el costo de la grieta política y la máquina que quiere vender en un millón de dólares
La imagen de Elon Musk sosteniendo la motosierra que le regaló Javier Milei dio la vuelta al mundo. Fue tal la fascinación del magnate sudafricano por la herramienta estilizada que, durante unos días, le dedicó su foto de perfil en X, la red social que se compró. La imagen fue tan simbólica que, como todo en la cultura pop, llegó hasta la parodia, en un sketch de Saturday Night Live.
«¿Quién se presenta en la Casa Blanca en remera y jeans, vestido como un recolector de residuos?». La frase del imitador de Donald Trump al de Volodimir Zelenski -en clara alusión a la vestimenta casual que el presidente ucraniano utiliza en la mayoría de sus apariciones-, fue el disparador para que un doble de Musk entre en escena en la parodia del histórico programa de comedia estadounidense. De la nada y blandiendo la motosierra que le regaló Milei peligrosamente cerca de la cabeza de Trump, como si en realidad se tratase de una imitación de Leatherface, el doppelganger del magnate sudafricano entró en escena para completar el gag, ante la ovación de los espectadores.
Si algo dejó la gira presidencial de Javier Milei por Estados Unidos es que la motosierra pasó a ser una metáfora de época sin fronteras. Detrás de ese regalo hubo una creación artística y hay un argentino de 45 años que ha dedicado casi toda su vida a eso. El hombre de las motosierras.
Video
Los humoristas de Saturday Night Live hicieron un sketch en el que interpretaron a Donald Trump, Volodimir Zelenski, JD Vance y hasta a Elon Musk con la motosierra de Javier Milei.
Mariano Ditro «Tute» Di Tella descubrió su pasión por los motores a los 13 años, cuando sus padres llevaron a su casa una desgrosadora forestal. Otro nombre para la misma especie. Aunque en ese momento era muy chico para manejarla, trabajó durante todo un año y logró comprarse una bordeadora. La idea estaba rondando, pero no era esa la herramienta que el destino tenía reservada para él. El momento crucial en la historia de «Tute» llegó de la mano de una película: «La Masacre de Texas 3».
Mientras todo el mundo se horrorizaba con los crímenes de Leatherface, Tute estaba maravillado con la pieza de ingeniería que blandía en sus manos el asesino del filme. Aún hoy recuerda que era «medio enchapada, desprolija, pero con la espada cromada». También, que en ese momento pensó: «Yo quiero hacer algo así». Ahora, tres décadas después, le dice a Clarín: «Me volvió loco eso, la máquina en sí».
Aunque se podría decir que el arte corre en la sangre de «Tute» -Torcuato, el filántropo que inspiró el nombre del Instituto Di Tella, era el tío de su abuela-, este inventor se define en sus redes como «maestro constructor de motosierras». Razón no le falta. Comenzó a reparar y customizar motosierras a los 13 años, recién salido del encantamiento que le produjo «La masacre de Texas». Al principio le pedía sugerencias a un vecino mecánico. Después, el resto del camino lo hizo completamente como autodidacta. «Aprendí solo, a prueba y error», recuerda.
«Me volví cada vez más perfeccionista, traté de perfeccionarme en lo que hacía, trataba de superarme en cada categoría. No sabía que iba a llegar a un nivel de construcción tan complejo y nunca antes visto. El progreso se fue dando de a poco con cada construcción», repasa en su mente. Y, un poco, también saca pecho.
Video
«Esta es la motosierra para la burocracia», las palabras de Musk al recibir la motosierra
Es más cauteloso para hablar de un asunto obligado en este tiempo urgente. A pesar de obsequios y maquinarias industriales que en campaña coparon el escenario político y simbólico, Di Tella dice no tener afinidad por ningún partido.
«Hoy no soy nada, políticamente hablando no soy nada«, aclara, aunque reconoce que hay gente que no entiende eso. «Había personas que parecía que eran amigos… Esto me sirvió para separar a la gente que no me aprecia de la que sí», sigue.
Es el balance personal de una época en la que su herramienta favorita es, sobre todo, un símbolo admirado por el Presidente. Pasa lo mismo que con ciertas obras artísticas: cuando ya no está en sus manos, la motosierra no le pertenece y adquiere vida propia. «Mi trabajo es hasta hacer la sierra. El camino de la máquina una vez que parte de mi casa es libre y es totalmente independiente», define Di Tella.
Video
El candidato presidencial de La Libertad Avanza encendió la máquina que simboliza los recortes en el Estado que pregona.
Aunque actualmente trabaja como mecánico de motoimplementos y como embajador de la marca chaqueña TMC, este inventor y artista de Villa Urquiza ha tenido múltiples ocupaciones: durante diez años restauró y afinó pianos; también, fue vendedor de instrumentos musicales, calibró guitarras; y, además, es bajista, cantante y compositor. Pero las motosierras son la constante de su vida.
Entre artista y obra hay una conexión especial que no tiene precio. Ninguno de sus trabajos está a la venta. Hasta ahora, al menos.
«Creo que ningún monto del mundo genera conexión de dinero», dice casi en clave filosófica. Amplía: «Lo que te genera la verdadera conexión con la máquina es la esencia de a quién se la vas a dar. Que tenga un significado, un motivo, es jugar, proyectar: ‘Por qué debería esta persona tener una sierra’. Sólo soy un intermediario para hacer las cosas con las máquinas que tienen que estar en este plano material».
Tute asegura que le quisieron comprar motosierras desde varios rincones del mundo, como México y la península arábiga, pero él nunca aceptó las ofertas. «El dinero no tiene poder sobre mi arte», sentencia. Ni siquiera por estas horas de vidriera impensada, después de que uno de los hombres más poderosos del planeta agitara una de sus obras y se hiciera meme, para deleite de millones y horror de otros tantos.
De Villa Urquiza a Washington, el camino de la motosierra de Elon Musk
El taller de Tute está dentro de su casa, en Villa Urquiza. Allí, las paredes están cubiertas por motores, herramientas y, sobre todo, motosierras. Este fue el kilómetro 0 desde el que comenzó el recorrido tanto de la motosierra que recibió Javier Milei en noviembre de 2024, como la que el jueves 20 de marzo el Presidente le entregó a Elon Musk en Estados Unidos.
La motosierra de Milei estuvo esperando en la casa de Di Tella durante casi un año antes de ser entregada al Presidente. A fines del año pasado, el mecánico de Villa Urquiza recibió autorización para dejarla en Casa Rosada. El artista no imaginaba la repercusión que tendría su regalo. Antes del final del día, Javier Milei ya la había ubicado en su despacho y había compartido una foto en sus redes.

