El INDEC da a conocer un dato clave sobre el PBI que mostrará el ritmo de la recuperación económica


El último informe del INDEC mostró que en el tercer trimestre de 2024 el PBI mejoró un 3,9% respecto del trimestre anterior. De este modo, la caída acumulada se redujo al 3%, desde el 3,4% que se había registrado en el dato del segundo trimestre.

Desde el punto de vista de la demanda agregada, la mejora intertrimestral fue impulsada por un repunte del 12% en la inversión, aunque cabe remarcar que esta fue la variable más afectada en términos interanuales (-16,8%). El consumo, componente de mayor peso en el PBI, exhibió una recuperación más acotada (+4,6%), aunque su merma anual también fue menor (-3,2%).

La única variable que tuvo incrementos en todos sus indicadores fue la de exportaciones. La variación alcista respecto del tercer trimestre de 2024 se explica fundamentalmente por la baja base de comparación (debido a la sequía de 2023) y la gran performance que tuvieron las ventas externas externas de petróleo durante el año pasado.

La recuperación económica muestra una gran heterogeneidad sectorial

Es en ese marco que, a nivel sectorial, el agro y el sector de energía y minería fueron de los pocos que mostraron una mejor actividad que un año atrás. El rubro de restaurantes y hoteles también arrojó subas, mientras que en «enseñanza» y «hogares privados con servicio doméstico» se observaron tenues alzas.

En el otro extremo, resaltaron las caídas en construcción (-14,9%), comercio (-6,1%) e industria manufacturera (-5,9%), los tres con mucha incidencia en la economía argentina.

Un «proxy» del PBI es el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que el INDEC publica con un poco menos de rezago. El último dato, correspondiente a diciembre, mostró una baja acumulada del 1,8% en 2024.

Los analistas estimaban una contracción cercana al 2,5%, por lo cual la cifra superó las expectativas. Esto se dio ya que, luego de tocar un piso profundo en abril, la actividad tuvo una recuperación sostenida y ya superó el nivel de agosto de 2023, cuando comenzó la recesión.

No obstante, la recuperación muestra una gran heterogeneidad sectorial. Mientras el agro y la energía lideran la dinámica, y algunos rubros como el comercio muestran un rebote más sólido, otras actividades relevantes como la industria y la construcción siguen sin levantar cabeza.

Mientras el crédito aparece como el principal motor de la economía, otros indicadores se mueven con ambigüedad. En cuanto al consumo se ve un crecimiento en bienes durables (a partir del crédito) y una merma en las ventas de supermercados. La apertura comercial puede beneficiar a algunos rubros por el mayor acceso a insumos, pero perjudicar a otros por las dificultades para competir (como ocurre en indumentaria). Además, el atraso cambiario genera una pérdida de competitividad generalizada de la producción doméstica.



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