El Manchester City renació en el partido 500 de Pep Guardiola: ganó después de cuatro derrotas y Haaland volvió al gol


Ni Erling Haaland ni Kevin de Bruyne ni Bernardo Silva ni Phil Foden ni nadie está en un nivel individual reconocible en el Manchester City, también muy lejos de sentirse bien como colectivo, pero así y todo puedo renacer con un triunfo ajustado como visitante contra el Leicester (0-2), con el que bordeó otra decepción, mientras recompone su rendimiento.

En el partido 500 de Guardiola con el City, con 355 victorias. Llegó en 2016, ganó 18 títulos -más que nadie en la historia de la entidad-, logró cuatro ‘Premier’ en cuatro campañas consecutivas -inigualable en esa competición para todos-, tiene el récord de puntos en ese torneo, con 100 de 114 en 2017-18, ha conquistado la Champions League, tiene contrato hasta 2027… Pero su presente lo expone ante una situación desconocida. Impensable.

Hasta su visita de este domingo a Leicester, incluso pese al triunfo, la crisis de uno de los equipos más poderosos de Europa es exclamativa. Antes de este sábado, sus registros trazaban su momento: una victoria en sus últimos trece partidos, un triunfo en las nueve jornadas más recientes de la ‘Premier, cinco duelos seguidos sin ganar como visitante y cuatro encuentros consecutivos sin gol de Erling Haaland, que tan solo había anotado un tanto entre los siete compromisos más cercanos, hasta el 0-2.

Cada transición del Leicester, con el argentino Facundo Buonanotte lo creó dudas. No hay ningún control en el City, que permite un ida y vuelta que antes era inconcebible. Cierto que Haaland fue el primero en rematar en el partido, con uno de estos tiros dentro del área que antes eran gol o gol en cualquiera de los pies del delantero noruego, y que marcó el 0-1 rápido, en el minuto 21, cuando ya sufría problemas: Foden soltó un zurdazo, Stolarczyk no la atrapó y Savinho remachó el gol.

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