El influencer gastronómico que no acepta canjes de los restaurantes para reseñar su experienciaPor Cinthia Ruth
En una era donde las redes sociales están repletas de influencers gastronómicos que muestran platos perfectos en restaurantes de moda, Lisandro Schamberger, creador de la cuenta de Instagram @comentino, logró destacarse por un enfoque radicalmente distinto: recorrer bodegones porteños sin aceptar canjes ni invitaciones, mostrando una experiencia real y sin filtros.
A sus 28 años, Lisandro vive en la Ciudad de Buenos Aires, adonde llegó en 2016 desde Olavarría para estudiar Relaciones Internacionales y Derecho, carreras en las que se graduó. Aunque trabaja en un banco en el área que combate el lavado de dinero, su verdadera pasión está en otro mundo: la gastronomía.
“Siempre me gustó salir a comer y con mi novia íbamos mucho a distintos restaurantes. En un momento decidí abrir una cuenta en Instagram y subir fotos y videos de nuestras salidas. Vi que el formato de reels tenía buen alcance y ahí me picó el bichito de ver hasta dónde podía llegar”, cuenta Lisandro.
Hoy, entre sus cuentas de Instagram y Tik Tok suma 365.000 seguidores. “TikTok es una plataforma con un público muy activo. Ahí los videos se viralizan más rápido que en Instagram y generan muchas más interacciones”, asegura.
En los primeros meses, la dinámica de su contenido era similar a la de muchos otros foodies: compartir experiencias en restaurantes que lo invitaban a comer. Sin embargo, con el tiempo, Lisandro empezó a notar que su contenido se volvía repetitivo y que las reseñas de los influencers en general tenían una tendencia clara: eran siempre positivas.
“Los restaurantes no te dicen explícitamente que pongas cosas lindas, pero uno siente el compromiso. Si te invitan a comer, es raro que después hagas una crítica negativa”, explica.
Ese fue el punto de inflexión para el proyecto que hoy lo define. “Me sentía estancado, estaba haciendo lo mismo que todos. Si un restaurante invitaba a influencers, todos terminaban subiendo un video similar. Ahí me di cuenta de que tenía que hacer algo distinto, algo que realmente aportara valor”, dice.
Decidió entonces dejar los canjes de lado y crear una serie dedicada a explorar los bodegones de Buenos Aires, esos restaurantes tradicionales, con platos abundantes y precios accesibles, que muchas veces pasan inadvertidos en los circuitos gastronómicos más populares.
El objetivo de su proyecto es claro: visitar un bodegón en cada uno de los 48 barrios porteños. Para organizarse, decide visitar los locales en orden alfabético, asegurándose de cubrir toda la ciudad sin priorizar las zonas más céntricas o turísticas.
“No aceptar canjes me permite mostrar la realidad de una salida a comer. Cuánto gasté, qué pedí y si realmente valió la pena el precio”, explica. Además, destaca la importancia de reflejar situaciones cotidianas: “Si alguien va a un bodegón con su pareja, probablemente pida uno o dos platos, no cinco. Muchas veces, cuando los influencers van invitados, les sirven de todo, y eso no refleja la experiencia real de un cliente común”.
El factor económico también juega un papel clave en la elección de los bodegones. “Con la situación económica en Argentina, la gente busca lugares donde se coma bien y barato. En muchos bodegones, pagando en efectivo te hacen descuentos del 10% al 20%, e incluso hay lugares con promociones del 40% en ciertos días”, detalla Lisandro. Y eso también está en sus reseñas.
Hasta el momento, Lisandro lleva visitados 20 bodegones y, aunque su intención es hacer un recorrido equitativo, reconoce que hay barrios con más opciones que otros. “En zonas como Boedo o Chacarita hay muchísimos bodegones, entonces la elección se complica. Ahí me guío por las reseñas de Google, mirando cuáles tienen mejor puntuación y más valoraciones”.
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