los pagos de importaciones y la expectativa de una mayor apertura comercial. «De mantenerse (o crecer levemente) el nivel de actividad es imposible esperar en 2025 resultados similares a 2024. Si bien se esperan mayores exportaciones del sector energético no alcanzará para compensar el crecimiento de importaciones«, alertó Carro.

Desde Abeceb proyectan que las exportaciones «van a seguir traccionando en 2025 (+7%), de la mano de una buena cosecha que mejoraría el aporte de 2024 y ventas del sector energético (en diciembre las cantidades exportadas fueron las más altas desde 2004). Respecto de las importaciones, ven también un incremento (+16%), «en línea con la recuperación económica, la mayor apertura comercial, desregulación, baja de aranceles y apreciación cambiaria».

Para la consultora el saldo anual seguiría superavitario, entre u$s14.000 millones y u$s15.000 millones, y e el sector energético estaría aportando alrededor de la mitad de ese total.



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