El cuadro clínico del Papa explicado por un especialista italiano y los dos factores que complican su salud
ROMA.- El complejo cuadro clínico del Papa Francisco podría deberse a dos factores principales, según explican los especialistas en medio de la preocupación por la salud del pontífice. Por un lado, la persistencia de su enfermedad durante varios días, y por el otro, los posibles efectos secundarios de un tratamiento con cortisona, utilizado para reducir la inflamación, pero que actúa como inmunosupresor.
Así lo planteó Massimo Andreoni, profesor emérito de enfermedades infecciosas de la Universidad de Tor Vergata en Roma y director científico de la Sociedad Italiana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales (Simit).
“La persistencia del cuadro clínico y el probable uso de terapias con cortisona, que tiene el efecto de reducir parcialmente las defensas inmunitarias al ser un inmunosupresor, probablemente ha facilitado la aparición de sobreinfecciones bacterianas y/o fúngicas que ahora requieren un ajuste de la terapia dirigida a los nuevos gérmenes identificados”, afirma Andreoni.
El Papa, precisa el boletín médico, sufrió de hecho una infección polimicrobiana de las vías respiratorias que obligó a modificar ulteriormente la terapia y “todas las pruebas realizadas hasta ahora son indicativas de un cuadro clínico complejo que requerirá una adecuada internación hospitalaria”, añade.
Las sobreinfecciones, subraya el experto, representan una “complicación de una infección inicial de las vías respiratorias inferiores”
“Como sucede a menudo, cuando una infección de este tipo persiste en el tiempo”, explica. Y puede, de hecho, “complicarse con la aparición de sobreinfecciones”, sobre todo en pacientes con sistemas inmunes más deficitarios como el de un paciente de 88 años.
“A la infección inicial de las vías respiratorias inferiores se sumó la acción de otros gérmenes -bacterias y/o hongos- que de hecho determinaron ulteriores infecciones respecto al cuadro inicial”, indicó el infectólogo.
“A ello contribuye el hecho de que el cuadro clínico comprometido del pontífice se viene prolongando desde hace varios días y no ha tenido una rápida resolución”, acotó el especialista. La aparición de estos gérmenes adicionales, por tanto, “hizo necesario cambiar la terapia, con medicamentos dirigidos a los nuevos gérmenes aislados”.
Otro factor es el “probable uso de cortisona, que en casos similares se emplea generalmente para tratar el asma y la dificultad respiratoria: al ser también un inmunosupresor, puede haber facilitado a su vez la aparición de sobreinfecciones”.
Por lo tanto, según Andreoni, “la acción combinada de estos dos elementos -es decir, la persistencia del cuadro clínico y el probable uso de cortisona- han facilitado muy probablemente la aparición de estas sobreinfecciones, que requieren un ajuste de la terapia”.
En cuanto a las posibles terapias, Andreoni señala que en “casos de complicaciones de las vías respiratorias inferiores en las que se detectan infecciones polimicrobianas, generalmente se utilizan fármacos antibióticos capaces de bloquear el crecimiento de los distintos gérmenes aislados”. Los efectos de las terapias, concluye, “deberían obtenerse no antes de 1 ó 2 días de tratamiento”.
El especialista habló mientras reina el silencio en el hospital Agostino Gemelli donde el Papa se encuentra internado desde el viernes pasado. Ya esta mañana, cuando el hospital había vuelto a su rutina diaria con la reapertura de las consultas externas y todos los servicios cerrados el fin de semana, ninguno de los médicos y profesores que trabajan a pleno rendimiento en el hospital romano quiso sincerarse sobre el estado del Papa ni sobre su hospitalización en el décimo piso.
Por el momento, además, a nivel oficial solo se sabe que el Papa está siendo seguido por el equipo Gemelli sin referencias precisas sobre los médicos que lo tratan, seguramente con el objetivo de evitar personalizaciones.
Agencia ANSA
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