Esto desembocó en una entrevista en la revista Forbes en la que Di Tella reconocía que esperaba, algún día, poder hacer otra para Musk o para el mismísimo Donald Trump. Sus palabras, al igual que la motosierra, llegaron a Casa Rosada. Y más allá.
El pedido de la motosierra para el magnate lo hizo Manuel Adorni. El vocero presidencial lo llamó por teléfono y le dijo que había posibilidades de que el Presidente y Karina Milei le entregaran la sierra personalmente al CEO de Tesla. «¿Querés que la lleven?», preguntó Adorni. Tute aceptó. Del otro lado de la línea le avisaron que tenía 20 días para terminar el trabajo. «Tuve que laburar como loco», dice Di Tella.
Las 4 diferencias entre las motosierras de Milei y Musk, el próximo candidato y la obra del millón de dólares
La motosierra original, la que Milei colocó en su despacho, pesa unos 8 kilos. Tiene una base de pintura y enchapado con bronce brillante y aluminio mate colores dorado, negro y plata. En la hoja lleva una leyenda calada con láser: «Las Fuerzas del Cielo».

La que recibió Elon Musk guarda algunas diferencias. El enchapado es de aluminio brillante y bronce mate y la parte del motor está pintada de rojo. Hay un detalle personalizado: porta una piedra de jaspe rojiza que simboliza a Marte, la aspiración definitiva del fundador de SpaceX.
La cuarta y última diferencia es la frase que decora la sierra: la de Musk lleva grabada la frase «¡Viva la libertad carajo!». Esta frase fue una elección del mismísimo Javier Milei.
Según contó Di Tella, todas sus sierras, incluso las que les llegaron a Musk y a Milei, son funcionales; solo hace falta que les carguen combustible para que empiecen a cortar.

Lo que el futuro depara es incierto. Di Tella tampoco aspira a una persona en particular para su próxima creación, aunque -como ya avisó- hay un candidato. «Creo que la próxima es Donald Trump. Pero no puedo asegurar nada. Capaz que no es Donald Trump y es otra persona. Eso lo voy a saber después», sostiene. Quizá, la referencia a una de sus herramientas en Saturday Night Live sea una parada intermedia en el viaje de las motosierras del mecánico de Villa Urquiza.
No hubo todavía un encuentro con Milei. Y tal vez nunca lo haya. «Si lo voy a conocer o no, lo va a decidir el destino», dice Di Tella. «No quiero adelantarme ni pensarlo, dejo que suceda lo que va a suceder. Es como que sabés que hay algo guionado detrás, pero tampoco querés adelantarte. Puede que no lo conozca o puede que sí y que termine a los abrazos, ni idea», continúa.
Lo que viene, en todo caso, ya tiene nombre: «La Excalibur Presidencial». Se trata de una sierra que va a tener más trabajo artesanal y de ornamentería que las anteriores. Tute espera venderla en un millón de dólares y destinar todo el dinero a «salud, educación o a alguna causa noble» de la Argentina.
Los comentarios están cerrados.