El Rojo le ganó por la mínima a Guaraní y quedó como puntero del Grupo A :: Olé


15/05/2025 18:22hs.

Si había que ganar, se hizo. Si había que gustar es otro tema. El partido de Independiente fue, por momentos, prolijo. En otros, dejó dudas y agujeros tácticos. Por eso se le empiojó, sobre todo en el ST. Pero el Rojo cumplió con un partido incómodo, antes del duelo con Boca…Sin ánimo de crítica en la alegría se analiza un partido que pintaba fácil, del mismo modo que el Grupo A de esta Sudamericana.

Pero el CAI no supo resolverlo con holgura porque anda con fantasmas arriba, tiene baja definición, poca nitidez. Vaccari debe ajustar la antena para que todo lo que el grupo genera termine en mejor puerto, porque el desgaste y la intensidad de los primeros 30 minutos no se merecían un apático 0-0 contra un equipo paraguayo que no parece típicamente paraguayo. Por momentos, Guaraní no fue ni pierna fuerte. Durante casi todo el partido, no fue un rival difícil por arriba: el local lo complicó siempre cuando le abrió la cancha y le cruzó pelotas precisas para cambiar de frente o calentar el área.

Pero en la última puntada estuvo el defecto central de Independiente. Todo lo que trabajó no se lució porque la chapa quedó corta, cortita. En una zona que parecía miga de pan, lidera, es cierto, pero a esta altura debería estar con la reposera al borde de la pileta en lugar de depender de un nuevo triunfo, en este caso ante Nacional Potosí en la próxima fecha, para asegurarse un primer lugar que por historia está obligado a sellar.

En el arranque se vio clarito que Vaccari lo fue a buscar con todo. En algunos pasajes había diez jugadores del Rojo en el campo del rival. Loyola fue el motor, Montiel aportó ese toque picante, Tarzia la metió y Cabral se hizo manija para armar juego. El problema que tiene el 10 es que no siempre gambetea para adelante, lo que provoca que el juego se haga lento y el rival se arme. Nobleza obliga: los paraguayos se defendieron con línea de seis y a veces hasta de siete. Lograron el desgaste del CAI en esa primera media hora, sí, pero para ganar hay que meter goles… Y lo obtuvo con el tiro de Tarzia en el final de la primera parte.

Club Atlético Independiente 

El resumen de la victoria de Independiente ante Guaraní

Vaccari tiene en la mira a Boca y sabía que anoche no podría pasar otra cosa que ganar. Se ganó con falencias y virtudes, pero se ganó y punto. El primer puesto del grupo parece estar adentro, ahora hay que defenderlo. Y como anunció el DT, a la Bombonera debe llegar con las mismas ganas que ayer. Con esas energías que nunca cedieron a pesar de que no pudieron sostener el ritmo de alto voltaje del inicio. Pero, además, tiene ser más pillo.

Ayer quiso meter el segundo antes que el primero, y no pensó lo suficiente en ciertas situaciones. Y, como se dijo, estos días exigen una puesta a punto de los de arriba, una deuda que Independiente viene arrastrando casi desde la concepción de este plantel. Giménez, que venía de un doblete en Uruguay, no pudo seguir de racha: erró fáciles y decidió siempre mal para cerrar jugadas. Hay tiempo para trabajar. Hay ganas, ilusión y plantel. La Tarzia está en orden.

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