El Gobierno espera un crecimiento mayor al presupuestado,pero hay sectores que siguen con rezagoPor Mariano Boettner
La economía cerró 2024 con una contracción más leve de lo esperado y eso dejará un efecto de “arrastre” más alto para este año, aunque hay sectores que todavía necesitan recuperar lo perdido a lo largo del año pasado y que afrontan desafíos estructurales. El Gobierno, en ese contexto, ya espera que el PBI se expanda en 2025 por encima del 5% presupuestado originalmente.
El Estimador Mensual de Actividad de Diciembre mostró un incremento de 0,5% respecto de noviembre y de 5,5% interanual, aunque esta última comparación parte de una base baja por la fuerte contracción registrada un año atrás. Por la forma en que se mide el PBI, la tendencia con la que cierra un año determina un “piso” de crecimiento para el siguiente, concepto conocido como “arrastre estadístico”.
El dato final de 2024, divulgado en la última semana, resultó más alto que lo previsto por el mercado, lo que implica un piso de expansión del PBI más elevado.
Según la consultora Equilibra, ese arrastre estadístico del último trimestre de 2024 alcanza 2,6%. El estudio privado agregó que el año pasado cerró con una contracción de 1,8% en términos generales, que se amplía a una caída de 4% al excluir al agro, que mostró una marcada recuperación tras la sequía de 2023.
El Grupo SBS identificó los factores que podrían acelerar el crecimiento y otros que lo limitarían. Entre los primeros, destacó que, si continúa la recomposición de los salarios reales y mejora la confianza de los consumidores, el consumo privado podría impulsar la actividad. Además, una expansión sostenida del crédito privado aportaría un impulso adicional. También prevé que el dinamismo que mostró el sector hidrocarburífero en 2024 se mantendría en 2025, con un aporte positivo al crecimiento.
Entre los riesgos, SBS advirtió que el aumento de los costos en dólares en 2024 podría profundizarse si continúa la apreciación del peso, mientras que la vigencia de los controles cambiarios podrían restringir la inversión y el empleo privado, aunque algunas inversiones vinculadas al RIGI podrían atenuar ese efecto. También mencionó la falta de lluvias y su impacto en la cosecha de este año.
Además, el Grupo SBS observó la entidad que persisten riesgos internos, como un deterioro en la cuenta corriente cambiaria por la apreciación del peso, y externos, como subas en las tasas de interés internacionales, precios de de las materias primas y de las monedas emergentes, que podrían generar volatilidad cambiaria y afectar las perspectivas de recuperación de la actividad agregada.
En este contexto, hay sectores que todavía no consiguen acoplarse a una tendencia de crecimiento sostenido. Los tres que se llevaron la peor parte en 2024 fueron construcción (cayó 17,6% a lo largo del 2024), industria manufacturera (9,2%) y comercio (7,5%). El estimador general de la actividad, quitando el agro, tuvo el año pasado un desplome de 3,4%, estimó la consultora PxQ.
Por el contrario, en cuanto a los sectores con mejor desempeño relativo en el balance anual, la consultora Vectorial destacó al agro, que creció 31% tras la recuperación productiva luego de la sequía de 2023, aunque con una baja en los precios internacionales. También se registraron incrementos en la explotación de minas y canteras, con un alza de 7,3%, y en la pesca, que mejoró 6,8 por ciento.
Competitividad y costo argentino
Sobre el cierre de la semana la Unión Industrial Argentina publicó su informe final de actividad fabril del 2024, en el que planteó algunos de esos temas. Para la entidad el año pasado terminó con un desplome de 8,7%, atribuido a la menor demanda interna, la reducción de la obra pública y problemas de competitividad.
Según el relevamiento de la UIA sobre competitividad y costo argentino, el país se ubica entre los menos competitivos de la región debido a factores como déficits en infraestructura, energía, conectividad y logística, presión tributaria, limitaciones en el acceso a financiamiento y aumento de costos medidos en dólares.
“Si bien comenzaron a observarse ciertas mejoras al interior de la industria durante el cuarto trimestre, a nivel agregado se ubica en niveles similares a diciembre de 2023, y a su vez, el sector enfrenta un panorama desafiante marcado por una mayor competencia frente a la importación de bienes terminados”, consideró la entidad fabril.
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