El extraño caso de Mariano Navone: de “no meter una bola” a darse cuenta “que era de elite” y cargar con la presión de Argentina en la Copa Davis
Es atípico el caso de Mariano Navone. El 49° del mundo, nacido el 27 de febrero de 2001 en 9 de Julio, comenzó a dedicarse full time al tenis recién en 2019, cuando ya tenía 18 años. No es algo común entre los tenistas que, como él, se codean en la elite. Tampoco es usual ver a un jugador con una evolución tan rápida como la suya dentro del circuito profesional. Es que hace poco más de un año y medio, cuando a mediados de 2023 ganó en la ciudad polaca de Poznan su primer Challenger, estaba afuera de los 200 primeros del ranking. Hoy, instalado en el top 50 y con dos finales ATP en el lomo, fue convocado por Javier Frana para los Qualifiers 2025 de la Copa Davis donde Argentina enfrentará a Noruega de visitante. En definitiva, su carrera transcurre a la velocidad de un Fórmula 1.
«Parece que todo me fue saliendo fácil, pero no es tan así. Fue un proceso, como los tenemos todos los jugadores. En 2023 tuve meses en los que la pasé muy mal porque no podía meter una bola (NdR: acumuló seis derrotas consecutivas, su peor racha histórica) y tomé en ese momento la decisión de cambiar de cero la derecha», le confesó a Clarín antes de a Noruega. En concreto, cambió la empuñadura y el swing de ese golpe y, como acostumbra, rápidamente obtuvo resultados.
«La evolución fue muy grande desde el lado tenístico. Una vez que hice la final de Río de Janeiro me asenté mentalmente. Después fui a Marrakech, llegué muy bien ahí y volví a pisar fuerte. Todo eso me dio tranquilidad, me hizo pensar que no estoy de casualidad, sino que pertenezco a la elite. Después, en la segunda parte del año vino un proceso de adaptación, otro proceso de evolución diferente, porque me fui midiendo constantemente con los mejores del mundo y se hace difícil. Todo es crecimiento. Es cierto que la evolución fue muy rápida en cuanto a resultados, pero creo que hemos trabajado muy fuerte también», agregó La Nave.
El veloz ascenso de Navone se refleja en un dato tan impresionante como curioso: es el único tenista en la Era Abierta que consiguió ser preclasificado en su debut en el cuadro principal de un Grand Slam. Fue el año pasado en Roland Garros, donde llegó como el 31° del mundo.
«Fue muy importante en lo emocional porque ahí sentí que soy un jugador de Copa Davis», añadió en bajo un calor agobiante en el Tenis Club Argentino de Palermo, en la previa del viaje al frío extremo de Oslo.
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